El 9 de octubre del presente, se aprobó una nueva reforma a la Ley ambiental del Estado de Nuevo León, una de las principales reformas quizá la que más ha llamado la atención es la que prohíbe la utilización de bolsas de plástico y popotes, misma que entra en vigor hasta mayo del 2020; algunas empresas trasnacionales como Walmart, iniciaron con la aplicación de dicha medida de forma inmediata.
En su artículo 168 BIS I dice: se prohíbe la venta y dadiva de bolsas en las cajas de cobro en supermercados, tiendas de autoservicio, de conveniencia, mercados, comercios y demás similares, elaboradas con polietileno de baja densidad, polietileno lineal, polietileno de alta densidad, polipropileno, polímero de plástico y cualquier otro de sus derivados, para fines de envoltura, transportación, carga o traslado de alimentos, bebidas o productos que ahí se expendan.
En el artículo 168 BIS II, prohíbe el uso de popotes. El artículo 168 BIS III, menciona que la multa a quien viole dicha medida: será acreedor de una multa de mil quinientas a veinte mil UMAS, que en pesos $ 126 735.00 a $ 1 689 800.00 y de reincidir, el monto de la multa podrá ser hasta por dos veces del monto originalmente impuesto, llegando hasta la clausura del negocio.
Esta reforma a la ley, me permite hacer algunas reflexiones sobre la grave contaminación que es uno de los principales problemas que aquejan al mundo actual, y a decir de los expertos es una de las amenazas que pueden poner en riesgo a la humanidad entera (el deshielo de los glaciares, la grave contaminación del aire, agua y suelo), cuyas consecuencias ya se han mostrado en diferentes ocasiones.
Pero ¿Quién es el culpable de esta situación? ¿Quiénes serán los responsables de encontrarle una solución? Con esta ley, como muchas otras, pretenden hacer sentir culpable a la ciudadanía de dicho problema, por tanto, que sea ella quien pague por los costos de todo eso, y para ello, sólo basta ver el monto de las multas que se ponen por la transgresión de la ley, en resumen "eres culpable, paga por ello", esto se parece mucho a un comercial de la cervecera y cigarrera que dice: "que un niño tome no está chido", "que una niña fume no está chido", con éstas campañas se busca principalmente lo mismo, es decir dar a entender que si tu hijo fuma o se droga, etc., tú eres el culpable, tú, tú, solo tú, ya que si analizamos bien, entre los promotores y fundadores de esta campaña, se encuentra: Fundación Coca Cola, que produce uno de los productos que más dañan a la salud y para ellos es la forma de decir que están colaborando para abatir la obesidad. Hay una solución más simple, si realmente estás convencido de que se debe dejar de fumar y beber, deja de vender el producto.
Prohibir las bolsas no resuelve el problema, veamos lo que dice un ambientalista: "No es un asunto que realmente vaya modificar el medio ambiente, pero sí es importante la medida, como una medida de conciencia", dice Guillermo Martínez, entrevistado por ABC noticias. Además, la prohibición de bolsas sólo ataca un aspecto del problema, estudios del ITESM demuestran que los principales contaminantes atmosféricos provienen, en general, de cuatro fuentes: las fijas como la industria; las móviles que incluye autos y camiones; fuentes de área, es decir, actividades comerciales y servicios; y fuentes naturales, como la erosión del suelo, entre otras. En Nuevo León el parque vehicular es de 2 millones 129 mil, sin embargo, la industria, además de contaminar el aire es la principal fuente de contaminación de los ríos: Santa Catarina, Pesquería, y La Silla, que no se puede perder de vista que es otro de los contaminantes que tiene Nuevo León, y que hasta el momento no tiene una política integral.
Para las empresas resulta altamente rentable la prohibición de bolsas, ya que obligan al cliente a trasladar sus mercancías como sea, amparándose en la ley, ahorrándose en una primera etapa el costo de empaque y, por otro lado, casi obligando al cliente a que compre las bolsas ecológicas que van desde 14.90 hasta 40 pesos y que al sentirse culpable uno se ve obligado a comprar las bolsas, para no llevar la mercancía en las manos.
En cuanto a este aspecto del problema uno se pregunta, me prohíben llevar una bolsa, pero por otro lado casi todos los productos vienen enlatados, embolsados, empaquetados, en bolsas y empaques de fierro o aluminio, pero sobre eso no se dice nada. Revisando, como todo es más fácil echarles la culpa a todos para que los verdaderos culpables, sigan lucrando desde sus trincheras. Es algo parecido a los impuestos, hay que gravar las bebidas y botanas, que al final viene pagando el consumidor; las grandes empresas se salvan de los impuestos y de multas por dañar el medio ambiente. ¡Benditas leyes!
El culpable, al fin, es el modelo económico, en dónde se busca la máxima ganancia. En este modelo no importa el medio ambiente, no importa nada y cuando tocan el tema, ejemplo bolsas ecológicas, lo promueven y lo aplauden, porque saben que es una manera de presentarse de una manera amigable al público y sigan siendo empresa socialmente responsable (ESR); es como el tipo ese que subió la foto de que consume su refresco no usando popote, porque así salva a la vida marina, aunque su comida consista en una mojarra frita, camarones y ostiones. En fin, la forma cubriendo el fondo.
Al venir al mundo, uno vive de acuerdo al mundo que encontró, hace 50 años se usaban pañales de tela u otro material que se lavaba, pero como todo se convierte en mercancía, hoy en día son cientos de miles de pañales desechables los que se usan a diario, es cierto que no podamos opinar cuando nacemos sobre el tema, pero si debemos contribuir y luchar para que eso se modifique cuando adquirimos conciencia. Concluyo diciendo que prohibir las bolsas es buena medida, pero insignificante. Para salvar al medio ambiente es necesario cambiar el modelo económico y sustituirlo por uno realmente preocupado, por la humanidad entera que es la que está en juego.
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