MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El engaño del incremento al salario mínimo

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Cada año se anuncia con bombo y platillos un nuevo aumento a los salarios mínimos. Sobre todo, en los años que van del gobierno de la llamada “Cuarta Transformación”, estos aumentos se usan por el presidente como un logro extraordinario de él, de López Obrador; y hay gente que le cree todo; si el presidente dice que la luna es de queso y el mar es agua bendita, ¡se lo creen! Por eso cuando se habla de los salarios mínimos, la gente se alegra y agradece la enorme bondad del presidente. Pero es falso, o es verdad solo en una parte muy insignificante.

Para el año 2022, López Obrador ha dicho que el salario mínimo aumentará 20 por ciento, por lo mismo, subirá de 141 a 172 pesos… ¡Y lo canta como si nos hiciera el gran favor, que debemos agradecer de rodillas! Lo dice una y otra vez en sus mañaneras y en los foros donde tiene oportunidad.

Lo primero que debemos tener presente, es que esos incrementos a los salarios mínimos solamente se hacen realidad para quienes reciben salario mínimo y están registrados en el IMSS. Si el patrón que a usted lo contrató, le paga el salario mínimo y lo inscribió en el Seguro, usted puede arrodillarse y agradecerle al “Santo Niño Manuel”; pero si usted trabaja en esa misma empresa y gana más del mínimo, ese aumento no es para usted.

Si usted trabaja por su cuenta en algún pequeño negocio o es ambulante o tianguista, olvídelo, tendrá que seguir echándole ganas, así como va. Ninguna ayuda espere del gobierno, al contrario, es posible que si hasta este momento, usted que vende tamales o joyas de fantasía o cualquier mercancía, en la calle, van a empezar a cobrarle impuestos. Nada, pues, que agradecer al gobierno de “Primero los pobres”.

Pero si aquellos que van a ver aumentados sus salarios, de 141 a 172 pesotes diarios, ya están echando incienso al “Santo Niño Manuel”, espérense y analicen los datos que ya tenemos encima.

Primer dato. En el país somos casi 130 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente 60 millones somos trabajadores. En el Seguro Social están inscritos poco más de 20 millones, y de ellos, seis millones reciben salario mínimo. O sea, 54 millones, ni nos daremos cuenta del famoso aumento. Ese será el caso de los tianguistas, los vendedores ambulantes, los dueños de negocios en pequeño.

Segundo dato. Los economistas y analistas financieros, incluidos los del gobierno, saben ya que ahora mismo, en diciembre, la inflación (incremento de precios) ha superado las estimaciones del gobierno. Estamos ya con una inflación mayor al 7 por ciento, por eso ahora mismo estamos viendo incrementos de precios muy acelerados. Por ejemplo, el kilo de tortilla está rebasando los 20 pesos, un incremento del 34 por ciento solo en el 2021, sin duda, en enero tendremos en el país entero, a más de 30 pesos el kilo de tortilla. El jitomate ha llegado a costar en estos días 40 pesos y el tomate, 45. El kilo de pavo, por si alguien tiene el dinero para prepararlo en navidad, está a 200 pesos. Ya para qué seguirle. Por más que alguien esté feliz con su nuevo salario mínimo, tendrá que conformarse viendo cómo ese aumento se convierte en polvo.

Un dato más. De los 54 millones de trabajadores mexicanos que no recibirán aumento a sus salarios, 49 millones no pueden comprar para su alimentación todos los productos de la canasta básica, incluso, los mexicanos que viven en pobreza extrema, los más pobres entre los pobres, que son cerca de 11 millones, en realidad sobreviven con tortillas y sal.

Esa es nuestra triste realidad. Los aumentos al salario mínimo solamente sirven para que los ricos del país, que se llevan el fruto de nuestro trabajo, a la hora en que se sienten en su lujosa mesa a disfrutar su cena navideña, no tengan remordimientos. Lo mismo el señor López Obrador: saber que hubo un incremento de salarios y que está entregando una limosna mensual a un porcentaje de mexicanos, lo hace sentirse bien, y entonces, sin remordimientos de conciencia, acepta humildemente el traje de santo: Santo Niño Andrés.

Los trabajadores debemos olvidar ya la idea de que un señor tocado por la divinidad, que se cree y se siente dios todo poderoso, vendrá a salvarnos. Eso no va a suceder, sobre todo porque no conoce nuestros problemas, pues no los ha vivido, ni los ha estudiado de manera científica. La única fuerza capaz de hacernos fuertes y defender nuestros derechos con firmeza y dignidad, es la unidad de los trabajadores y del pueblo mexicano. Basta ya de vernos como enemigos, debemos aceptar que caminamos por la misma senda, llena de peligros, por eso, solamente marchando juntos podremos salir adelante. Es la invitación que les hace el Movimiento Antorchista para el próximo año.

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