El estado de Oaxaca es una de las entidades del sureste mexicano con una gran riqueza biocultural y de recursos naturales; sin embargo, también forma parte de la región con los índices más elevados de pobreza y marginación, así como serios problemas sociales y económicos. La economía del estado se ha caracterizado por ser poco dinámica, con baja productividad y es una de las más atrasadas del territorio mexicano, desde hace varias décadas, el sector terciario ha contribuido con más del 60% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal, destacando las actividades relacionadas con los servicios turísticos (comercio, restaurantes y hoteles) y servicios financieros (seguros, actividades inmobiliarias y de alquiler). El sector secundario ha aportado el 19% (industria manufacturera y de la construcción). El sector primario (agropecuario) ha participado solamente con un 18% en el PIB estatal, sin embargo, es el sector con mayor participación de población ocupada en el estado (42%), y gran parte de esta población se encuentra en zonas rurales y no recibe apoyo alguno, su producción solo es de autoconsumo, pues no tienen los recursos suficientes para producir excedentes ni calidades de exportaciones.
La agricultura es la actividad más extendida en la entidad, el maíz y frijol son granos básicos destinados principalmente para el autoconsumo familiar, el resto de los cultivos son para fines comerciales. En la actualidad la mayoría de las comunidades rurales de Oaxaca mantiene elementos de los sistemas agrícolas prehispánicos tales como la organización que promueve el trabajo comunitario (tequio), la ayuda mutua interfamiliar y la ocupación de animales para el trabajo (yunta), esto dificulta al campesino poder producir en cantidad y calidad para mercados externos e incluso internos.
La entidad se ubica dentro de los estados con una mayor producción de productos frutales como mango, limón, piña, papaya, maguey mezcalero, pero sus números van a la baja en cuanto a granos básicos como maíz y frijol, debido a que las grandes empresas utilizan los campos que anteriormente se usaban con estos fines, además los agricultores prefieren trabajar como jornaleros y no dedicarse a producir por los altos costos de los insumos agrícolas y la gran competencia con productos importados.
Pero eso no es todo, con los recortes en el Presupuesto de Egresos se prevén que se siga con el desplome en la producción y se agudice la pobreza, pues dicho presupuesto no apoya al campo, las organizaciones campesinas advierten que los programas productivos del campo, los que beneficiaban a los pequeños productores, son los que se están eliminando para dar prioridad a los programas insignia e inamovibles de Gobierno federal. Esto se observa claramente con lo asignado en el anterior Presupuesto para el campo en las diversas organizaciones, porque no hay una de ellas que haya recibido el compromiso de obtener recursos para los campesinos pobres y por el contrario se eliminaron programas federales que apoyaban al campo, uno de ellos es el apoyo con insumos agrícolas. Aunado a esto a nivel nacional acaban de ser eliminados los fideicomisos de los cuales Oaxaca perdió 46 que eran destinados a apoyos al campo, donde se perdieron aproximadamente1800 millones de pesos.
Para que el campo oaxaqueño salga a flote y se tengan mayor ingreso para las familias humildes y trabajo, se necesitan apoyos gubernamentales y que se les otorgue una asesoría técnica a los productores por parte de las instancias de gobierno para así hacer eficiente la producción con adecuados rendimientos. El gobierno federal está destinando millones de pesos en sus megos proyectos, mientras en el campo Oaxaqueño se están viviendo condiciones de inseguridad, hambre, desempleo, durante la pandemia que estamos atravesando el gobierno no ha implementado apoyos para subsidiar al campo, aun sabiendo que sin alimentos provenientes de este no tendremos que comer y las importaciones se elevaran, la situación en el campo está siendo difícil, pues no completan para los insumos a utilizar en la producción, el gobierno elimino el subsidio a los campesinos, justificando que el apoyo no llegaba por intermediarios y que llegaría de forma directa, pero hasta ahora no llegan los apoyos para la gente más necesitada.
El Movimiento Antorchista ha señalado puntualmente estos problemas y ha recalcado que para sacar al campo adelante es necesario la inversión por parte de instancias gubernamentales y así logar mejorar las condiciones socioeconómicas de los campesinos, para eso debemos emprender la lucha por un cambio verdadero, tener profesionistas capacitados y comprometido con el campo mexicano enfrente de las dependencias, cosa que en nuestro tiempo no es así.
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