MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Circo surrealista

image

“Marciano con un grito de agonía:

-Te perdono, Nerón- dijo de nuevo.

Aquel grito fue el último, la zarpa

del feroz animal cortó el aliento

y ahí acabó la lucha. A poco rato

ya no quedaba más de todo aquello

que unos ropajes rotos y esparcidos

sobre un cuerpo también roto y deshecho:

una fiera bebiendo sangre humana

y una plebe frenética aplaudiendo.”

Igual que en una obra surrealista, la realidad que campea en México parece auténticamente salida de un sueño o, mejor dicho, de una pesadilla. A los desastrosos efectos de las políticas de la 4T -agravados con la crisis generalizada- se suma el combate a los adversarios del presidente, Andrés Manuel López Obrador, mientras sus acólitos aplauden frenéticamente la política obradorista.  

Al aumento en 5 millones de pobres, de 2018 a 2020, las más de 700 mil muertes por covid-19, el que 15 millones de mexicanos hayan perdido los servicios de salud que brindaba el Seguro Popular, la cancelación de programas como Escuelas de Tiempo Completo que beneficiaba a 2 millones 700 mil niños, y se agregan, casi a diario, un sin fin de problemas: la inflación que ha puesto el precio de las tortillas en las nubes, superando los 30 pesos; la violencia, que ha alcanzado la escandalosa suma de 132 mil muertos, que superará por mucho a sexenios anteriores; la aprobación de leyes que privatizarán la industria del reciclaje, cancelando así más de 1 millón 500 mil empleos en todo el país y, en la CDMX, la del cobro de una licencia anual por permitirte rentar tu propia casa.

Por otro lado, López Obrador impulsa una serie de medidas políticas que auguran el advenimiento de una estrategia de combate a los opositores y a la creciente masa inconforme, con el terror. La militarización de nuestro país, que inició con la sustitución de la Policía Federal, de carácter civil, por la Guardia Nacional, formada con soldados y con mandos militares, disfrazada de corporación civil, proceso que termina con la aprobación en el Congreso de la Unión del traslado de ésta a la SEDENA. Además, la permanencia de la prisión preventiva oficiosa, que amplió el catálogo de delitos que ameritan, según el criterio del juez, que los imputados por algún delito sean encarcelados por el temor a que se escapen o dañen a quien los denuncien, sin que se les haya sentenciado y sin que se haya comprobado que sean culpables.

La falta de educación política de las capas populares afectadas permitirá que pasen casi inadvertidas estas políticas equivocadas, cuyos ejemplos más visibles expongo líneas arriba, y que también se acumulen peligrosamente medidas represoras, sin que la opinión pública reaccione ni los analistas, periodistas críticos y opositores combatan en serio a la 4T y, sobre todo, sin que concluyan que la única salida lógica es concientizar y organizar a las grandes masas populares, para hacer frente al autoritarismo despótico que se está institucionalizando.

Y esto es así porque no es cuestión de compresión, sino de intereses de las clases sociales en pugna en el actual escenario político, formadas por diversos grupos de los sectores altos de nuestro país, por lo tanto, no tienen como propósito combatir a López Obrador y la 4T, el combate es por su tajada del pastel o por conservar su libertad, para lo cual no hay empacho alguno en llegar a los más vergonzosos y descarados acuerdos, en la supuesta transición gubernamental.

Por eso, hoy que la turba de arribistas, que con tal de estar en el reparto de las ganancias de su comercial actividad política, frenéticos festejan las autoritarias y represoras medidas a que me refiero, se vuelve más urgente que nunca poner de pie a las grandes masas populares y agrupar a las expresiones opositoras dispersas en una gran fuerza que sirva de contrapeso a los grupos de poder en turno, que continuarán explotando y extrayendo plusvalía de la clase trabajadora. Porque una vez que la inconformidad sea generalizada, al caer en cuenta que la 4T es un proyecto que descansa en la más burda demagogia y el más descarado engaño a la masa inerme y apolítica que es el pueblo pobre de México -que en el mejor de los casos se agrupa en el reducido campo de la defensa de sus intereses gremiales o sectoriales- a poco que ésta intente una defensa seria de sus legítimos intereses, será derrotada a los primeros pasos, o en su defecto, será víctima de una feroz represión que buscará detener cualquier intento de lucha e intimidar al resto de fuerzas sociales.

 

Para ejemplos, tenemos el hecho acontecido, hace unos días, cuando elementos del Ejército y la Marina desalojaron de la cafetería en la que mantenían un plantón los trabajadores jubilados de Mexicana de Aviación, en el Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM), por un conflicto laboral con 12 años de antigüedad que no ha sido resuelto, y los llamados encapsulamientos que aplica la policía antimotines a quienes realizan manifestaciones públicas, en reclamo de atención a sus demandas en la Ciudad de México.

 

Ante este escenario que se avecina, traigo a colación la sentencia del dirigente del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, con su vigencia y, sobre todo, con una trascendental lección para los pobres de México: “Nunca, jamás en la historia del mundo, los males de los pobres fueron curados por la misericordia o el sentido de justicia de las clases ricas; por el contrario, éstas se vuelven más crueles y agresivas mientras más miserable y abatido ven al pueblo. Su idea es que, aumentando el terror  y la opresión, lograrán evitar reclamos, rebeldía y riesgos de revuelta social. Fue esto lo que llevó a Marx a formular su lapidaria sentencia: la liberación de las clases trabajadores solo puede ser obra de la clase trabajadora misma". 

Para las grandes masas empobrecidas de nuestro país, no hay otro camino que la unión consciente y organizada para enfrentar a la 4T, que ante el inminente fracaso y desenmascaramiento de su proyecto de país, en favor de las clases altas y en detrimento de los pobres, se convierte a pasos agigantados en el gobierno más represor que jamás haya conocido México en la época moderna. 

Urge la organización de las fuerzas progresistas, y cada día que pasa sin que esto se haga, es una batalla que perdemos. Los antorchistas hemos estado, estamos y estaremos de pie, orgullosos y con la frente en alto, para jugar el papel histórico que hemos asumido como la base de esta fuerza social.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más