Los estragos que ha causado la covid-19 son enormes, principalmente en los núcleos empobrecidos del país, después de que el Gobierno federal, promotor de la Cuarta Transformación, no implementó una estrategia de salud adecuada que permitiera a todos los mexicanos de ese sector, que se han visto afectados por dicha pandemia, contar con la debida atención médica.
Si bien es cierto que no se puede responsabilizar a quien dirige las riendas la nación por la llegada de dicha enfermedad mortal, si lleva sobrada culpa al no haber actuado a fondo con la finalidad de brindar protección a sus compatriotas, por abandonar a los habitantes de los cinturones de miseria a los que juró proteger y velar por ellos de forma permanente.
Hablando precisamente de esos millones de pobres que han sido destinados a enfrentar la covid-19, desnudos, sin oportunidad de su defensa, es que se puede advertir que en ese sector de población es donde dicha pandemia ha causado el mayor de los estragos.
Desde que llegó a México ese problema, la 4T se dedicó a "recomendar” únicamente a los mexicanos que no salieran de sus casas, que se cuidaran, pero fuera de ahí, no se aplicó una sola medida de apremio, quienes habitan los cinturones de miseria en el país, comenzaron a morir sin atención médica alguna, ahora con mayor fuerza que antes, cuando fallecían de enfermedades curables porque el acceso a una buena atención médica les ha sido negada desde siempre.
Fue el propio subsecretario de Salud Hugo López Gatell Ramírez, quien reconoció que la pandemia de covid-19 fue importada al país a partir de grupos sociales de alta capacidad económica y habría pasado del sector pudiente nacional para asentarse entre los mexicanos más pobres, donde se ha concentrado la mayor cantidad de decesos y contagios.
El coronavirus anidó en los grupos sociales más desprotegidos, debido a que el gobierno federal no actuó como debiera para proteger a desempleados, amas de casa, jornaleros, jubilados, trabajadores del comercio ambulante, peones, artesanos, vigilantes y técnicos, entre otros.
Hay quienes esperaban que López Obrador pusiera en marcha un plan de contingencia efectivo, que salvaguardara la integridad de la población de los diversos sectores, como una cruzada nacional alimentaria que permitiera a la gente quedarse en sus casas con la finalidad de no ser contagiados de covid-19, al tener que salir para conseguir algo de comida.
Tampoco se suspendieron el pago de impuestos, el pago de servicios como luz, agua y demás, mucho menos se pactó con las empresas que brindan servicio de internet para que los alumnos pudieran llevar a cabo la recomendada educación en línea.
En una palabra, nada, no hubo ningún auxilio para las clases pobres de México, se les abandonó a su suerte desde la llegada de la pandemia y hasta la fecha, cada familia de ese sector debe rascarse con sus propias uñas, atenderse médicamente como pueda, con mejorales o pastillas baratas que no les alivian pero que los calman un poco.
Dicen que ahí están los hospitales y médicos, pero la atención específica de dicha enfermedad no está al alcance de los pobres, toda vez que es sumamente costoso curar a quienes se contagian por covid-19.
La desaparición del Seguro Popular por parte del actual Gobierno federal emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha resultado de un alto costo para los mexicanos pobres, que llegaban a ese tipo de instituciones médicas para ser atendidos, cosa que hoy no lo pueden hacer con el famoso Insabi que supuestamente se creó como reemplazo de lo que ya se tenía y que se encontraba funcionando mejor.
De acuerdo al estudio "Mortalidad por covid-19 en México. Notas Preliminares para un Perfil Sociodemográfico&rdquo, elaborado por Héctor Hiram Hernández Bringas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los sectores más desprotegidos y pobres del país son los que han aportado ya el 84 por ciento de los decesos por Covid-19.
Con base en las estadísticas oficiales del sector salud y las aproximaciones porcentuales del investigador de la UNAM, se puede establecer que hoy la pandemia de covid-19 ya ha cobrado la vida de personas que forman parte del grupo social más pobre de México, cuyas condiciones de carencia en servicios y dinero les obligaron a tener nulas posibilidades de sobrevivir a la enfermedad.
Frente a esa situación, los integrantes de Antorcha de todo el país, comenzamos a reforzar las acciones para tratar de aminorar la fuerza con la que la covid-19 afecta a las clases empobrecidas de México y frente a la nula acción gubernamental, decidimos proteger a la población ya sea con medicamentos o alimentos.
Fue entonces que se protestó enérgicamente desde las casas de familias pobres, colocando mantas con la leyenda de "nos estamos muriendo de hambre y de Covid-19” tratando de que el gobierno de la 4T reaccionara y comenzara a atender a la población, sin embargo eso no sucedió y la gente siguió sucumbiendo frente a ese mortal enemigo.
Por ello es que se puede decir que frente a la covid-19, al carecer de recursos para ser atendidos, sin medicamentos al alcance de los pobres, sin instituciones médicas para el sin un gobierno que se preocupe por el en México lo que mata es la pobreza.
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