MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Casualidad y causalidad

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De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la casualidad se define como la “combinación de circunstancias que no se pueden prever”, en tanto que una causalidad es una “relación existente entre causa y efecto”. La primera es producto de la espontaneidad; la segunda, podemos decir, es una aplicación de la tercera ley de Newton que sostiene que a toda acción corresponde una reacción igual y en sentido opuesto. Intento explicar estas definiciones para tocar un problema de vital importancia para la vida corriente de miles de poblanos humildes que, desde hace ya varios años, atraviesan por esa situacione. Veamos. 

Quiero referirme a la colonia Tlanesse, formada desde hace más de 10 años y que tiene siete luchando por un pozo que abastezca de agua potable a aproximadamente tres mil habitantes, entre niños y adultos, quienes, al igual que todo ser humano, tienen derecho a acceder al vital líquido. Durante estos siete años, se han realizado todos los trámites y el papeleo necesarios para la consecución y equipamiento del pozo, se han hecho las gestiones necesarias en cada dependencia donde se tiene que atender el problema, y se ha esperado pacientemente a que comience la obra.

En junio del año pasado, el presidente municipal Eduardo Rivera se comprometió a dar inicio a la obra puesto que, según él, ya había etiquetado un recurso para ello y que solo había que esperar a que llegara para iniciar. Nos dio la fecha tentativa de inicio para octubre, pero llegó ese mes y la perforación del pozo no inició. Luego, al ir a Obras Públicas del municipio, nos dijeron que había problemas en la contraloría y que, por tal razón, no podían iniciar sino hasta noviembre.

En noviembre, un nuevo pretexto, dando ahora fechas para diciembre, mes en que tampoco inició nada. Para enero la respuesta fue que por el fallecimiento del gobernador se retrasaron varios asuntos, pero que a finales ya iban a iniciar. Llegó febrero y la respuesta ahora es que el proyecto sigue en contraloría y hasta que no se libere, no se puede licitar. Corre el mes de marzo y no se ve para cuando los habitantes de la colonia Tlanesse puedan contar con agua potable en sus domicilios.

Si bien es cierto, en enero comenzó la construcción de la red de agua en varias calles de la colonia, no podemos quedarnos en esa etapa porque eso es apenas la resolución de la mitad del problema. Porque, ¿para qué quiere platos y cubiertos el hambriento, si no va a tener comida? Aunque en inicio suene bien, al final de cuentas todo resulta absurdo. 

Pues bien, todo lo relatado anteriormente no es casualidad, no son eventos fortuitos que no pudieran preverse. De antemano sabíamos que la lucha iba a ser dura y cansada, sabíamos que en cada fecha dada para el inicio de la perforación del pozo era una nueva tomadura de pelo, sabíamos que íbamos a tener que esperar aún más para poder contar con el elemental servicio. Pero también sabemos que no es un problema de recursos económicos, es más bien un problema de falta de voluntad de los funcionarios involucrados en el tema, es un problema de omisión de la necesidad de los habitantes de dicha colonia popular, no hay otra forma de decirlo.

Por todo lo anterior, y otras razones que no cabrían en este escrito, nos manifestamos el miércoles 9 de marzo junto a otros antorchistas de la capital poblana. Esa marcha y las que vengan, simplemente serán el resultado, el efecto indefectible de la indolencia del gobierno de Eduardo Rivera Pérez. 

A la cerrazón, indiferencia y negativa de nuestros gobernantes para con los antorchistas, corresponde un efecto de igual fuerza y en sentido contrario: la manifestación popular. Que a nadie le extrañe ni le resulte molesto. Si a la ciudadanía le ocasionamos problemas (y nos disculpamos de antemano con ellos), sepan bien que no somos nosotros los culpables directos, sino los gobernantes que tenemos en la capital. Y sepan también ellos y nuestros compañeros, que a nuestras manifestaciones multitudinarias corresponde también un efecto: la victoria inevitable.

No es presunción ni charlatanería, la historia ha demostrado que ningún gobierno ha podido jamás contra la inmensa fuerza del pueblo organizado. Nuestra victoria está asegurada en tanto nuestra lucha sea vigorosa. Adelante, pues, compañeros, que el futuro es nuestro.

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