Un partido está formado por un grupo de personas que tienen los mismos intereses económicos y que, por tanto, buscan conquistar el poder político. Un partido político es, por definición, una herramienta en manos de una clase social que, para poner en acción su plan de trabajo, debe tener el poder político en sus manos.
Un partido político que represente los intereses de la clase pobre, de los humildes, de los descamisados, debe tener la ideología de la clase trabajadora, debe tener unidad de acción en la dirigencia y una organización de masas para golpear políticamente como un solo hombre, porque solo así podrá conquistar el poder, que es un medio eficaz para realizar después sus acciones y metas de clase. Este partido, en México, no existe todavía. El gran José Revueltas dijo hace muchos años que el proletariado sigue sin cabeza.
Hace tres años, en las elecciones de 2018, Morena nos decía en su propaganda que ellos eran el partido de los humildes de México y que por eso los pobres serían los primeros en salir beneficiados. La crítica contra los demás partidos era cruda y despiadada, y los morenistas prometieron que todo eso cambiaría de inmediato, cuando ellos llegaran a la presidencia, tuvieran mayoría en la Cámara de Diputados y de Senadores, gobernaran los estados y tuvieran en su poder los congresos locales y las alcaldías. Recordemos que treinta millones de mexicanos les dieron el poder y llevaron a Morena a la presidencia y a tener el control político y económico total del país.
¿Y qué ha pasado? ¿Qué hicieron ellos con ese poder que les dio México? Estamos al borde del precipicio. Le quitaron al país todos los programas sociales, le quitaron al país las obras en colonias y comunidades, incrementaron la inseguridad, le quitaron al país el empleo, le quitaron al país la vida por su irracional forma de atacar a la pandemia. De acuerdo con los especialistas no oficiales, pero muy serios, más de 450 mil muertos por covid-19 confirman esto que yo digo.
Morena no tiene ideología popular, porque no nació del pueblo, sino que nació de los desechos y del gran oportunismo los peores políticos de los demás partidos políticos y se hizo una mezcolanza sin ideología. Morena no tiene organización de masas convencidas de un proyecto de país, porque ese proyecto no existe y porque su base es mercenaria, los “Servidores de la nación”, que son criados de los intereses de personales de los dirigentes. Morena no tiene unidad de acción, porque cada uno de los dirigentes de este partido en todo el país hace su regalada gana y lo que buscan es el poder para vivir del presupuesto.
Esto es lo que sucede en Puebla, en la selección de candidatos, en donde todas las tribus morenistas se pelean de una manera salvaje por los puestos de esta elección de junio. En Puebla las tribus morenistas son muchas, pero dos son las más importantes: la tribu del gobernador Miguel Barbosa y la tribu de Alejandro Armenta. Hace un tiempo, Barbosa era el consentido del poder, porque la líder del partido era Yeidckol Polevnsky, su madrina política, pero ahora parece que las cosas cambian, porque Mario Delgado, el nuevo líder de Morena a nivel nacional, favorece a los opositores morenistas del propio gobernador. Por eso, la candidata a la presidencia de la capital es Claudia Rivera, apoyada por Armenta y por Mario Delgado, y dejaron fuera al que era el favorecido de Barbosa y que es Gabriel Biestro. Esta rivalidad de tribus en Morena ha provocado196 impugnaciones de candidatos de Morena en el estado, agresiones entre dirigentes, peleas entre las bases, toma de las instalaciones de las oficinas de Morena en la capital y en varios municipios, plantones en el Instituto Electoral del Estado para impedir que algunos candidatos de Morena se registren y una guerra sucia en la prensa y en las redes sociales.
Hoy, Morena da pena ajena como partido y es un desastre en el gobierno. Es una vergüenza. Solo un acierto ha tenido Miguel Barbosa, que fue una declaración en la que dijo que Morena perdió su oportunidad de consolidarse en el poder, tanto en Puebla como en el país, porque Morena no tiene presencia política. Eso dijo Miguel Barbosa. Coincidimos: eso es lo mismo que ha dicho Antorcha desde hace mucho tiempo. Es una lección de política que el 6 de junio debemos recordar. Este 6 de junio debemos salir del pantano en que nos hundió Morena. No un voto a Morena, porque nos está llevando al precipicio.
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