MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Campesinos poblanos, sin apoyo y con hambre

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Una de las principales batallas del hombre es la que mantiene contra la naturaleza. Desde el inicio de los tiempos, cuando el hombre descendió de los árboles y se hizo pensante y actuante, éste ha buscado la manera de ganarle a la naturaleza y ponerla a su servicio. Con el paso de los siglos, la ha dominado a cierto grado y la ha puesto a su servicio, más en concreto, al servicio del capital, que es el modo de producción que impera hoy día.

Este sábado, en Puebla, la naturaleza cobró la vida de dos personas y, sin duda, afectará a muchas más. Y, aquí, vemos dos problemas que, a simple vista, podrían verse como inevitables y como única culpable a la naturaleza, pero, en el fondo, descubriremos que no es así.

Las altas temperaturas propias de la temporada invernal helaron cultivos enteros, poniendo en riesgo las cosechas de los productores agrícolas que ven cada vez menos rentable el campo: los precios de los fertilizantes por las nubes, la escasez de agua, la inflación creciente que hace las verduras inaccesibles para los ciudadanos hace que los comestibles no se vendan, y, por si fuera poco, seguramente varias hectáreas de producto quedarán inservibles dados los hechos recientes. 

Ciertamente, que descienda la temperatura y que esta afecte la vida diaria no se puede evitar, pero hay acciones que se deben implementar para hacer menos catastrófica las consecuencias de esta. Los estragos de las heladas son un dolor de cabeza para los campesinos, quienes ya saben, de antemano, cuando su cosecha está pérdida. En 2021, en Puebla, 30 mil hectáreas de cultivo se perdieron a causa de esto y el gobierno del estado brilló por su ausencia.

En aquel entonces, cuando aún se encontraba activo el seguro de desastres naturales, a cada productor le ofrecían mil cien pesos por cada una de las hectáreas perdidas. Eso hace dos años, cuando la situación del campo no era tan lamentable y producir una hectárea costaba a los campesinos entre cinco y 10 mil pesos. Ahora, que el campo agoniza por las malas políticas públicas y el desinterés del gobierno federal, cosechar una hectárea es aún más costoso y, para pesar de los posibles damnificados, cada vez es más difícil acceder a un apoyo económico para recuperar lo invertido. 

Recientemente, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la ampliación del programa Fertilizantes para el Bienestar en todo el país con “el objetivo de beneficiar a dos millones de pequeños productores, lo que consolidará la autosuficiencia alimentaria, principalmente en granos básicos como maíz, frijol y arroz”.

Aun con todo ese anuncio, lo cierto es que el programa de fertilizantes no se cumple como lo plantean. A los campesinos les resulta una travesía lograr ser considerados en las listas de los llamados servidores de la bación. En agosto de 2022, Puebla era de los estados que menos recibía fertilizante. La entrega para aquel entonces llegaba al 30 por ciento, mientras que estados como Morelos y Guerrero ya estaban al 100 por ciento.

Esa fue una de las primeras trabas para los campesinos: la falta de fertilizante. Luego, la falta de lluvias y la dificultad de llevar agua a sus cultivos y, ahora, la falta de un seguro que les permita subsistir mientras ven sus cosechas perdidas.

Y este año será así para los campesinos. No habrá presupuesto para el campo. Una nota del portal buzos.com.mx, señala: “En su análisis Situación actual del presupuesto al sector agropecuario 2022 vs 2023, el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) señala que, aun con el incremento al presupuesto de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), los recursos están enfocados en los programas asistencialistas". <<Cero presupuesto a Bienes Públicos, es decir, para Financiamiento, Seguros, Tecnificación entre otros, cero presupuesto a coberturas de precios ante una alta volatilidad del mercado de futuros>>, señala el documento. 

Y esos programas que señala en realidad no sirven para apoyar al campo, son programas que solo buscan comprar las consciencias de los campesinos rumbo a las elecciones del 2024. Eso, pues, lo debemos denunciar. El campo está abandonado por el actual Gobierno federal y se necesita que tome acciones concretas y no simples paliativos que muy poco ayudan, cuando llegan. 

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