MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Dónde quedó la austeridad republicana?

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Estamos a 11 meses de la elección presidencial, el primero en reunir a sus corcholatas fue el partido oficial y sus aliados, desde las oficinas de la presidencia trazar línea, para acordar y aprobar las reglas del juego amañado dar banderazo de salida y poner a hacer actos adelantados de campaña en lo inmediato a cada uno de los aspirantes: Claudia, Adán, Marcelo, Ricardo, Manuel y Noroña, todo este show planeado, organizado y operado desde el poder central, en menos de un mes fue orquestado todo un montaje teatral “democrático” de precampaña en el interior del partido oficial.

En todo este aparente proceso democrático hay gato encerrado, ya todo está acordado y decidido, no esperemos nada extraordinario, pero los problemas agudos del país que lo están destrozando, requieren de distractores y los espectáculos de las corcholatas deben comenzar para cumplir con ese sucio y vergonzante papel. Aun distorsionando el lenguaje para no continuar violando la ley hay que adelantar el proselitismo político. La pregunta es, ¿de dónde salen tanto dinero para pagar los miles de espectaculares, millones de periódicos, decenas de miles de pintas? La desgastada democracia actual, exige recurrir a rancios procesos democráticos en nuestro país, cayendo en esos viejos métodos y formas que tanto criticó el partido oficial cuando era oposición.

En todos lados vemos un derroche de dinero por los candidatos del partido oficial, en miles de bardas pintadas que suman más de 10 millones, más de 700 espectaculares con un costo aproximado de 15 millones, publicidad en los últimos tres meses en cientos de páginas en redes sociales con un costo aproximado de 8.3 millones; cuánto será el gasto total de las precampañas de las corcholatas y de dónde sale ese dinero, nadie lo sabe, pero no los imaginamos, porque aquí no se nota la austeridad republicana, eso solo se quedó en el discurso del pasado, como argumento válido que sirvió como una daga efectiva que hirió de muerte al enemigo, que merecido lo tenía, ahora se retoma esa vieja forma de hacer campaña derrochando recursos que los hay y de sombra, todos sabemos que el árbitro electoral es de casa, esta domado y controlado desde el poder central y no pasará de enviar extrañamientos por escrito, sacar tarjetas amarillas a los precandidatos, pero nunca sacarán una tarjeta roja.

Todo este despilfarro de recursos públicos que hacen los partidos, como una consecuencia de la descomposición y crisis por la que atraviesan los partidos políticos, las alianzas y coaliciones entre partidos, es claro que está por delante el poder por el poder antes que los principios partidarios. Todos los aspirantes andan buscando las formas de engatusar a los votantes, burlando la ley, que no se nos olvide que si así burlan la ley ahora que buscan ganarse la simpatía, darse a conocer y posesionarse entre los votantes para arrancarles su voto, que nos espera cuando estén en el poder, así burlarán a la ley para no cumplir con los compromisos que hicieron con la ciudadanía.

Todas las corcholatas traen en la agenda diaria una serie de eventos con concentraciones masivas, que implica un gran gasto en logística (sillas, lonas, templete, escenario, carpas, sonido), la movilización de los asistentes implica cubrir sus pasajes y actividades extraordinarias que no son tan visibles, pero implica altos gastos.

Todo este espectáculo precampañesco está realizándose al más viejo estilo, no hay ninguna diferencia con lo que ellos tanto criticaron. Todos con populacho estilo, “florido lenguaje” y simulados discursos, intentando ser una copia de su jefe político. Lo que hemos empezado a ver por todas partes, en el proceso de selección de precandidatos de la oficialidad y de la oposición en los últimos días, es una muestra de que nuestro sistema económico y político está sumergido en una profunda crisis que nos puede llevar a un desenlace peligroso, donde nadie se salvara de sus consecuencias.

No podemos volver a ser víctimas de tanto circo, malabarismo y show electoral, sea del partido oficial o de la oposición, urge darnos cuenta que hay causas más profundas, poco visibles, que están obligando al grupo en el poder en este país a actuar anticipadamente en el proceso electoral 2024, con diferentes tácticas y estrategias en sus respectivas trincheras, aun sin importarles las reglas del juego, pues hoy tienen el control del INE, por eso lo querían para hacer del 2024 un cochinero y al final salga un ganador, los medios, las formas y condiciones son las que menos importan, el fin último es ganar la presidencial

No podemos seguir en un sistema político donde las necesidades de las mayorías se conviertan en banderas de los candidatos, vertiéndose en una sarta de promesas que atrapen como moscas a la miel a los humildes despolitizados, eso es un crimen.

No podemos ver pasar otros 6 años, donde la realidad siga siendo igual o peor como nos pasó en este sexenio, simplemente porque las promesas de campaña de AMLO no se han cumplido y ni se van a cumplir.

Estamos frente a un proceso electoral muy complejo, oscuro y difícil, donde están inmiscuidos intereses muy poderosos de muchos sectores, habrá muchas denuncias, pero ninguna será tarjeta roja, de lo que estamos seguros es que habrá perdedores en esta contienda y no serán los candidatos, sino otra vez, como siempre serán las grandes mayorías, de eso debemos estar seguros. 

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