El jueves 30 de septiembre estudiantes y colonos organizados en el Movimiento Antorchista, realizaban un mitin pacífico frente a la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México y brutalmente fueron envestidos por granaderos y policías del gobierno capitalino para callar sus voces y que no se siguiera denunciando la prepotencia y falta de sensibilidad del Jefe de Gobierno, Miguel ángel Mancera.
En este acto de barbarie, fueron golpeados en distintas partes del cuerpo, el profesor Víctor Roldán Hernández, el colono Damián López y los estudiantes Jerson Samuel Rodríguez, Uriel Colchado corona, Abril Sánchez y Jonathan Osvaldo Arzeta, a quienes además los policías los detuvieron por unos momentos pero fueron liberados al grito unísono de los manifestantes los transeúntes y trabajadores de limpieza que apoyaron la manifestación. Los mismos hechos se suscitaron el pasado viernes 28 de octubre cuando protestábamos en la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, como si esta ya fuera la receta magica de Mancera contra el pueblo que le exige que cumpla con su deber.
Los compañeros violentados por este cuerpo policíaco muy utilizado por Mancera en los últimos años para disolver y golpear a manifestantes, fueron atendidos de sus heridas que no tienen razón de ser, porque la manifestación pública es un derecho asentado en nuestra Carta Magna y el señor Mancera se la está pasando por el arco del triunfo, pero la ciudadanía capitalina le está cobrando cara la factura porque, a dos años de concluir su mandato, recordamos que en 2012 obtuvo unos de los triunfos arrasadores en las elecciones de ese año para jefe de Gobierno, 63.6 por ciento de los votos para él y su propuesta política, superando con esto a sus antecesores.
Pero esto se ha ido acabando para Mancera por su política ineficaz que no le interesa el bienestar del pueblo, pues como se pueden ver las estadísticas de las últimas encuestas que se han realizado, desde el año pasado, al rendir su tercer informe, su administración ya presentaba índices de aprobación menores al 40 por ciento.
Miguel ángel Mancera ha resultado ser un gobernante malo, ineficaz, prepotente y represor, por eso la desaprobación de los capitalinos no se podía hacer esperar y creo que con gusto lo quitarían de su puesto de jefe de Gobierno, emanado de un partido de "izquierda", que más que nada ha sido el estandarte para engañar a los votantes.
Los errores de Mancera se deben a que no ha sido capaz de dar solución a actos de corrupción como la suscitada en la llamada Línea Dorado del la línea 12 de Metro, la represión ejercida hacia las manifestaciones sociales a pesar de que es un derecho constitucional, violando con esto flagrantemente nuestra Carta Magna y demás factores, como que no ha sabido resolver los problemas tan graves de contaminación que padece la ciudad, donde se respira un aire venenoso; y un largo etcétera por mencionar.
En la más reciente encuesta realizada por el Diario Reforma, Mancera se encuentra en el nivel de aprobación más bajo, con un 63 por ciento de capitalinos que desaprueban su gobierno; el pueblo le está cobrando la factura a su mal desempeño y a la represión que muchos hemos sentido en carne propia cuando le exigimos que cumpa con su deber.
Mancera a últimas fecha sólo se dedica a promocionarse con mentiras en otros estados de la república y sólo les resuelve a los de su partido o los que más tienen y a los pobres los margina y los golpea y mientras tanto, los más de 8 millones de habitantes de la ciudad sufrimos enormes carencias en las 16 delegaciones con una ciudad sumida en el caos, llena de basura, baches, orines, inseguridad, con un ineficiente y caro servicio de transporte, con insuficiencia en el suministro de agua potable, sobre todo en la vasta zona de asentamientos irregulares, donde habitan cientos de capitalinos muy humildes, además respiramos un aire venenoso. Con todo esto digo sin temor a equivocarme que Mancera dista mucho de ser la izquierda que tanto pregona y que realmente necesita el pueblo pobre de nuestro país.
Mientras tanto, que le quede claro al señor Mancera que nuestra lucha no claudicará, al contrario cada día se van sumando más cerebros y corazones que se identifican con ella, porque sienten la pobreza y la injusticia en la ciudad y que hemos podido constatar cada vez que envía a su policía y granaderos a golpearnos; los transeúntes, automovilistas, etc., nos brindaban su apoyo y en todas las protestas que hemos realizado, siempre son más y más capitalinos que se suman para luchar por mejores condiciones de vida y hacer que los gobernantes tiranos no se embolsen los recursos del pueblo y que realmente lo inviertan en la ciudadanía. Adelante compañeros, nuestras demandas son justas y de urgente solución, no pararemos en nuestra lucha y la ganaremos cueste lo que cueste.
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