MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crítica a la perspectiva marxista de Cornelius Castoriadis o de las lecturas reduccionistas de Marx

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Introducción

El espíritu del dogma se inmiscuyó en las interpretaciones de Marx, una prueba es la exposición de los fundamentos de Marx en "La institución imaginaria de la sociedad" de Cornelius Castoriadis, publicada en 1975. Esto ocurrió porque las ideas de Marx hallaron suelo fértil en los movimientos sociales a través de difusiones simplificadoras. La razón legítima fue aportar herramientas en favor de la liberación de la clase obrera; conseguir este objetivo llevó inevitablemente al reduccionismo. Entiendo por reduccionismo del marxismo aquella visión que afirma, principalmente, que la crítica de la economía política de Marx es economicista en tanto que la producción social y espiritual de los seres humanos corresponde necesaria y exclusivamente a las relaciones económicas capitalistas. A esta definición se le añade normalmente una visión etapista de la historia, en donde los modos de producción son progresivos y lineales, sin excepción, con un desarrollo ascendente del siguiente modo: comunitarismo primitivo, esclavismo, feudalismo, capitalismo y comunismo.  
El reduccionismo marxista fue consecuencia en parte de los manuales de marxismo, difundidos especialmente durante el apogeo de la Unión de Repúblicas Socialistas Sociéticas (URSS) que, dicho sea de paso, tuvieron también una prolífica y paradigmática propaganda de las ideas de Marx. Sin demeritar el trabajo de grandes divulgadores como Marta Harnecker o Henri Lefebvre, esta circunstancia debe tomarse en cuenta al enfrentarse a un texto marxista; es decir, considerar cuándo estamos ante un texto propio del marxismo elaborado por comentadores y lectores de Marx, distintos de la exposición de Marx en "El capital", la cual es técnica y se aleja del pensamiento manualesco, no sólo en la forma sino, incluso, en el contenido.
    Si no se considera el origen histórico al que están atados los textos, así como las ideas centrales y su planteamiento general, se cometen injusticias respecto a una teoría, o bien, se tergiversa el pensamiento del autor y, en su lugar, se construyen hombres de paja, como puede observarse en las exposiciones de Castoriadis, quien intenta demostrar un pensamiento reduccionista y mecanicista de Marx, estableciendo un pensamiento de manual del mismo, al cual critica duramente.
A continuación, retomaré puntos centrales en que Castoriadis critica a Marx en su reconocida obra "La institución imaginaria de la sociedad". La exposición será bilateral (cotejando argumentos de Marx y sus divulgadores, por un lado; y de Cornelius Castoriadis, por otro) de manera que se aclare la noción de los análisis propios de Marx en relación con los pensamientos de manuales, atribuidos a Marx por parte de Cornelius Castoriadis.

El marxismo en los manuales de marxismo 

Cornelius Castoriadis polemiza en contra de muchos aspectos del marxismo, todos ellos claramente interrelacionados. La cercanía de los temas permite la agrupación de los mismos. Propongo la siguiente agrupación: 1) Estructura y superestructura del capitalismo; 2) Significado de la técnica; 3) Pensamiento dialéctico. A continuación, abordaré los tres aspectos.

1) Estructura y superestructura del capitalismo. A lo largo del texto, especialmente en la primera parte, Castoriadis resalta la conexión necesaria entre las llamadas estructura y superestructura, que fueron expuestas por Marx en el capítulo V de "El capital" y esquematizadas por filósofos y filósofas de diversa índole, tales como Friedrich Engels, Louis Althusser y Martha Harnecker. Castoriadis resalta un idealismo contenido en el nexo estructura-superestructura o infraestructura-superestructura: 

El carácter propiamente idealista de la concepción aparece de manera aún más profunda cuando se considera otro aspecto de las categorías de infraestructura y de superestructura en su utilización por Marx. No es que la infraestructura tenga solamente un peso determinante, es que de hecho sólo ella tiene un peso, puesto que es ella la que arrastra el movimiento de la historia. 

Para Castoriadis, hay una relación automática de la superestructura con respecto a la estructura, que incluso identifica con el primer motor de la historia planteado por Aristóteles, tal como si la estructura fuese la causa reduccionista de todo lo social. En el texto de Castoriadis no hay una referencia del origen de estas afirmaciones en textos directos de Marx, sin embargo, podemos rastrear su argumento, por ejemplo, en el capítulo V de Los conceptos elementales del materialismo histórico de Martha Harnecker:  

Mediante las nociones de infra y superestructura Marx y Engels expresaron la relación que existe entre el nivel económico de la sociedad y los niveles jurídico-político e ideológico (“formas de la conciencia social”). De la misma manera que en un edificio los cimientos sirven de base para su construcción, la estructura económica es la base de todo el edificio social. 

En esta cita se refleja la cuestión que Castoriadis critica repetidamente. Sin embargo, al respecto, Harnecker acota lo siguiente: “El que hayamos empleado el término “noción” para hablar de la superestructura no se debe a un simple accidente, se debe a que no ha sido estudiada de forma acabada por los marxistas.” Después, Harnecker muestra, basándose en citas de Althusser, que el estudio de estructura y superestructura no debe hacerse mecánicamente, y concluye: “Si el concepto de superestructura no da cuenta de todos los fenómenos extraeconómicos, ¿cuál debe ser el concepto que permita dar cuenta de ellos? Éste es un problema teórico que el marxismo debe resolver”. Harnecker lanza una hipótesis sobre el peso que se le da a la denominada estructura por parte de Marx y Engels. La pedagoga afirma que se trata de un combate contra la proliferación del idealismo que caía en hipótesis irracionales.

Tal difusión sobre el peso de la estructura sobre la superestructura sería una respuesta política a las posiciones del idealismo que contravenían los intereses de partidos marxistas. Dice Harnecker: “Es necesario recordar que en el momento histórico en que estos autores escribían existía una fuerte corriente idealista que atribuía a la voluntad y al pensamiento de los hombres la causa de los fenómenos sociales, despreciando el papel de la vida material.

Aun los pensadores que ocupaban las posiciones más avanzadas, como los materialistas ingleses y franceses de los siglos XVII y XVIII y el materialista alemán Ludwig Feuerbach, continuaban sosteniendo principios idealistas cuando se trataba de explicar los fenómenos de la vida social, la historia de las sociedades.” Así, las consideraciones que hace Castoriadis con respecto al determinismo económico habían sido ya cuestionadas al menos por Harnecker (1969) en su manual de marxismo. En el capítulo V de "El capital" (éste es el capítulo base de la exposición de Harnecker), Karl Marx elaboró una definición de los elementos del proceso de producción. En dicho capítulo, Marx afirma lo siguiente: 

El proceso de trabajo, tal como lo hemos presentado en sus elementos simples y abstractos, es una actividad orientada a un fin, el de la producción de valores de uso, apropiación de lo natural para las necesidades humanas, condición general del metabolismo entre el hombre y la naturaleza, eterna condición natural de la vida humana y por tanto independiente de toda forma de esa vida, y común, por el contrario, a todas sus formas de sociedad.

En otras palabras: el proceso de trabajo (ciclo de producción, ubicado en la estructura) posibilita la satisfacción de las necesidades humanas, pero simultáneamente dicho proceso es independiente de la forma de la vida humana, es decir, que preserva una autonomía en el ámbito social del ser humano. Dicha independencia es común, por otro lado, a cualquier sociedad, no sólo a la capitalista. 

Es notable la coincidencia de la exposición de Harnecker con la exposición de Castoriadis en relación con el nexo estructura-superestructura, que, sin embargo, la pedagoga popular chilena pone en cuestión y que el propio Marx contradice en "El capital".
 

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