MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Es tiempo de otra revolución

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Actualmente vivimos en un mundo donde el flujo de las ideas es una competencia desleal que consiste en ver quién es más rápido en enviar mensajes al exterior, dejando de lado si realmente hay un mensaje positivo o claro.

La influencia de las ideas en la sociedad también está ligada al tema económico, es decir, a quien puede y tiene los medios para hacerlo.

En esta actualidad tan cambiante, donde podemos ver y analizar tantos fenómenos, siempre estará presente el tema del dinero, de los que más tienen sobre los que menos, pues finalmente en eso está basada nuestra sociedad y nuestro sistema.

La revolución que necesitamos hoy debe enfocarse en cambiar nuestra forma de pensar y actuar, liberándonos de la manipulación que siempre ha servido a los intereses de unos cuantos.

Los medios de comunicación han jugado un papel fundamental en la creación de ideas y, sobre todo, en la creación de conciencias del pueblo. Son los encargados de crear opinión pública, de crear tendencias y ofrecerlas a quienes las consumen.

Hace 20 años representaban un control sobre las masas; ahora, con el surgimiento y apogeo de las redes sociales, se llegó a pensar que revoluciónarían e innovarían la forma de pensar de las masas. 

En cierta medida lo lograron, pero no en gran escala. Es cierto que hoy la gente tiene una percepción diferente acerca de los medios tradicionales, pero por lo menos el 50 % de los mexicanos aún cree en ellos.

Desde que las redes sociales irrumpieron de manera masiva en nuestro país en la primera década del milenio, la comunicación entre los mexicanos no ha sido igual. No es exagerado decir que estas herramientas juegan una parte fundamental en la vida cotidiana de la mayoría de nosotros.

De acuerdo con la firma especializada DataReportal y su reporte 2024 sobre el entorno digital en México, unos 90 millones de mexicanos usan estas plataformas de manera activa.

La realidad es que, entre lo obsoleto y lo novedoso, tanto los medios de comunicación como las redes sociales están al servicio de las clases poderosas del mundo. Están bajo el control absoluto de unos cuantos y responden a los intereses de quienes dominan el mundo.

Por lo menos en las últimas tres décadas, ese control lo ha ostentado Estados Unidos. Es por ello que ni los medios ni las redes son aliados del pueblo pobre.

Ante ello, es necesario que el pueblo se eduque y organice bajo la idea de que un pobre sólo tiene a otro pobre. No hay mesías ni salvadores como los que nos han vendido las películas norteamericanas o los cuentos de fantasía. Eso es una falacia total.

El pueblo que trabaja todos los días, que tiene carencias y que sufre, sólo cuenta con ese pueblo, una inmensa mayoría, en oposición a las élites de poder que controlan todo.

El pueblo al que me refiero debe ser consciente de que lo que vemos no siempre es real, o si lo es, se nos presenta de manera distorsionada, de acuerdo con los intereses de alguien en particular que necesita que la población actúe o piense de una determinada forma.

No es casualidad que los norteamericanos han hecho una guerra mediática contra Rusia, China, Cuba o Venezuela, porque para ellos estos países no se ajustan a lo que necesitan.

Algo similar sucede en México con el Gobierno de Morena y el presidente López Obrador, que comparten un autoritarismo total y buscan imponer sus ideas.

Por un lado, está el imperialismo que promueve la libertad, la democracia y los derechos humanos, pero que al mismo tiempo provoca guerras y juega sucio, tomando lo que le conviene. 

En México, en cambio, tenemos a un Gobierno que aboga por la pobreza y el bienestar del pueblo pobre, pero que sólo queda en eso, ya que seguimos siendo un país lleno de pobreza y desigualdad.

La revolución, como alguna vez dijo el comandante en jefe de la revolución cubana, Fidel Castro, es sinónimo de tomarlo todo y transformarlo en algo nuevo y mucho mejor. 

La revolución que hoy necesita nuestro país y todo el mundo debe buscar una igualdad que beneficie a quienes nunca han tenido, y debe ser imparcial.

En este momento, la revolución debe enfocarse en cómo pensamos y actuamos, pues siempre hemos sido influenciados por los medios de comunicación, los cuales están al servicio de los intereses de unos cuantos.

La manera en que nuestro pueblo actúa debe cambiar, y dentro de las tareas de Antorcha está la de educar y transformar al pueblo. Por ello están leyendo esto ahora mismo.

Algo hemos hecho, pero todavía falta mucho. La tarea es inmensa, pero son ustedes, los antorchistas, quienes deben ayudar a que esta misión se cumpla.

Hay que esclarecer a nuestros compatriotas por qué hemos sido manipulados o por qué lo seguimos siendo, romper esa cadena histórica y empezar a pensar diferente, para estar del lado correcto de la historia.

Los antorchistas tienen la tarea de educarse y difundir nuestras ideas, porque es posible que a través de la lucha ideológica avancemos hacia un nuevo camino que beneficie a nuestro pueblo y al mundo entero.

Con Antorcha vamos por esa idea y por esa realidad que debe llegar próximamente con la ayuda de los antorchistas, quienes somos los únicos en este país que podemos hacer un cambio verdadero que transforme nuestra sociedad.

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