MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El agua, gran negocio de los empresarios

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De acuerdo con la información obtenida por la Comisión Estatal de Aguas (CEA), de la que es vocal ejecutivo Enrique Abedrop Rodríguez, en la administración pasada, la capital y el estado de Querétaro se han convertido en uno de los destinos privilegiados para vivir dentro del territorio mexicano, actualmente registra una tasa anual de crecimiento del 2.7 por ciento, entre 2010 y 2020, según el INEGI; una de las más altas del país, con un creciente índice de desarrollo industrial y empresarial.

Se proyecta que para 2030, que la capital y zona conurbada crecerán a más de un millón 500 mil habitantes, panorama que hizo evidente la necesidad de poseer más y mejores servicios básicos para atender a las generaciones futuras. Ante esta situación fue preciso pensar en poseer una infraestructura hidráulica que garantizara el abastecimiento de agua a corto, mediano y largo plazo de Querétaro, y que modificara el esquema de sobreexplotación para convertirlo en uno integral, moderno y sustentable como es actualmente el Acueducto II. Este acueducto es una magna obra, muy compleja por su orografía; es la más grande del estado de Querétaro, a través de 123 kilómetros transporta agua potable de noroeste a suroeste atravesando el río Panuco y la cuenca Lerma-Chapala, para abastecer con agua limpia en cantidad y calidad suficientes a más de 900 mil habitantes. 

El Acueducto II viene desde los manantiales de El Infiernillo Cadereyta, ubicados en el río Moctezuma, para el cual se construyeron caminos, una presa derivadora para la captación del agua, dos poderosas plantas de bombeo para impulsar el agua por 24 kilómetros, venciendo una altura de 1,150 metros, un túnel de casi tres kilómetros que atraviesa por el macizo rocoso del Doctor. El agua ya potabilizada recorre más de 98 kilómetros por gravedad, llegando al sistema de distribución llamado Acuaférico para distribuir el agua a la ciudad de Querétaro.  Su costo ascendió a 2,854 millones de pesos (mdp), de los cuales el Gobierno federal, que presidía Felipe Calderón Hinojosa, aportó 854 millones de pesos, vía el Fondo de Infraestructura (Finfra), y 2,000 millones fueron aportados por inversionistas privados (El Financiero del 6 marzo de 2017), más los gastos de operación para su funcionamiento que ascendían a 380 mdp, de los cuales 300 millones correspondían solo por el consumo de energía eléctrica.

Cuantiosas cantidades de dinero que invierten los gobiernos en estas importantes obras, recursos tomados mayoritariamente del presupuesto público, y nos hacen creer que es para satisfacer las necesidades de la sociedad, pero en realidad son pingues negocios. Todas estas inversiones son principalmente para abastecer a las grandes empresas, a las grandes industrias inmobiliarias, y no pensando en satisfacer el consumo humano. Se anexa nota:  El Economista (del 18 de julio de 2021, por Viviana Estrella). “El crecimiento poblacional del estado, la alta demanda del agua para las actividades agrícolas y de asentamientos habitacionales, así como los rezagos en su tratamiento doméstico e industrial y la falta de políticas públicas para el manejo del líquido son aristas que presionan el abastecimiento del agua en Querétaro”. 

Como quien dice, la necesidad los obliga a seguir invirtiendo en la extracción del agua. Y qué bien, pero ojo, no existe la preocupación en dotar del servicio a los pueblos y colonias que requieren del vital líquido para la supervivencia humana, sino para continuar invirtiendo en un recurso natural que les pertenece a los mexicanos y del cual ellos obtienen cuantiosas ganancias, al fin y al cabo, quienes gobiernan en Querétaro son poderosos industriales, que ven en la administración pública una gran empresa para invertir y sacar el mayor provecho posible. 

Y como ejemplo ahí está el municipio de Cadereyta, donde carecen de agua, cerca de 30 comunidades, precisamente por donde atraviesa esa magna obra del Acueducto II, es increíble, sorprendente, que no se pueda dotar de dicho servicio a los habitantes que llevan más de 16 años con puras promesas y recientemente con un compromiso firmado en el 2021, por el ex vocal ejecutivo Abredop Rodríguez; llevan más de un mes plantados los antorchistas queretanos frente a palacio de gobierno, sin recibir ninguna propuesta de Kuri González.

Eso sí, ya se iniciaron las gestiones para el Acueducto III, el mandatario estatal informó que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), ya otorgó los permisos para la extracción del agua de la presa Zimapán, específicamente de Tzibantzá, la autorización se dio para la extracción y transportación del líquido superficial del cuerpo de agua que se ubica en Cadereyta de Montes; y precisó que el proyecto será para garantizar el abastecimiento  de agua potable en la zona metropolitana durante los próximos 50 años. ¿Será?

Así dijeron con el Acueducto II, que era para garantizar el agua previendo el crecimiento poblacional hacia 2030, y la realidad es que en la capital y zona metropolitana muchas comunidades carecen de agua. 

Mentiras y más mentiras, eso es lo que saben hacer nuestros flamantes funcionarios públicos. Por eso urge la unión, la organización y la politización del pueblo, para construir un gobierno de nuevo tipo.

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