Los mexicanos, a pesar de que países extranjeros nos cataloguen como una raza inferior, la historia nos ha demostrado que esta tierra ha parido hombres y mujeres trabajadores y valientes, que vieron la necesidad ante tanta pobreza, abusos de unos cuantos poderosos, hambre, miseria.
Hombres y mujeres que lograron poner en pie a contingentes numerosos para luchar en busca de justicia.
Me referiré, en esta ocasión, al gran general Emiliano Zapata, también conocido como El Caudillo del Sur, campesino y militar que participó en la Revolución Mexicana, que el pasado 10 de abril se cumplieron 103 años de su asesinato; escuchamos a más de uno recordarlo y honrar su muerte, no es para nada menos.
Recordemos lo que dijo: “El campesino tenía hambre, padecía miseria, sufría explotación y si se levantó en armas fue para obtener el pan que la avidez del rico le negaba. Se lanzó a la revuelta no para conquistar ilusorios derechos políticos que no dan de comer, sino para procurar el pedazo de tierra que ha de proporcionarle el alimento y libertad, un hogar dichoso y un porvenir de independencia”.
Sus principales ideales de justicia social, libertad, igualdad, democracia social, respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras le costó la vida a más de un millón de personas. Estos ideales de Zapata están vigentes y es una deuda pendiente de los gobiernos del pasado y del gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador.
La pobreza sigue avanzando, de los 58 millones de la Población Económicamente Activa, (PEA), el 56 por ciento trabaja en el empleo informal, 31.8 millones de personas no cuentan con seguridad social, los millonarios o mafia del poder que tenían privilegios en otros gobiernos siguen incrementando su riqueza, ahora con la 4T, este gobierno morenista quitó recursos para obra pública y colonias y comunidades siguen estando entre polvo, familias que siguen viviendo sin agua y sin luz, y además, el gobierno lopezobradorista eliminó las escuelas de tiempo completo.
A los que no coincidimos con muchas decisiones de López Obrador se nos llama traidores.
Los feminicidios contra mujeres y niñas van en aumento, la delincuencia sigue creciendo y parece no tener fin, esa es la verdad por más que pretendan ocultarla. Reza el dicho popular “no hay mal que duré cien años, ni cuerpo que lo resista” y en efecto, no debemos permitir que este mal llamado pobreza sigue creciendo aceleradamente y los pobres sigan padeciendo sus consecuencias.
Emiliano Zapata nos dejó una gran lección, cuando con tan solo nueve años quedó sorprendido al presenciar como los hacendados despojaban de sus tierras a los campesinos, fue entonces cuando él prometió que cuando fuera grande lucharía para que se les fueran devueltas.
El pueblo debe recordar al Gran Caudillo del Sur y decidirse a empuñar las banderas rojas de lucha, las armas quedaron en el pasado, la fortaleza de un pueblo es su unidad y educación, el pueblo debe conquistar el poder político y ponerlo al servicio de las mayorías que siguen clamando justicia social.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario