MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Declive de la educación en tiempos de la 4T

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Entre el gusto y la preocupación de los padres de familia por la situación actual, nada buena del país, y después de más de dos, años niños y estudiantes vuelven a las clases presenciales, salvo en Michoacán donde por la violencia criminal de los cárteles y la inoperancia del gobierno, algunas escuelas permanecen cerradas hasta nuevo aviso. 

La inflación del 8.15 por ciento, que algunos le llaman el nuevo impuesto para los pobres, pega con fuerza inusitada los bolsillos rotos de las mayorías del pueblo; los útiles escolares aumentaron hasta un 30 por ciento en la primera mitad de julio de este año en comparación con el mismo periodo de 2021.

Lo anterior es la mayor alza de precios desde la segunda quincena de marzo de 1997, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), información de El Heraldo del pasado 15 de agosto de 2022. Parte por la pandemia de covid-19, y la situación que creó, pero sobre todo, por ineficiencias, desconocimiento de los problemas de la educación en México y por los recortes financieros que la administración de presidente Andrés Manuel López Obrador impuso al sector educativo, nos hallamos en una situación de desastre en todo el ámbito de la educación nacional.

En todo el planeta es aceptado el punto de vista que en el amplio campo de la educación es fundamental; en primer lugar, la inversión de recursos económicos de los gobiernos y de los que éstos acuerden en colaboración con las empresas privadas. De otra manera, sin la inteligencia necesaria en el enfoque del trascendental problema educativo se corre el riesgo de condenar a una nación entera al rezago, a vivir dependiente de lo que otras hagan y consigan en el avance educativo, pecado capital que las élites gobernantes que procedan de esta manera llevarán por siempre marcado en sus espaldas y del cual en algún momento de su historia sus pueblos les reclamarán como merecen. 

La educación es uno de los frentes de lucha y competencia más delicados, ya que depende de su desarrollo y progreso el que un país tenga un baluarte importante para evitar ser avasallado o esclavizado por los más poderosos de la tierra, que, en general, es que lo que ocurre en el mundo de hoy.

Si estamos de acuerdo con lo anterior, podemos echar un vistazo por qué digo al principio de estas líneas que la educación en todos sus niveles, las universidades, la ciencia están en una severa crisis en nuestro país. Nos cuenta Jorge Ramos Pérez, en el sitio de noticias La Silla Rota (16 enero 2022), que es bien sabido el atraso por décadas que sufre la educación en México.

Desde los años 90 del siglo anterior, la política educativa ha fracasado y el gobierno de Morena eliminó, no dejando ni una coma de la reforma educativa del peñismo de 2013. En el presente sexenio de gobierno, Gilberto Guevara Niebla, uno de los personeros morenistas más representativos, fue subsecretario de Educación y renunció a su alto puesto actual por no estar de acuerdo con los resultados negativos de López Obrador en el tema educativo y en otras cuestiones, entre ellas el carácter impositivo del presidente, que no pide colaboradores sino súbditos y al que nadie debe contradecir.

El morenista Guevara Niebla agrega con contundencia: “La educación de México experimenta un retroceso… (el gobierno federal actual) no produjo un nuevo proyecto (de educación), … (y) en una de las primeras reuniones de este gobierno, por medio de su subsecretario de Hacienda el presidente “exigió que suprimiéramos el 50 por ciento de los programas de la SEP, … (para) financiar los programas y obras prioritarios del Poder Ejecutivo. Fijémonos bien todos, esto le dice alguien que le conoce las entrañas a las acciones de López Obrador.

La lista de los estropicios de Morena es larga contra la educación de quienes son el presente sin futuro, niños y jóvenes por el remedo de educación que vienen recibiendo; todavía en los sexenios anteriores algo se podía esperar. Los golpes han sido demoledores: quitó las guarderías infantiles dejando a millones de madres sin el apoyo seguro de este servicio, quitó el programa a cargo del gobierno de la reparación y aumento de nuevos espacios educativos y lo dejó en manos de los padres de familia abriendo la puerta a la corrupción de éstos, no apoyó durante los dos años y pico de pandemia a los alumnos más desprotegidos proveyéndolos de los instrumentos informáticos para tomar sus clases a distancia. 

No protegió a tiempo, como era su obligación, a los niños y jóvenes con la vacuna anticovid y se perdieron no se sabe cuántas miles de vidas y cuantas más quedaron con secuelas al haberse infectado por el virus; quitó de plano las Escuelas de Tiempo Completo (ETC) a 3 millones 600 mil niños creando un gran vacío de apoyo otra vez a las madres de familia y recortando a los niños de primaria horas de clase y sus alimentos, y por último, no sabe cómo hacer para regresar a las aulas a un millón 423 mil 154 estudiantes de todos los niveles que abandonaron los estudios por la emergencia sanitaria del covid-19. Hay otros problemas muy conocidos que lastran la educación en México y es necesario que yo aborde en otras colaboraciones.

A grandes rasgos, estos han sido sin término de fin los resultados negativos, los que finalmente cuentan -no los resultados fáciles de los programas sociales compra de votos- los cuatro años pasados de un sexenio que se antojaba desde el principio para los conocedores marcado con una interrogante mayúscula por sus grandilocuentes promesas. 

En el terreno difícil de la educación de una nación entera la realidad se impuso. Sin un programa o una reforma educativa científica y con estratosféricos recortes de presupuesto a la educación, los dos años siguientes con los que terminará el mandato obradorista prometen que la debacle educativa se agudice hasta hacerse inmanejable. 

Es inconcebible, irreal pensar que vayan a ser posibles los deseos de la nueva secretaria de Educación, Leticia Ramírez Amaya: su apuesta por el retorno de todos los alumnos a clases y aquello de que “los más necesitados serán prioridad, los indígenas, afromexicanos, jornaleros y migrantes; (por qué) la educación es un pilar para la 4T, tiene visos de una nueva tomadura de pelo a los padres y alumnos mexicanos. 

Leticia Ramírez, la flamante jefa de la SEP, es una burócrata más como la que se va, Delfina Gómez, simples adoradoras de Andrés Manuel López obrador en la gris constelación morenista.
 


 

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