El jueves 16 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su acostumbrada conferencia mañanera, elogió a Evelyn Salgado Pineda, gobernadora del Estado de Guerrero. Destacó, según él, que “está ayudando mucho al Gobierno Federal, que está impulsando en su estado los programas y obras de rehabilitación en ciudades como Acapulco y carreteras en la Costa Chica”.
El presidente no se quedó corto en destacar las obres que según dijo, están impulsando el desarrollo del estado, como la construcción de los caminos artesanales en la Región Montaña y el inicio de la construcción del centro de rehabilitación para niños con discapacidad en convenio con Teletón en Tlapa de Comonfort; de igual manera, anunció que ampliará el programa Sembrando Vida en el estado.
Efectivamente las obras se están realizando, muy atrasadas por cierto, como los famosos caminos artesanales que a más de un año de iniciados aún no se pueden terminar, pero Guerrero es un estado con muchas carencias, que requieren de una gran inversión en todos los ámbitos de la vida social de los ciudadanos guerrerenses, asunto que debe atender con urgencia la gobernadora de nuestro estado, hay grandes problemas educativos; escuelas que están cerradas debido al alto grado de inseguridad, clínicas y centros de salud en los municipios de la sierra que están cerrados por falta de personal y medicinas, por mencionar algunos, que urgen atención del Gobierno estatal.
En octubre del año pasado, el Congreso estatal aprobó las reformas al artículo 17 de la Ley de Planeación del Estado para aprobar la octava región económica de la entidad, conformada por un total de 1,287 localidades y 14 municipios. Días antes, la gobernadora realizó una gira por esta región donde el punto principal que abordó fue promover la octava región para “lograr el bienestar, progreso y desarrollo de las comunidades y municipios que integran esta nueva región” sin embargo, han pasado cuatro administraciones estatales y los gobernadores en turno durante 25 años dijeron exactamente lo mismo para los habitantes de esta zona.
En su discurso, Salgado fue más allá y dijo, ante habitantes de los llamados Pueblos Santos, pertenecientes al municipio de Chilpancingo y que pasarán a formar parte de la nueva región económica del estado “tenemos la convicción absoluta de que este nuevo reconocimiento se acompañe de un auténtico proceso, que no se va a quedar madamas en el papel, sino que va a ser un progreso, va a ser desarrollo, va a ser bienestar, va a ser un mayor presupuesto para los pueblos y comunidades de la sierra, y que vamos a seguir trabajando de la mano”.
La región de la sierra estará conformada por 14 municipios, 1.287 comunidades y 145 mil 500 habitantes, se crearán seis nuevos municipios para aglutinar a los pueblos y comunidades que se separen de los ya existentes. Estas comunidades forman parte de los municipios que actualmente conforman la región de Costa Grande, (Atoyac, Tecpán de Galeana); de la Región del Centro (Chilpancingo y Gral. Eliodoro Castillo); Región Tierra Caliente, (San Miguel Totolapan y Ajuchitlán del Progreso). Municipios donde en la actualidad existe un clima de inseguridad y violencia por los grupos delictivos que operan en este lugar y tienen en sus manos el control de la siembra de enervantes; lugares donde el cultivo de la amapola está cediendo terreno a la siembra de coca, según datos publicados en el Diario el Sur, el Ejército Mexicano destruyó 70 parcelas en el 2022 y en lo que va de este año los militares han destruido 23 cultivos y 12 almácigos, es decir plantas ya germinadas listas para el trasplante. Este cultivo poco a poco va siendo extendido debido a que la zona reúne las condiciones climáticas para su producción, pero, sobre todo, porque sus habitantes no tienen otra opción para obtener ingresos y darles seguridad alimentaria a sus familias.
En estos lugares, ni el Gobierno estatal y mucho menos los municipales han generado condiciones para que los lugareños tengan una base económica propia y un empleo digno. El gobierno de la 4T tiene la obligación de garantizar camino dignos y en buenas condiciones para que sean transitados durante todo el año, así como los servicios educativos y de salud, sin embargo, nuevamente se ve que la iniciativa de la creación de la octava región quedará en el papel, pues la remunicipalización y la designación de un presupuesto suficiente para detonar el desarrollo productivo de la región que mejore las condiciones de vida de sus habitantes ha quedado en el olvido después del anuncio de la gobernadora y la aprobación de los diputados, por lo que se ve, solo fue un tema coyuntural como propaganda del gobierno del estado, pero en los hechos, no hay nada concreto. Algo característico de los gobiernos de la 4T. La región de la sierra es de las más ricas del estado, donde abundan las riquezas naturales aparte de la madera hay minerales, y la producción agropecuaria, se produce el café, mango, ganado bovino etc., pero sus habitantes no disfrutan de ella. Los grupos delictivos se han apoderado del territorio bajo la complacencia de las autoridades y en algunos casos con la complicidad de ellos.
Tal vez sea cierto que la gobernadora está ayudando mucho al Gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, pero está ayudando a afianzar su permanencia en el poder, mediante programas existencialistas encaminados en la compra de voluntades y condicionados para asegurar adeptos para las elecciones del próximo año. Sin embargo, problemas tan graves como la inseguridad y la violencia siguen aumentando en la entidad, por ejemplo, se tiene registro de un promedio de ocho asesinatos diarios en la entidad, siendo Acapulco la ciudad más insegura, municipio gobernado por la morenista Abelina López, otra elogiada por el presidente en su mañanera junto con la gobernadora, sin embargo, la inseguridad registrada no es precisamente muestra de gobernabilidad.
La violencia es un problema social originado por la pobreza, la falta de empleo y oportunidades para que las familias tengan educación, salud servicios; Inseguridad es una de las consecuencias de una sociedad injusta, donde impera la desigualdad social; la pobreza no se combate con programas que solo prolongan la vida miserable de la ciudadanía. El camino es acabar con este modelo económico y será necesario que el pueblo se organice, y por la vía democrática, conquistar el poder político
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