Los cambios que surgen en nuestro entorno ocasionado por la globalización, el desarrollo científico y tecnológico, el libre mercado de mercancías y conocimientos, y la "nueva normalidad" generada por la pandemia de covid-19, han obligado a la población, las empresas y las instituciones públicas a buscar medidas para continuar con sus actividades desde casa, recurriendo al uso de plataformas tecnológicas que permitan trabajar a distancia de manera virtual, de este panorama no escapa la educación.
Es necesario conceptualizar la educación a distancia y la educación virtual, siendo la primera, aquella que aparece como una solución a los problemas de cobertura en lugares inaccesibles por la ubicación geográfica; con la llegada de la revolución tecnológica aparece la educación virtual que se refiere al desarrollo de programas de formación que tienen como escenario de enseñanza y aprendizaje el ciberespacio. La educación a distancia permite la formación de los estudiantes que no pueden acceder de manera física a la institución, utilizando, para ello, diferentes medios: impresos, analógicos o digitales, de acuerdo con la época. La educación virtual es parte de la educación a distancia, en tanto es una modalidad de ésta. (Facundo, 2003, La educación a distancia)
Las primeras experiencias formales de educación a virtual datan de la década de 1940, con la creación de la primera universidad a distancia en Sudáfrica (UNISA); después la creación de la Standford Instructional Network Television en 1967; y en nuestro país, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey en convenio con la Universidad Autónoma de Bucaramanga (y posteriormente, en 1995-1996, con las universidades que conforman la Red José Celestino Mutis), comenzó a ofrecer programas académicos a distancia (maestrías) mediante clases satelitales producidas en México en el año de 1992. Así es como, a casi tres décadas, la coyuntura actual frente al Covid-19, obliga al ejército docente a reflexionar y recurrir a otras medias para continuar con la educación, encontrando en la modalidad virtual la respuesta.
La educación virtual es un modelo que ha ido en crecimiento en los últimos meses. La ONU estima que con el cierre de escuelas y universidades en más de 100 países, se han afectado a más de 850 millones de alumnos, migrando las actividades presenciales a un modelo en línea para evitar interrumpir su aprendizaje y ciertamente, es la única forma de seguir avanzando. Este panorama transforma totalmente las prácticas docentes, quienes han improvisado clases digitales para no dejar a la deriva el ciclo escolar y abandonar a los alumnos a su suerte. Pero más que un experimento o improvisación debe de ser un reto para el docente, éste debe sentir la necesidad de evolucionar en la práctica del magisterio, prepararse en el área de formación e innovación docente. Lo que viene dentro de la "nueva normalidad" es empezar a construir las habilidades necesarias para que la educación en línea realmente se convierta en una opción viable y equivalente a la educación presencial en todos los niveles y con todas las temáticas. Un reto que debemos afrontar todos quienes nos dedicamos a la educación, conocer y dominar plataformas como: Google-classroom, Moodle, Edmodo, Screencast (aula-invertida), EducaLab, Eduvolucion entre otras. En todas ellas se permite que el docente y alumno se retroalimenten, no pierdan experiencias significativas, se desarrolle el pensamiento crítico de los educandos, se cuide su salud socioemocional y todo esto sin perder la calidez del docente y su figura como guía social.
Esta pandemia pone de manifiesto una ventana de oportunidades para trabajar en un plan digital que permita acortar la brecha de al menos 30 años de rezago en la actualización digital y pedagógica que existe en nuestro país. Una educación virtual de calidad, donde el docente esté preparado y el alumno cuente con las condiciones y herramientas necesarias, puede contribuir a mejorar los indicadores de desempeño del país, ya que esta modalidad se traduce en el dominio de las técnicas y prácticas que generan conocimiento de alto nivel, favoreciendo los procesos de innovación y desarrollo de la ciencia y la tecnología, se eliminan barreras de lugar y tiempo. Para ello es necesario que los distintos jefes de gobierno jueguen un rol activo y positivo en favor de planes y programas que hagan realidad este gran paso que exige la educación.
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