Todos los días, desde las 5 de la mañana, los gallos comienzan a cantar en la zona norte de la “Heroica ciudad de Miahuatlán de Porfirio Díaz”, porque es en esa cuadra donde las viviendas comienzan a distinguirse por ser de madera, o a las que mejor les va, están en obra negra. En fin, al fondo de una calle (sin nombre), se encuentra el hogar de doña Esther, quien junto a sus 3 hijos: José de 3 años, Carlos de 10 y Sofía de 14; a diario inicia sus labores de venta de pan, porque de ahí obtiene la solvencia económica para “la papa del día” y la educación de sus hijos.
En dicha vivienda, todos se levantan a la misma hora, hasta el pequeño José porque sus energía sobrepasan a la de los demás; pero, todos participar en esa esperanza “de salir adelante”. Así, podemos ver a la hija “más grande”, amasando la harina, mientras doña Esther prepara el desayuno y Carlos, prepara el horno.
No obstante, cuando el reloj marca las 6:00 de la mañana, el ritmo de trabajo cambia porque Carlos y Sofía tienen que alistarse para ir a clases. Todo el panorama cambia, en todos hay prisa, los jóvenes con el entusiasmo de ir a clases y, de la madre, esperando que sea un buen día y que se acaben todos los panes de venta.
Pero… pese a que Miahuatlán de Porfirio Díaz es un municipio y cabecera distrital, con una población de aproximadamente 50,375 habitantes, según datos de Inegi 2020, las carencias sociales en que en ella se acentúan se refleja en la escuela telesecundaria de la colonia “La Esperanza” ubicada a escasos 15 minutos del palacio municipal -que para mi sorpresa, al verla, me causó grata sorpresa- pues no me lo imaginaba así. Ésta solo tiene 3 aulas de madera, que a duras penas protegen del sol y de la lluvia a más de 20 estudiantes. Y ahí estudia Sofía, quien todas las mañanas despierta con la esperanza superarse y “de salir adelante”.
La culpa no es de los padres, ni de la pequeña Sofí, sino de los gobiernos, que como bien nos relató doña Paulina H., “no garantizan los servicios básicos porque no son prioridad ni siquiera para los gobiernos de Morena y la 4T, motivo por el que los ciudadanos se ven en la necesidad de improvisar para satisfacer sus necesidades”.
Con dicha declaración, doña Paulina, ciudadana y docente, se acercó mientras tomábamos fotos evidencias, dejándonos claro que, “fue gracias a la intervención de varios padres de familia que buscan darle una educación a sus hijos, quienes construyeron las aulas ante la omisión de los que ostentan el poder político”.
Doña Paulina agregó, “tengo 20 años trabajando en esta zona escolar, he visto tantos cambios de gobierno y escuchado distintos discursos en favor de la educación, pero no he visto cambios en la infraestructura educativa, así como en `La Esperanza´ hay decenas de escuelas en el municipio que están en la misma situación”. Sentencia que sin duda, me espantó, pues ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI las condiciones de donde se “forman a los que son el futuro de México” se encuentren así?
Esto, prueba pues, que el desafío en educación es grande tal y como lo mencionaba el estudio del CONEVAL “Principales retos en el ejercicio del derecho a la educación del 2024”, donde Oaxaca se ubicó en el segundo lugar en rezago educativo.
Así, dieron las 2:30 de la tarde, los rayos del sol estaban intensos y vimos, como Sofía salía de su salón acalorada pero corriendo a su casa porque tenía que ayudar a su madre con el aseo del hogar. Y, cuarto para las 3 de la tarde, llega su madre, también, acalorada pero con la buena nueva de que “tuvo suerte, porque se vendió todo”.
Faltaban 5 minutos para las 16:00 horas, cuando de la pequeña cocina, salían los platos de frijol, acompañados de una pequeña rebanada de queso, la hora de la comida había llegado y todos se disponían a la mesa, porque más tarde, tendrían que hacerse cargo de las tareas escolares y… de los ingredientes y productos que se requería para la elaboración de panes del siguiente día.
Así, entre trabajo, escuela (en no muy buenas condiciones), un amor familiar y deseos de superación se desenvuelven los días de doña Esther y sus 3 hijos, quienes son ejemplo de que la educación de calidad, es el privilegio para unos cuantos porque está claro que se requiere realmente un cambio profundo en el sistema educativo de nuestro país para que las siguientes generaciones tengan la posibilidad de seguir cambiando el rumbo de nuestro país.
Las escuelas improvisadas, como la de Miahuatlán, refleja el desinterés de las autoridades para garantizar los derechos a una educación digna para los estudiantes, en el caso de la de La Esperanza, se viola el derecho a tener una educación de calidad, así mismo se pone en riesgo la salud de los jóvenes al no tener instalaciones adecuadas como baños, y una cancha para hacer deporte en buenas condiciones.
Esta muestra, nos deja una tarea, unirnos, organizarnos, alzar la voz y luchar para que la educación de calidad sea para todos.
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