Decía el escritor y periodista Boris Polevoi que -su trabajo en la prensa lo habituó a observar atentamente la vida, a buscar el sentido de los fenómenos y a escribir sólo de lo que conocía bien. Que siempre, quien ha elegido la magnífica profesión de ser periodista se debe hallar entregado a búsquedas, siempre estando dispuesto a escribir- sin embargo, hoy, es una lástima que quienes tienen el poder de la pluma, se escodan detrás de mensajes anónimos para defender a capa y espada, intereses mezquinos, haciendo con ello, denostar demandas legítimas y genuinas de pueblos enteros, maltratados y marginados.

Sí, en esta ocasión me refiero a quienes, haciéndole el trabajo sucio a intereses que parecen ser de funcionarios del Gobierno del estado de Oaxaca, desde el día martes 8 de febrero, fecha en que los antorchistas hicieron presencia en Ciudad Administrativa para exigir solución a sus justas demandas, los mensajes de amenaza directamente contra Dimas Romero González, dirigente de más de 50 mil antorchistas oaxaqueños, no se hicieron esperar y, bajo la firma del “anonimato”, no hicieron más que circular en grupos de WhatsApp, calumnias sobre el trabajo de una persona que, quienes lo conocemos, sabemos nada se acerca ni en lo más mínimo a quien describe el dichoso texto, pues sin abundar tanto en las misóginas palabras que utilizaron para “describir” al maestro Dimas, como muchos le decimos con aprecio, se hacía el recuento de la “forma y vida de lujos” en la que vive y con ello, el acompañamiento de la amenaza de atentar con su vida.

Y la pregunta ¿porqué tanta saña contra un líder que “no vale nada”? Pues resulta nada más y nada menos que por el hecho de que, Dimas Romero González, con la facultad de guiar a su Organización para luchar contra injusticias que se están cometiendo contra pueblos indígenas, declaró que, sin cerrar los accesos a Ciudad Administrativa se mantendrían en pie de lucha hasta que las peticiones fueran solucionadas. ¿Y cuáles son esas demandas? en primer lugar se encuentra el caso de San Pedro Ocopetatillo, municipio que durante ya 2 años no tiene autoridad municipal porque un grupo minoritario, con amenazas, ha sometido al resto de la comunidad a vivir en la zozobra, en el abandono, sin obras de infraestructura ni servicios de salud; en segundo, los padres de familias y autoridades de San Miguel Monteverde pidieron el auxilio de la Organización para exigir al Gobierno del Estado, la oficialización de su bachillerato que durante 5 años, han sufragado, motivados en que los jóvenes son el presente y el futuro de Oaxaca y nuestro país.

Y así como es de genuina la demanda de San Miguel Monteverde, así son todas las peticiones que Antorcha ha presentado al Gobierno del Estado, por eso, ningún funcionario se ha atrevido a salir a declarar públicamente lo contrario, pero toda vez que la exigencia de la gente se hace escuchar, a esos funcionarios que han mantenido en el rezago a las comunidades y al pueblo oaxaqueño general, no les queda de otra que contratar a gente que les haga el trabajo sucio de denostar el trabajo de Antorcha, pero todo, sin sustento y solo laceraciones. Es esto, lo que lejos de dispersar al antorchismo lo une más y lo agiganta demostrándonos que es más que necesaria la unión y lucha de todos, para quitar a quienes hoy gobiernan y formar un partido que represente los intereses de las mayorías. El tiempo y las condiciones se están dando más temprano que tarde.