Desde los comienzos de la civilización humana, el hombre siempre estuvo preocupado por ver cómo cubrir sus necesidades primordiales como la alimentación, vivienda, calzado, salud, instrumentos o armas para defenderse, ropa, etcétera. Esas eran sus inquietudes y esas siguen siendo, hoy en día, las principales preocupaciones del hombre.
En la antigüedad, el hombre vivía en colectivo; sus necesidades eran cubiertas por el trabajo de toda la tribu y lo obtenido era repartido entre todos los miembros de la comunidad. No existía la propiedad privada, todo le pertenecía a la tribu o comunidad.
Hoy día, vivimos en lo que se llama capitalismo, donde impera la propiedad privada y unos pocos hombres son dueños de los medios de producción, como las tierras, las grandes fábricas, las máquinas y de prácticamente todo, y, por otro lado, vemos a los trabajadores que para no morirse de hambre venden su fuerza de trabajo. O sea que, estamos en una sociedad dividida en clases donde hay ricos que lo tienen todo y hay pobres que viven con muchas carencias.
Al principio, el hombre trabajaba para satisfacer sus necesidades, para protegerse como grupo, hoy, se produce no para proteger a la sociedad sino para lucrar, para someter a los países débiles y para obligarlos a que ofrezcan sólo materias primas y a que compren mercancías a los países desarrollados.
A continuación, pondré algunos casos que demuestran lo dicho atrás. En el año 2012, por ejemplo, antes de ser presidente, Donald Trump, afirmó “estoy interesado en Libia si tomamos el petróleo. Si no tomamos el petróleo, no hay interés”, un mes después de la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por Estados Unidos, que destruyó ese país. En la misma ocasión, afirmó que se podría “ayudar” al Estado libio si a cambio entregaba el 50 por ciento de su crudo. Radio.uchile.cl del día 30 de enero de 2019.
En 2019, cuando Estados Unidos (EE. UU) arremetió contra Venezuela tratando de imponer al presidente espurio Juan Guaidó, muchos medios de comunicación destacaron las palabras de John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca en la administración de Donald Trump diciendo abiertamente que a Estados Unidos lo único que le interesa de Venezuela era el petróleo.
Tenemos el caso de Siria, país al que Estados Unidos buscó destruir y saquear en 2011 al tratar de imponer una Primavera árabe, y como no pudo, ha dejado un contingente militar en el territorio de aquel país amparado en el supuesto objetivo de “defender los derechos humanos y la democracia” en Siria. Pues bien, a casi 12 años de aquella terrible guerra, los Estados Unidos todavía siguen cometiendo actos de rapiña descarada, como el robo de cientos de camiones cargados de petróleo y de trigo que los militares gringos cometen contra el pueblo sirio. (Nota del medio digital es.irna.ir del 4 de enero de 2023).
Por último, creo que la guerra entre Rusia y Ucrania-OTAN se explica también en gran medida por esto, porque Rusia es el país más grande del mundo y tiene inmensos recursos naturales que se vuelve la codicia del imperialismo mundial. Y, como Rusia tiene otra idea de cómo impulsar el desarrollo de su país, (donde el pueblo sea el principal beneficiario del crecimiento y desarrollo económico) su política independiente choca con los intereses económicos de los grandes monopolios que gobiernan en Estados Unidos.
Los ejemplos aquí citados explican el interés de los americanos por el petróleo, pero lo mismo pasa con los demás recursos naturales con que cuentan los países por ejemplo, en la agricultura (trigo, maíz, azúcar, frijol, carne de bovino), los minerales (oro, plata, cobre), las tierras raras y otros recursos más que, para los países desarrollados son importantísimos, pero solo como materias primas porque ellos desean hacer el proceso de industrialización y con ello la obtención de una ganancia mayor.
Entonces, creo que el mundo necesita un sistema social que ponga sus recursos naturales a disposición y disfrute de toda la sociedad, en donde se busque cómo saciar el hambre, cómo cubrir la demanda de vivienda, salud y todo lo necesario para vivir bien, no un sistema que solo busca el lucro, la ganancia y que eso está conduciendo a poner en peligro la misma existencia del planeta.
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