La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 4° que toda familia tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa, el derecho a la vivienda es el derecho que garantiza a todo ser humano un espacio destinado a servir de morada, que cuente con los servicios mínimos para mantener y fomentar la salud física y mental, el desarrollo, la privacidad e intimidad de su persona y de su familia.
El derecho a la vivienda digna implica que los ciudadanos de todos los perfiles económicos y socioculturales tengan la posibilidad de acceder a una vivienda de calidad, bien ubicada, con servicios básicos, con seguridad en su tenencia y que, como asentamiento, atienda estándares éticos de calidad. En México hay un rezago habitacional del 45% y se identifican desigualdades claras en cuanto a la disponibilidad de equipamiento, infraestructura básica y acceso a servicios.
La Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) define al rezago habitacional como: “el número de viviendas que cuentan con materiales precarios en pisos, techos y muros, no cuentan con excusado o aquellas cuyos residentes habitan en hacinamiento”.
El Inegi detalla que en Querétaro, al 2020, existían 668 mil 487 viviendas habitadas. Esta entidad ocupa el lugar 21 a nivel nacional por su número de hogares habitados. El 23.5 por ciento de las viviendas habitadas son pequeñas al registrar una superficie de construcción no mayor a 55 metros cuadrados.
El derecho a la vivienda es un derecho fundamental, inherente a la dignidad del ser humano y elemental para contar con el disfrute de otros derechos fundamentales como el derecho a la salud, etc.
Las condiciones de vida siguen siendo precarias en Querétaro y con la pandemia de covid-19 se agudizan más. El derecho a la vivienda, a los servicios básicos, la salud, la educación, debieran ser prioridad de los gobiernos. Pero no ha ocurrido así, existen pueblos y colonias donde estos problemas son tan evidentes, y que durante muchos años se ha exigido a los gobiernos este derecho y ha hecho caso omiso violándolos y no resolviendo la problemática como si se tratara de algo que no es su responsabilidad.
La falta de calidad de la vivienda y una política que reduzca el hacinamiento se ha vuelto fundamental para mejorar las condiciones de vida que los mexicanos y los queretanos necesitan, puesto que se ha vuelto una variable que se asocia a la letalidad del virus actualmente y otras enfermedades; porque es inevitable que en una vivienda viven entre 5 o 10 personas, los contagios por covid-19 se incremente y prácticamente sea imposible evitarlo.
Si antes de la pandemia los gobiernos no pusieron atención en la falta de vivienda para miles de familias, aun siendo una prioridad hasta de sanidad, es necesaria y urgente que se ponga mayor atención y se ponga en marcha todo lo dicho y prometido en campaña, pues la vivienda es solo una de las tantas carencias que existen.
Los queretanos esperamos ser incluidos en los programas del gobierno estatal y municipales, de lo contrario no nos quedará de otra más que hacer uso de nuestros derechos, exigiendo para que se incluyan nuestros pueblos y colonias con obras y servicios.
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