Aurelio Rendón Laguna es uno de los fundadores de la colonia Fraternidad Antorchista; él es de oficio bolero y habitante del lugar desde hace 18 años, forma parte de las primeras familias que crearon el asentamiento que hoy lleva ese nombre y en el que trabaja, junto con cientos de personas más, por construir un lugar digno para quienes hoy habitan ahí, pero también para las futuras generaciones.
Sólo eran un puñado de personas, de familias, que, sin la certeza de una vivienda, aceptaron el reto de forjarse una propia; lo que han conseguido con esfuerzo y trabajo a lo largo de los años, 18 para ser precisos, es que hicieron realidad el sueño anhelado de tener una morada y a pesar de que el lugar donde están asentados es digno, anhelan más.
La colonia Fraternidad Antorchista en Chetumal, alberga aproximadamente 600 familias que, pese a enfrentar la falta de servicios básicos e infraestructura, nunca abandonaron la esperanza de alcanzar mejores condiciones de vida.
Este progreso ha sido el resultado de la lucha incansable y organizada de sus habitantes, como Aurelio, en colaboración con el Movimiento Antorchista.
Con el paso del tiempo, la colonia ha registrado avances significativos en sus condiciones materiales. Aurelio recuerda que cuando llegaron al lugar era un pedazo de tierra que era más un monte, al llegar se le hizo fajina, se limpió, se chapeó y se fue convirtiendo, gracias al esfuerzo colectivo, en el terreno donde podrían materializar sus sueños, sus esperanzas y su futuro, así como el de sus descendientes.
Ese lugar feo, invadido por la maleza, refugio de alimañas y animales, fue transformado, gracias a las gestiones persistentes realizadas bajo la dirección de esta organización social, que fueron clave para lograr mejoras como la pavimentación de las calles principales, la electrificación, la construcción de escuelas de nivel básico, el alumbrado público, el acceso a programas sociales y vivienda.
Han sido años de intensas negociaciones, de buscar a las autoridades, de elaborar cientos de oficios, solicitudes, peticiones, e incluso de manifestaciones para alcanzar la transformación de la “Fraternidad Antorchista”, que cada día tiene mejoras, en las que, sin duda, también las autoridades contribuyeron.
Así como Aurelio, cientos de colonos adheridos al Movimiento Antorchista son parte fundamental ante las autoridades, para que recientemente se concretara la pavimentación con asfalto del acceso principal a la colonia, una obra que representó una inversión superior a los 11 millones de pesos.
La petición de pavimentar el acceso principal, tenía años en la mesa de las negociaciones:
“Hoy nos sentimos satisfechos por esa obra, que sin duda mejora nuestra calidad de vida, sin embargo, sigue sin ser suficiente, pues todavía falta la introducción de varios servicios básicos y el mejoramiento de la infraestructura en general para poder tener una vivienda digna”, detalló Aurelio.
Para Aurelio, las acciones concretadas marcan un antes y un después en la historia de esta colonia; es evidente que las condiciones mejoraron sustancialmente en comparación con hace casi dos décadas, cuando acceder a las viviendas era una odisea y carecían por completo de alumbrado público.
El señor Aurelio así como cientos de colonos, están convencidos de que aún queda mucho camino por recorrer, pero sin duda los colonos organizados han alcanzado un peldaño más en su proceso de transformación, convirtiendo a la Fraternidad Antorchista en una colonia emblemática dentro de la capital quintanarroense.
A pesar de su estatus irregular, se posiciona como un ejemplo para otras colonias que, aunque han existido por más de 15 o 20 años, continúan atrapadas en condiciones de pobreza y sin avances significativos en infraestructura y desarrollo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario