En mi colaboración de esta semana me gustaría abordar sobre la falta de vivienda, pues la mayoría de las familias mexicanas carecen de una vivienda propia, pues no cuentan con los recursos necesarios para adquirir o para poder construir una casa, por lo que se ven en la necesidad de rentar un cuarto o de tener que invadir algún predio y construirlo de lámina y cartón en condiciones infrahumanas. El problema de la vivienda es un factor que se agudiza año con año sin que ningún gobierno haga nada bueno al respecto, sino todo lo contrario.
Es por eso que el Movimiento Antorchista se ha dado a la tarea de dar seguimiento a las necesidades de vivienda del pueblo mexicano en el país, en gestionar ante las dependencias estatales y municipales las regularizaciones de algunas colonias del municipio de Torreón, Saltillo, Matamoros, así como en exigir programas de mejoramiento de vivienda, techos y cuartos. Siempre buscando nuevas oportunidades para exigir por este derecho básico apuntalando al futuro y por las necesidades del pueblo.
Vivimos en un país donde existe un alto número de trabajadores informales que no tienen acceso a un crédito habitacional por lo que se deben de generar más opciones para ellos.
Otro de los graves problemas que sufren los que menos tienen es la carencia en atención médica, pues no existen suficientes hospitales ni médicos ni medicinas, ahora que recientemente estamos viviendo una pandemia de covid-19 ni siquiera los mismos médicos tenían los equipos e insumos necesarios para poderse atender. El poder curarse también se ha vuelto, desde años remotísimos, para las clases desprotegidas, un verdadero lujo, del cual, obviamente, no pueden gozar: sólo embadurnadas pueden conseguir, y resignarse, las más de las veces, a una muerte prematura.
Al hombre humilde, productor de la riqueza social, se le roba así la vida; de por sí, como decía el gran Víctor Hugo: "el hombre es un mutilado. Le han deformado el derecho, la justicia, la verdad, la razón, la inteligencia; le han metido en el corazón un salario de cólera y de dolor y sobre el rostro una careta de alegría". Sin derecho a la salud simplemente se le mata.
Por lo pronto, nosotros, los antorchistas coahuilenses, seguiremos luchando para que se haga efectivo el derecho a la salud y a la vivienda. Porque la gente humilde lo demanda y lo necesita.
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