La “Cuarta Transformación” (4T) de Andrés Manuel López Obrador no cuenta con un proyecto económico claro que pueda ofrecer a la sociedad mexicana, sin caer en la mentira o la demagogia, garantías políticas y sociales. Las estadísticas, los números y la información que se da a conocer por la prensa local, nacional e internacional muestran a un gobierno débil y confuso ante una realidad crítica que vive el país.
La “astucia” política de López Obrador y su partido Morena ya no convence ni apantalla y sí, en cambio, irrita y decepciona a muchos. La 4T pierde credibilidad en la opinión pública, cada error, cada fracaso y cada declaración que se hace, a partir de eso, no se sabe lo que viene.
El Producto Interno Bruto (PIB) mexicano no ha recuperado el dinamismo perdido en los años anteriores, y la economía mexicana es un calvario para el presidente de la República pues en sus primeros años de mandato, vivió dos contracciones económicas. Es cierto que durante el primer trimestre de 2021 el PIB creció 0.4 por ciento y 1.5 por ciento en el segundo trimestre (Inegi) y que el gobierno de la 4T celebra, pero el hombre sencillo, el hombre de calle, que no sufre la misma intoxicación que los políticos morenistas y que no dispone de tiempo ni ganas para perderse en declaraciones hueras, se atiene solo a los hechos, a los frutos, a las realidades.
Hoy nuestro país, suman 3,8 millones más de mexicanos que cayeron por debajo de la línea oficial de pobreza en 2020 hasta alcanzar un total de casi 56 millones, en comparación con el cálculo de finales de 2018, cuando el presidente López Obrador asumió la Primera Magistratura del país.
Los recientes estudios del Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestran también la pobreza extrema durante el mismo periodo creció del 7 por ciento al 8.5 por ciento de la población, o casi 11 millones.
La realidad y la miseria de millones de mexicanos no admite más aplazamientos, requieren que se les ataque en serio, con acciones decididas y con una autenticidad a toda prueba. El remedio parece sencillo, pero no lo es. Para ponerlo en práctica con eficiencia se requiere, antes que todo, altura de miras y deseo genuino de poner a salvo la causa común. Espíritu que es, a decir verdad, según se deja sentir, el que más hace falta en el gobierno de la 4T de los tiempos que corren.
Por otra parte, los delitos de homicidio doloso; la violación simple y equiparada, el robo en sus diferentes modalidades y las lesiones dolosas presentan una tendencia al alza en lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador. “En el caso de los homicidios dolosos, entre el 1° de diciembre del 2018 y hasta el pasado 31 de mayo de este 2021, en el país se han registrado 72,892 carpetas de investigación.
Lo anterior es equivalente a un alza de 138.4% en cotejo con el mismo periodo de Felipe Calderón Hinojosa (30,572 carpetas de investigación), que va del 1 de diciembre del 2006 al 31 de mayo del 2009, y de 73.6% en cotejo con el lapso de Enrique Peña Nieto (41,979), cuyo periodo de comparación es del 1 de diciembre del 2012 al 31 de mayo del 2015” (El Economista).
La ausencia de la verdad y la prevalencia de la mentira es la mayor tragedia en nuestra peligrosa situación económica, política y sanitaria.
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