MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En México y en Yucatán, hace falta una verdadera justicia para los ciudadanos

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En días pasados se realizaron manifestaciones para celebrar el día internacional de la mujer, aunque sus raíces provienen de la lucha del movimiento obrero mundial, hoy en día se intenta desvirtuar y aún borrar de la historia. Ya el 28 de febrero de 1909 se realizó solo en USA, para recordar la lucha contra la explotación infantil y las pésimas condiciones laborales de la época. Más tarde en 1910, en Europa; la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague (Dinamarca) con la asistencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Después, el 25 de marzo de 1911, en Nueva York, Estados Unidos, 130 mujeres de una fábrica de camisas, perdieron la vida brutalmente al ser quemadas, por el patrón, mientras estaban en huelga, por la reducción de la jornada laboral y contra la explotación infantil. Así con el paso del tiempo se ha venido olvidando y perdiendo el interés principal por continuar la lucha en favor de la igualdad y la justicia hacia las mujeres.

En nuestros días es frecuente escuchar frases demagógicas bonitas refiriéndose a las mujeres; se les desea éxito. Amor, alegría, etc. pero, analicemos y vayamos un poquito más allá. Solo que no son solo las mujeres las discriminadas del progreso y la justicia social, también los hombres y los niños en nuestro país y más todavía, en nuestro querido Yucatán, necesitan de una verdadera justicia que se vea reflejada en un mejor nivel de vida, que garantice los derechos elementales de trabajo digno y bien remunerado, vivienda, educación, salud y recreación. El pueblo no puede vivir solo de celebraciones o reconocimientos aun cuando éstas provengan de parte de las autoridades.

En las leyes mexicanas hay muchos derechos que no están siendo respetados. Las leyes siguen siendo una ilusión para los 65 millones de mujeres (52%) que hay en México. Han quedado en el olvido, sobre todo, lo que respecta a la verdadera justicia y representación que deben tener las mujeres en la vida política y social de nuestro país, a pesar de ser más de la mitad de la población. Simplemente, vemos que, en la Cámara de Diputados, del Congreso de la Unión, en donde se contempla su integración, con el 50 por ciento de mujeres y 50 por ciento de hombres. Pero, hasta hoy no ha existido ninguna legislatura que haga valer los derechos y que exija de manera unánime que haya una verdadera y justa representación, tanto para hombres como para mujeres. Con información proporcionada por el Consejo de la Judicatura, se indica que de 11 ministros 9 son hombres; de 876 magistrados de circuito 714 son hombres y de 581 jueces de Distrito 444 son hombres, y en el Consejo de la Judicatura Federal de 7 integrantes 5 son hombres. Es decir, la mujer no está representada ni en los órganos de poder, ni en los de impartición de justicia.

Los derechos fundamentales en materia de desarrollo social según el Coneval se miden mediante 6 indicadores que son: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de vivienda y acceso a la alimentación. Y si nos referimos a las mujeres, cuántas de ellas alcanzan a concluir su educación básica y qué porcentaje logra concluir el nivel profesional; o si ya todas cuentan con una vivienda digna, etc. De acuerdo con el Coneval 17.6 millones de mexicanas son vulnerables por carencias sociales, es decir, que tiene una o más carencias sociales y que se encuentran dentro de la línea de la pobreza. Aun suponiendo que el gobierno promueve la igualdad de género en las instituciones vemos que no es un objetivo atender sus problemas, porque aun cuando en los cargos públicos aparezcan mujeres, en la vida real vemos que estas siguen siendo parte del sector marginado y olvidado en el país.

El sistema político mexicano que encabeza la llamada 4T, no está pensando en corregir estás y otras necesidades y carencias del pueblo pobre, prueba de ello es la desaparición o disminución de varios programas sociales o el recorte al presupuesto que limitan la construcción de obras y servicios básicos para la población. Con el pretexto de combatir la corrupción les retiro el apoyo de guarderías a las madres trabajadoras, desapareció el programa Prospera, subsidio otorgado a las madres mexicanas, en lugar de mejorarlo lo elimino; no elimino la corrupción que decía, elimino los apoyos a la mujer.

Según el informe de ONU Mujeres: “la pandemia arrastrará a 96 millones de personas a la pobreza extrema en 2021 de las cuales 47 millones serán mujeres y niñas” Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, 2 de Sep. De 2020); además de las que morirán, ya que cuando menos en México, la mujer tiene la obligación moral de cuidar al hogar y por tanto de cuidar a los enfermos de covid 19, con la consecuente exposición al contagio y muerte. Y “en Latinoamérica, sumaron 22 millones de nuevos pobres durante 2020 como consecuencia de la pandemia, reportó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su último informe “Panorama Social de América Latina” (Citlalli Abigail Ramírez, Buzos 5 de marzo de 2021).

En México es evidente el aumento de la pobreza, y las cosas en Yucatán no son distintas, muchas personas perdieron su empleo a causa del covid 19. “El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) estima que, en el primer mes de 2021, la Población Económicamente Activa (PEA) en Yucatán es de un millón 121 mil 208 personas, de los cuales 62.3 por ciento son hombres y apenas el 37.7 por ciento son mujeres, cuando en el 2019 las féminas representaban el 49.7 por ciento.” (Desde el Balcón 10 de marzo de 2021). Todo esto, sin contar a los que trabajan en el sector informal. Es decir que, en Yucatán, por la debilidad institucional para proteger a la comunidad femenil ante contingencias, se perdieron 135,385 empleos de mujeres.

Acoso y abuso sexual, violencia sicológica, verbal, virtual, agresiones físicas y aun asesinatos llamados de género, han aumentado y obligan organizarse para proteger, no solo a la mujer, sino a la sociedad en general. Existen muchas carencias y la falta de atención a las distintas necesidades y otros servicios que requieren las mujeres. Las mujeres organizadas en Antorcha, en varias ocasiones, junto con nuestra familia, hemos acudido a las autoridades del estado para pedirle que intervenga y resuelva las necesidades básicas como de vivienda y de alimentación, así como insumos para el campo y empleo. Siempre nos dicen que esperemos, que van a revisar y que pronto atenderán, pero van tres años y no vemos respuesta favorable, no sé cumple en los hechos, ni los programas de gobierno, ni los derechos de hacer valer la ley en favor de las yucatecas y yucatecos que lo están requiriendo.

Para las mujeres y hombres organizados en el Movimiento Antorchista, no queda otra alternativa que seguir insistiendo en la solución y cumplimiento de la autoridad, pero, de no atenderse estás necesidades básicas, la pobreza de las yucatecas y del pueblo en general seguirá aumentando, lo que reflejaría, además, de la insensibilidad del gobierno, la demagogia y falsedad de sus promesas pronunciadas un día sí y otro también, en discursos y frases bonitas; sin embargo, en los hechos son participes de la desigualdad social que existe. Quedará demostrado que usaron nuestro voto para llegar al poder, pero lejos están de gobernar con justicia.

De no ser atendidas nuestras peticiones, continuaremos con nuestra lucha, acudiremos nuevamente a Palacio de Gobierno a exigir soluciones a nuestras peticiones. ¡Luchemos y exijamos compañeras, nuestra lucha es justa y necesaria!

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