MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

CRÓNICA | Espartaqueada. Día 3. Voleibol

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¡Qué cosas suceden! Justo cuando se llevaba a cabo el tercer set del encuentro de voleibol entre Michoacán y el Estado de México, en la categoría infantil en su rama varonil, la lluvia, rara en Tecomatlán, jugo una mala broma a los presentes, pues mientras el ánimo y los nervios se encontraban en el punto exacto en el que erizan la piel, la lluvia provocó un apagón que puso en pausa los partidos, no así a las porras de quienes los acompañaban, pues en lugar de desanimarlos provocaron que se hiciera ahora, una competencia siempre sana, entre las porras de los equipos.

“¡Una más! ¡Una más!”, gritaban los del Estado de México, mientras que del otro lado de la cancha los michoacanos, queriendo poner en alto el nombre de su estado, gritaban: “¡Se ve, se siente, Michoacán está presente!

No quiero pasar por alto que este encuentro, en el que se disputaban el pase a la siguiente fase niños de entre 6 y 12 años de edad, había provocado que las gradas y los alrededores de la cancha de voleibol se encontraran repletas no solo de las porras, sino de niños, jóvenes, amas de casa, profesores y muchos más quienes admiraban y se alegraban con cada uno de los equipos que anotaba un punto a su favor.

Cabe destacar, que quienes conforman el equipo Michoacano provienen del municipio de Huetamo, perteneciente a la región de Tierra Caliente; este municipio se encuentra casi en la frontera con el estado de Guerrero, cerca del río Balsas, el cual divide a estos dos estados; ésta no es la primera vez que acude este equipo a una Espartaqueada Deportiva, y en cada una de sus ediciones deben de recorrer más de 480 kilómetros y tardan entre 8 o 9 horas en llegar a su destino, el municipio que es cuna del Movimiento Antorchista Nacional.

Pero así como este ejemplo existen otros, el equipo nayarita de voleibol de la categoría Juvenil C está conformado por indígenas Coras y Huicholes, quienes estudian en la comunidad de Mesa del Nayar, pero son originarios de diferentes lugares de la sierra, como de la comunidad de Santa Teresa.

Para poder llegar a la Atenas de la Mixteca y ser partícipes de esta gran justa deportiva, los nayaritas tuvieron que viajar más de mil 148 kilómetros y durante más de 23 horas; la magnitud, cantidad y calidad con los que lo recibió la Espartaqueada Deportiva superó completamente sus expectativas, pues ellos mismo lo dijeron: “jamás habíamos jugado en una cancha de básquetbol con estas dimensiones, pensamos que era un evento pequeño y con lo que nos encontramos nos dejó sorprendidos a la buena”.

Este evento sigue dado de qué hablar, sigue sorprendiéndonos con las decenas de anécdotas de quienes se animan y deciden asistir; el esfuerzo que realizan para lograr llegar aquí es admirable, pues los nayaritas, por ejemplo, después de buscar el apoyo de las autoridades municipales recibieron solo playeras; así que la alimentación, el hospedaje y el traslado fueron el resultado de lo que hace el Movimiento Antorchista en todo el país.

A estas alturas, nos sigue sorprendiendo gratamente que la unión y organización del pueblo, logran cosas maravillosas como lo hemos visto y lo seguiremos viendo en los días que restan de la XXI Espartaqueada Deportiva Nacional 2023.

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