MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El sector empresarial antes que la salud y el medio ambiente en Hidalgo 

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De acuerdo con la Secretaría de Economía federal, en Hidalgo solo la mitad de las grandes empresas separa los residuos. De 4 mil 576 unidades económicas grandes que existen en la entidad, el 55.1 por ciento separan sus residuos, que corresponde a 2 mil 520 empresas, de las cuales el 45.5 por ciento de esas grandes empresas separa los desechos orgánicos; el 42 por ciento, el vidrio, el 39.9 por ciento, las maderas; un 25 por ciento separa los textiles y el 20.6 por ciento otros residuos. 

Los datos del Censo Económico 2019 aportan información relevante sobre el impacto ambiental. De acuerdo con esta encuesta, solo el 11.6 por ciento de las unidades económicas grandes de Hidalgo aplicaron algún tratamiento a las aguas residuales generadas en su actividad. Que según los datos oficiales, sus principales usos fueron descarga a la red pública o a otro receptor (7.43 por ciento), jardinería y limpieza (1.9 por ciento) y sistema de enfriamiento (1.33 por ciento). 

Estos datos revelan que, a pesar de que estas empresas aprovechan los recursos naturales de la entidad, no se preocupan por seguir la normatividad que regula la protección y cuidado del medio ambiente.

En Atitalaquia, el Observatorio de Emergencias Socio-ecológicas (Odese) acusa que el relleno sanitario de Atitalaquia viola la NOM-52 respecto a los residuos industriales, además, informó que los pobladores que se oponen al funcionamiento del basurero y se han manifestado en reiteradas ocasiones, señalan que el espacio de confinamiento de residuos sólidos también incumple la norma que regula el destino final de los residuos industriales, pues en Atitalaquia depositan los desechos de la Refinería Miguel Hidalgo, algo que pone en riesgo la salud de la población circunvecina.

Igualmente, el caso de la refinería Miguel Hidalgo de Petróleos Mexicanos (Pemex), la Central Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos y las cementeras Cruz Azul, Cemex y Fortaleza que además de contaminar la zona con las emisiones de gases a la atmosfera no cumplen con las normas oficiales mexicanas del medio ambiente. De acuerdo con Milenio, el presidente de la Sociedad Ecologista Hidalguense (Sehi), Marco Antonio Moreno Gaytán, considera que hay devastación en la región de Tula, lo que afecta a 13 municipios del Valle del Mezquital. 

Asimismo, de acuerdo con el investigador del cuerpo académico de planeación y análisis territorial de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Sócrates López Pérez, la refinería genera 269 mil 908 toneladas de dióxido de carbono, la Central Termoeléctrica 148 mil 792 toneladas y las cementeras 452 mil 418 toneladas de dióxido de carbono anualmente. 

Otro grave problema en la entidad son las aguas residuales que llegan a Hidalgo desde la Ciudad de México y del Estado de México, entran por Atotonilco de Tula, desembocan en las presas Endhó, Requena, Vicente Aguirre y Rojo Gómez, para continuar por los ríos Tula y Moctezuma. Tan solo la presa Endhó almacena hasta 182 millones de metros cúbicos de agua. Estas aguas contienen hidrocarburos como gasolina, aceite, diésel, químicos altamente contaminantes como cianuro, plomo, iridio además contaminantes como plaguicidas y herbicidas. 

A diario ingresan a Hidalgo 4 millones 890 mil 240 litros de aguas residuales de la Ciudad de México y el Estado de México y con ellas se riegan 62 mil 200 hectáreas de cultivo de 46 mil 511 productores del Valle del Mezquital de los municipios de Actopan, San Salvador, El Arenal, Ixmiquilpan, Santiago de Anaya, Progreso de Obregón, Chilcuautla, Mixquiahuala, Francisco I. Madero, Tezontepec de Aldama, Tula, Tepetitlán, Tlaxcoapan, Atitalaquia, Tezontepec de Aldama, Tlahuelilpan, El Cardonal, Alfajayucan, Tasquillo, Ajacuba y Tetepango, quienes siembran maíz, alfalfa, avena, cebada, brócoli, cilantro, haba, trigo, chile, coliflor, frijol y jitomate. Estos productos generan problemas de salud entre quienes los consumen.  

Como resultado de la problemática relatada, Hidalgo enfrenta problemas de contaminación del aire, agua y suelo sobretodo,  en la parte sureste del estado. Este problema impacta en la calidad de vida de la población más vulnerable que sufre la falta de agua en sus hogares, en ambientes insanos y con problemas de salud derivados de esta situación. Según el INEGI, los mayores costos por degradación del medio ambiente corresponden a emisiones al aire, degradación del suelo, residuos sólidos urbanos y aguas residuales; en agotamiento de recursos naturales: hidrocarburos, agua subterránea y recursos forestales. 

A pesar de que suele atribuirse el problema ambiental a la ignorancia, a la sobrepoblación, entre otras razones que culpan a la población en general que carece de educación ambiental, la realidad es que estas causas, aunque impactan, no son las determinantes; la causa es económica y no se resuelve con las pequeñas acciones individuales ni con acciones puramente legales y reformatorias. El principal depredador es el modelo económico, dominado y gobernado por los monopolios, los mismos que contaminan y agotan los recursos naturales.

No hay, en resumen, un modelo económico sustentable, que garantice el bienestar de toda la población y al mismo tiempo un mundo limpio y sano. Para lograr esto, se necesita que el pueblo organizado, obligue a los gobiernos a elaborar y poner en práctica,  una estrategia integral de protección al ambiente y los recursos naturales, regulando a las corporaciones empresariales, y aplicando los recursos necesarios del gasto público (y de las propias empresas) dirigida y operada por profesionales honrados y técnicamente competentes. Es decir, se necesita un gobierno popular que ponga los intereses del pueblo por encima de los del sector empresarial.  

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