No hay incertidumbre, en Baja California se vive con miedo, con el temor a que salgas a la calle y en cualquier momento te asalten, de que un día cualquiera, no puedas volver a tu casa ya sea porque fuiste víctima directa o indirecta de algún atentado o por algún incendio provocado, así, en Baja California se vive como si fuera el último día porque aquí, al igual que en los otros estados mexicanos, la política gubernamental para atacar el crimen y el narcotráfico ha sido fallida. Aquí, donde comienza la patria, nada es seguro, solo la muerte.
Los pasados días dejaron al descubierto la incapacidad del gobierno de tomar en sus manos el estado que ardía en llamas, literalmente, la quema de carros y el asesinato de personas pusieron en juego el control del estado, el cual, aseguró la gobernadora, Marina del Pilar, “todo está bajo control”. Con una foto en el centro de vigilancia, la gobernadora llenó de paz y tranquilidad a los bajacalifornianos.
Aunque se han detenido a algunas personas, estos no son el total de los agresores, existe otra cantidad de personas que cometieron actos vandálicos y que siguen sin ser detenidos; existe una gran cantidad de inconformidades por parte del pueblo bajacaliforniano y que, a pesar de que la confianza la tienen con el gobierno morenista, éste está dejando mucho que desear en varios sectores de la sociedad y en materia como salud, educación, vivienda, servicios y, sobre todo, en seguridad, rubro que se ha destacado por ser uno de los más delicados y afectados.
Y la que dejó mucho qué desear en esta jornada fue la tan querida por los tijuanenses y la consentida del presidente, Monserrat Caballero, alcaldesa de Tijuana, quien en sus declaraciones dejó entrever varias cosas, entre ellas las que analistas criticaban como complicidad y apertura a la delincuencia, veamos:
“Que cobre la facturas a quienes no les pagaron lo que les deben”, en lugar de ensañarse con la población. Sus palabras han tenido un eco inmediato debido a que las sitúa en la lógica del narcotráfico en lugar de emplear un reclamo más propio del Estado de derecho. Su mensaje respondía a los últimos altercados producidos en la ciudad fronteriza la pasada noche, en los que se incendiaron vehículos y se bloquearon las calles, acciones típicas del crimen cuando quiere sembrar el caos, y que han obligado a un despliegue de miles de agentes para mantener el orden.
Mucho que desear y pocas manos a la obra, manos que ya no alcanzaron para los abrazos y los abrazos para los balazos, aquí en el estado, los balazos ya nos han rebasado y se han quedado cientos de cuerpos tirados en la acera, la política de dar libros a los delincuentes y ponerlos a leer, tampoco ha sido factible, aquí se necesita un corazón caliente y cerebro de hielo, políticas serias para poder defender al pueblo trabajador, políticas no solo combatan el crimen y la delincuencia, sino que además de ello, lo prevengan, políticas que mejoren la calidad de vida de los bajacalifornianos y de los mexicanos, políticas que sean encaminadas en crear condiciones favorables para nuestras familias y no solo de ellas se beneficien las grandes potencias
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