La difícil situación que vivimos en el país, quedó patente en la última semana en tres acontecimientos que fueron tema de todos los días en los medios de comunicación locales y nacionales: el inicio de clases presenciales impuesto por el presidente de la república, el tercer informe de gobierno, el aumento de contagiados y defunciones por covid-19 con la variante “Delta”.
El inicio de clases presenciales no tuvo el éxito que esperaban las autoridades federales; se catalogó por muchos medios de comunicación como un fracaso, pues el porcentaje de asistencia de los escolares fue muy bajo y varió en cada estado. En definitiva, muchas escuelas optaron por continuar únicamente con modalidad virtual por temor a los contagios. Efectivamente, como se veía venir, El periódico El Financiero del viernes 3 de septiembre en su publicación digital publica en una de sus notas: “A una semana de regreso a clases presenciales ¿qué estados tienen casos de covid en las escuelas?”, señala suspensión total de actividad presencial, regresando a modalidad virtual de actividades en algunas escuelas: En el Estado de Morelos en plantel “Antonio Caso”, secundaria de Cuautla, por contagio de una alumna; Guanajuato, 13 casos, 9 alumnos y 4 maestros de las ciudades de León, Irapuato, San Luis de la Paz, San José de Iturbide, Salvatierra y Jerécuaro; Jalisco, 7 contagios en tres escuelas, un alumno, cuatro docentes y un administrativo; Estado de México, un contagio de un administrativo y una escuela cerrada; en Puebla cerraron 17 planteles educativos, así lo reconoció el Secretario de Educación, Melitón Lozano. Hasta aquí la nota del El Financiero, que da constancia de la situación delicada provocada por el regreso a clases presenciales impuesta por la 4T.
Aquí en San Luis Potosí en la primera semana de clases se reconocieron tres maestros y un alumno contagiados en una secundaria, y es una realidad que en primarias públicas la asistencia a clases es mucho menor al 50% de la matrícula por el temor al contagio.
El Tercer Informe de Gobierno de AMLO tenía un poco de interés, pero no por nulos logros obtenidos que ya sabíamos, sino por escuchar cómo y qué argumentos tendría el presidente para sentirse orgulloso de su gestión. Presumió de las remesas llegadas a nuestro país, que ciertamente es un sostén importante para muchas familias en nuestro país. Pero, preguntémonos, ¿dónde está su gestión o acción de gobierno?, si para que sean posibles esas remesas se trabaja por nuestros paisanos extenuantes jornadas, se ahorra y se manda a sus familias en el país, debería darle vergüenza por saludar con “sombrero ajeno” y, contradiciendo su discurso hipócrita, cierra cada vez más la frontera en obediencia al gobierno norteamericano. En su informe, nunca habló de planes de combate al narcotráfico, ni de cómo impulsar el desarrollo económico, aunque eso sí, dijo ufano “estamos mejor”; sin mencionar, claro está, que en 2020 cerramos con una caída de la economía del 8.2%.
Finalmente, la pandemia sigue haciendo estragos, ya que hasta este lunes 4 de septiembre llegamos a 278,806 defunciones en el país, según cifras oficiales, de las cuales 6,427 son del estado de San Luis Potosí, donde los contagios se han disparado, y estamos en semáforo amarillo. Es evidente el alto riesgo para seguir llamando a las clases presenciales y, lo peor, es que el gobierno federal insiste en “correr riesgos”, sin aplicar la vacuna de forma más rápida, que abarque a jóvenes y niños para su protección. De no hacerlo así, crecerá la incertidumbre, los contagios y las muertes, pero tal responsabilidad no le importa a López Obrador y su 4T.
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