El ahora extinto Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) surgió en el año 2007 por iniciativa presidencial y por la Secretaría de Educación Pública (SEP), con los objetivos de ofrecer mayores oportunidades de aprendizaje a los estudiantes a través de la prolongación de los niños, niñas y maestros en las escuelas públicas de educación básica. Para lograrlo, se ampliaron los horarios escolares de cuatro a ocho horas.
Los resultados que el PETC venía conquistando durante no fueron suficientes para mantenerse en el lienzo que la 4T dibujaba, y de una pincelada, el 28 de febrero de 2022, quedó oficialmente eliminado.
Este programa también ofrecía servicio de comedor y fomentaba el desarrollo de las artes, la tecnología y el deporte, además de consolidar los aprendizajes de español, escritura, expresión oral, pensamiento matemático, científico y crítico, así como el aprendizaje de una segunda lengua.
La cobertura era nacional y voluntaria. Para que las escuelas formaran parte de este programa, era necesario que cumplieran con criterios como atender a población en situación de vulnerabilidad o en contextos de riesgo social, presentar bajos niveles de logro educativo o altos índices de deserción escolar, o ubicarse en municipios y localidades donde operaba la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH) o el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (PNPSVyD).
El horario ampliado más el servicio de comedor benefició también a los padres de familia, ya que les permitía tener más tiempo disponible, mismo que podrían utilizar en sus jornadas laborales y con ello mejorar el ingreso económico del hogar.
En el ciclo 2015-2016, en México operaban más de 24 mil 250 escuelas bajo esta modalidad, beneficiando a más de 3.6 millones de alumnos en 405 municipios del país. La prueba Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), realizada en 2016, mostró que, en términos de rendimiento académico en el nivel primaria, el PETC logró incrementar el porcentaje de alumnos en niveles destacados y disminuir el porcentaje de aquellos que se encontraban en el nivel más bajo de desempeño, de acuerdo con el Coneval.
En el año 2017, el Coneval realizó un estudio en el cual se mostraba que las escuelas primarias participantes en el PETC tenían una disminución del rezago de 0.50 puntos porcentuales en promedio en el periodo con respecto a las escuelas que no participaban en el programa. Se identificó una disminución en la tasa de repetición escolar de 0.17 puntos porcentuales, es decir, un 3 % menos de lo existente antes de la implementación del PETC.
En el año 2013, los resultados de la prueba Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (Enlace) indicaron un efecto positivo significativo del PETC en la prueba de español y matemáticas.
Un análisis de Unicef en 2019 constató que, para el 11 % de los niños incluidos en el programa, esa era su única comida en todo el día. De las 27 mil escuelas que participaban, el 70 % eran indígenas y rurales, y el 55 % de los menores beneficiados estaban por debajo de la línea de pobreza.
Los resultados que el PETC venía conquistando durante más de una década no fueron suficientes para mantenerse en el lienzo que la 4T, encabezada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, dibujaba para el país, y de una pincelada, el 28 de febrero de 2022, quedó oficialmente eliminado.
Recordemos que esta eliminación sucede después de una crisis sanitaria provocada por el covid, que disparó la deserción escolar y agudizó los problemas económicos de los mexicanos, ahondando la desigualdad social.
Lejos de aplicar alternativas reales en el sector educativo para revertir estos problemas, se opta por eliminar el único programa que fomentaba una educación integral y brindaba alimentos calientes a los alumnos, violentando los derechos de los millones de niños y niñas que eran beneficiados. Una vez más, se demuestra que la educación no es prioridad para el gobierno.
En Michoacán, se continuó con este programa; sin embargo, de las 880 escuelas que permanecían bajo esta modalidad y que beneficiaban a alrededor de 70 mil niños, según datos brindados por Erik Avilés de Mexicanos Primero Michoacán al medio Meganoticias, para el año 2024 solo continúan 730 escuelas aproximadamente y 66 mil beneficiarios.
Es decir, hay una disminución significativa, misma que, por las condiciones económicas y sociales, se puede agravar. Es por esto que la ciudadanía debe luchar en favor de los programas educativos que contribuyan a la formación de los niños y jóvenes.
El Centro Educativo “Maestro Aquiles Córdova Morán” es un ejemplo de lucha, pues, a pesar de las adversidades, se mantiene en pie, formando jóvenes más íntegros, fomentando la danza, el teatro, la música, la rondalla, la poesía y la oratoria. Además de impulsar también el deporte entre sus alumnos, les brinda alimentos calientes y se preocupa por su desarrollo.
Todos los niños y jóvenes del país deberían tener acceso a estas oportunidades que les permitan continuar con su formación académica a pesar de las condiciones sociales de sus familias, pero claro está que, mientras no cambie el modelo económico en el que nos encontramos, no será posible. Se necesita un cambio profundo en la estructura para que esto suceda.
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