En el estado de Morelos, y en casi todo el país, ha aumentado de manera alarmante la inseguridad, la violencia, el crimen organizado y el cobro de piso, gracias a que la estrategia de abrazos y no balazos implementada por el gobierno de Morena en el estado y a nivel federal para combatir estas problemáticas no han funcionado.
En estos últimos cinco años del gobierno de Morena, hemos visto que la violencia ha aumentado; que en estos años, las estadísticas ponen en evidencia que los crímenes, la violencia y la inseguridad han crecido de un modo preocupante.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Morelos se ubica en primer lugar en incidencia de los delitos de despojo y secuestro y segundo en feminicidio, homicidio doloso, robo de vehículo y robo de bancos.
La comisión de crímenes muestra un comportamiento al alza en los últimos tres años, particularmente en cuanto a feminicidios, homicidio doloso, secuestro y robo de vehículos. Morelos está colocado en el ranking 2023 en el lugar número 8, con un porcentaje de 88.2 % de incidencia delictiva por cada cinco mil habitantes.
Recientemente, el titular de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), José Antonio Ortiz Guarneros, reconoció que el año 2023 en comparación con años anteriores ha sido el “más violento”; en parte, dijo, por las elecciones próximas del 2024, pero también por la falta de elementos estatales y federales para prevenir los delitos en esta entidad.
El 50% de la población en Morelos no puede satisfacer sus necesidades básicas y ven limitadas sus oportunidades de tener una vida digna.
Indudablemente, la inseguridad ha azotado a varios municipios de Morelos, con aumentos significativos en sus índices delincuenciales. Los municipios más afectados por el incremento en la incidencia delictiva son Coatetelco, con un sorprendente 887.5 %, y le siguen Xoxocotla, con 431 %, Hueyapan, con un 100 % de aumento, Tetela del Volcán con 57.4 %, Jojutla, con un 34.3 %, Huitzilac, con 28.6 %, Ocuituco, con 27.4 %, Totolapan con 26.1 %, Tlalnepantla, con 23. 8 %, Yecapixtla, con 22.5 %, Zacatepec, con 21.3 %, y Atlatlahucan con 20.5 % y recientemente la zona Oriente en Cuautla Morelos.
La violencia y la inseguridad son el pan de cada día para los morelenses; robos, asaltos, asesinatos, cuerpos descuartizados con narcomensajes, grupos armados disparando a quemarropa con armas largas y después incendian las casas habitación.
Recientemente, se dio a conocer el asesinato del regidor del PAN en Cuautla, Alfredo Giovanni Lezama Barrera, asesinado el pasado jueves al interior de un gimnasio, etcétera.
La suma de delitos que se cometen en Morelos aumentan y no se notan políticas serias de las autoridades de Morena para combatir la delincuencia; los resultados son consecuencias directas de la fallida política social que implementó la actual administración federal.
El problema de inseguridad y violencia tienen causas profundas que tienen que ver con la injusta distribución de la riqueza que prevalece en este sistema capitalista y que hace que se agudice la pobreza en los hogares humildes.
En Morelos la tasa de pobreza asciende al 50.9 % de la población (8.9 % mayor al promedio nacional que es 41.9 %). El 50% de la población en Morelos no puede satisfacer sus necesidades básicas y ven limitadas sus oportunidades de tener una vida digna.
Para combatir la inseguridad es necesario combatir la pobreza; es necesario que desde las estructuras gubernamentales se apliquen políticas con las que se garantice el empleo para todos los mexicanos que estén en edad y condiciones de hacerlo; que los salarios sean bien remunerados, que alcancen para comer y vivir dignamente, no como con los salarios de hoy, que solo subieron nominalmente pero en la realidad no alcanza ya ni para comprar un litro de leche.
También se requiere que se apliquen políticas que consideren una correcta distribución del gasto social, es decir que se invierta en educación, en salud, en vivienda, en cultura, etcétera; de manera que la sociedad tenga resuelta sus necesidades elementales y además que se aplique una política con respecto a los impuestos para que estos sean progresivos, donde quien pague más impuestos sean los que más ganan y no los que menos ganan que es el pueblo.
Las autoridades de Morena que hoy gobiernan en Morelos y en gran parte de México están lejos de combatir la pobreza y, por lo tanto, la inseguridad y la ola de violencia que azota a nuestro estado.
Morena no es la alternativa que necesita el pueblo trabajador de México, sino un verdadero partido emanado del pueblo, para que sean los trabajadores quienes tomen el poder en beneficio de ellos mismos; sólo así cambiarán las cosas en este país.
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