MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Estado del bienestar y Estado fallido

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Hablar de bienestar significa para muchos tener las condiciones necesarias para una estabilidad tanto material, mental y emocional; es decir, cubrir las necesidades materiales y espirituales del ser humano; desafortunadamente, ese concepto ha quedado muy grande y no se ha llegado a cubrir.

La historia nos ha brindado, a lo largo del tiempo, muchas y muy importantes lecciones, mismas que los mexicanos deberíamos de tomar en cuenta en los tiempos que corren. Una de esas grandes enseñanzas es la de la mal llamada política del bienestar, término y acciones que no son nuevas, pues comenzaron a propagarse desde el año 1933, aproximadamente, en Estados Unidos (EE. UU.), pero mucho antes de esta política, fue implementado el llamado New Deal, impulsado en ese mismo país por Franklin D. Roosevelt, el presidente número 32, con el único objetivo de que los países no voltearan a ver como esperanza el nacimiento de la URSS que trabajaba bajo la idea de un mundo más equitativo para todos, y que tenía como fundamento la teoría marxista, formándose así la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, término que repelían y repelen los burgueses de cada época.

Es bien sabido que después de la Primera Guerra Mundial, los países quedaron completamente devastados, pues las consecuencias de una guerra suelen ser innumerables; se fractura completamente a su Estado, dejando a su economía por los suelos; se generan crisis sociales  a las que, además, se le suman incalculables daños materiales pues carreteras, aeropuertos, muelles y demás infraestructura queda completamente destruida. Por otro lado son millones de vidas las que se pierden, sin tomar en cuenta todos los daños psicológicos que sufren los habitantes que logran sobrevivir a esta pesadilla.  

En esta situación se encontraba el mundo, cuando desde las cenizas surgió la URSSS como una alternativa de vida para los millones de pobres y desprotegidos de todo el mundo; el país que había sobrevivido a dos guerras mundiales y a la guerra fría en 1949, comenzaba a ser rayo de esperanza para el mundo, pues hacían ver que el capitalismo, ese que iniciaba las guerras para expandirse territorialmente, no era el único sistema posible, que había otra alternativa donde los pobres tuvieran realmente el control del poder. 

La alternativa de EE. UU. fue crear políticas que frenaran el avance de la idea socialista entre los países de europa y occidente, pues comenzaban a ver a la URSS como una alternativa real; fue así como con el New Deal y la táctica del bienestar ofrecieron a los trabajadores seguros en sus empleos, el salario mínimo, una jornada horaria máxima, entre otras, que si bien por un tiempo ayudaron a restablecer la economía del país, hoy en día ha quedado demostrado, que como cualquier política gubernamental, su objetivo no era acabar de raíz con los problemas que origina la injusta distribución de la riqueza, sino simplemente mantener a raya al proletariado para que éste no buscara y luchara por otras alternativas de vida más humanas. 

Veamos algunos ejemplos. Estados Unidos, el impulsor de estas políticas, es ahora, uno de los países que más índices de pobreza registra, situación que se ha ido agudizando, pues según el portal del medio BBC NEWS, se tuvo un incremento, hasta 2020, de 3.8 puntos porcentuales, al pasar de 12.5 al 16.3 por ciento, lo que representa que de 47 millones de estadounidenses que vivían en pobreza, ahora son 55 millones.  

No solo eso; no podemos olvidar que este país se ha posicionado como el campeón mundial de muertes por covid-19, superando ya el millón, según cifras oficiales. No debemos dejar de lado tampoco la cantidad de estadounidenses que viven en las calles, homeless, les dicen, que rebasan ya los 326 mil habitantes en esta situación; y por otro lado el incremento de los tiroteos masivos, que son otra de las muestras de descomposición de esta sociedad; según datos también de BBC NEWS, estos sucesos han ido al alza pues en 2018 se registraron 316; en 2019, 417; 611 en 2020; 693 en 2021 y en lo que va de 2022 se han registrado ya 212 ataques. 

Este es un pequeño panorama de cómo vive ahora el país de las políticas del bienestar, lo que nos da una evidente muestra de que esos mecanismos no servirán para cambiar la situación en la que nos encontramos; pero, a pesar de ello, a pesar de contar con todos estos datos y este amplio panorama, en México, el gobierno morenista pretende aplicar, a su modo, también sus políticas de bienestar. 

El Estado mexicano ha basado su plan de país en construir las cuatro obras insignia a capricho del presidente, obras que no serán ni para el beneficio y mucho menos para el disfrute de la clase trabajadora; pero también ha implementado seis programas que forman parte de su política de acción y que son eje principal en su administración, “La política de bienestar en México”, las han titulado, y son los siguientes: 1) Programa Pensión para el Bienestar de las personas Adultos Mayores (PBAM); 2) Sembrando Vida; 3) Programa para el Bienestar de las Personas con Discapacidad; 4) Programa Jóvenes Construyendo el Futuro; 5) Becas para el Bienestar Benito Juárez; y 6) Jóvenes escribiendo el futuro. 

Estos programas, como ya se ha analizado desde hace muchos años y con la experiencia que nos ha dejado nuestro país vecino, no cambiarán la situación de pobreza y hambre en la que vive nuestro pueblo, situación que no solo no permanece igual, sino que se ha venido agravando con el paso de los años, en gran medida, por políticas de este tipo. Vivimos en un México que en lo que va de la última década ha creado 15 pobres cada hora, en un México en el que son más de 35 millones de mexicanos los que no tienen acceso a un servicio público o privado de la salud; en el que 55.7 millones sufren de pobreza y 10.9 millones más de pobreza extrema; un México en definitiva, en el que ya no se puede vivir. 

Es urgente que ante una situación como esta y ante las políticas implementadas que no acabarán con el problema de raíz, el pueblo mexicano, accione y busque políticas con miras a combatir realmente los problemas, pero para ello, es necesaria la unión de todos nosotros. El pueblo debe ver que su fuerza consciente, ha sido, es y será siempre, el motor de cambio en la historia. 

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