Ningún nombramiento en el gabinete federal ha sido tan cuestionado en los tres años de López Obrador, como el de la maestra Delfina Gómez Álvarez cuando tomó posesión de la SEP hace aproximadamente un año, sustituyendo a Esteban Moctezuma Barragán. Desde entonces, Delfina Gómez prometió velar por los intereses de los estudiantes y maestros, cosa que hasta hoy no se ha materializado. A la fecha, se sigue careciendo de presupuestos e inversión para las escuelas, hay rezago educativo y 5 millones de jóvenes han desertado por las políticas de austeridad del presidente. Además, no hay vacunas para los estudiantes en plena cuarta ola de pandemia, y como consecuencia de esto, maestros y niños han enfermado en más de una ocasión, dejando trastornos emocionales, físicos, y fallecimientos en algunos casos. Tal parece que la educación para la Secretaria de Educación Pública no es prioridad, puesto que aún en estas fechas no hay garantías para alumnos, y como ejemplo de esto, hace unos meses las autoridades se deslindaron por completo de responsabilidades en cuanto a los contagios en las escuelas, aplicando una guillotina brutal con los estudiantes donde los padres de familia firmaban cartas compromiso.
Pero todo el problema de la educación en México quedó ignorado hasta hace unos días cuando apareció nuevamente el nombre de Delfina Gómez, como una de las benefactoras de Morena, volviéndose así una situación crítica e indignante para el pueblo de México, relacionándose con al menos tres delitos (electoral, asociación delictuosa y abuso de autoridad), tras una acusación que se le hizo por retener el 10% de sueldo a empleados del ayuntamiento de Texcoco y del DIF municipal cuando gobernaba el municipio. En su momento les dijo que los utilizaría para labores sociales, pero en realidad, gran parte del dinero se desvió al nuevo partido que se estaba formando en ese entonces. Este 4 de enero se confirmó la sanción a Morena por 4 millones 529 mil 224 pesos, por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). La decisión fue tomada por unanimidad, y se acusa a Morena por haber omitido el reporte de ingresos en 2014 y 2015, a partir de la utilización de un esquema de financiamiento paralelo para apoyar sus actividades ordinarias. Fue en el 2017 que se emitió una queja en contra de Delfina Gómez, por parte del Partido Acción Nacional (PAN) tras ser señalada y acusada por descontar indebidamente un porcentaje salarial a trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco entre 2013 y 2015.
Tras las pruebas y evidencias mostradas por el Tribunal Electoral, en donde Delfina Gómez, les robó 72 quincenas aplicando descuentos obligados a los entonces empleados del municipio de Texcoco para entregarlo a su jefe político; sigue negando haber atentado contra los trabajadores, con el argumento de ser incapaz o de actuar de forma ilícita y además presumir ser excelente persona y de gran calidad humana. Delfina Gómez, no puede ser moralmente superior a nadie, es decir, no debe realizar actividades indebidas como el desviar recursos ajenos, robar o financiar campañas de manera ilegal, ¿usted qué opina?
En efecto, es interesante analizar la práctica de la maestra que presume ser de lo más honesta e intachable para el presidente de la república, con lo anteriormente escrito se confirma que Morena no es diferente a los demás partidos que le antecedieron, ya que desde hace algún tiempo sus integrantes se han visto involucrados en actos de corrupción, los han evidenciado a través de videos en las redes sociales u otros otro medio de comunicación donde han recibido dinero o moches para las campañas de López Obrador.
Esto que acaba de suceder, es una muestra más de que los funcionarios morenistas son todo lo contrario a lo que pregonan en sus mañaneras. En esencia, no puede haber un gobierno que constantemente esté hablando de honestidad, combatir la corrupción y/o cambiar la política del país, cuando la maleza se da en sus filas, y sin duda alguna no hay coherencia en el discurso que maneja todos los días López Obrador.
Tristemente, este mal episodio recae sobre una figura educativa, quizá la que más impecable reputación debería tener el país, que es la Secretaria de Educación Pública, porque nada hay más pedagógico que el ejemplo, y en este sentido una persona que está documentadamente responsabilizada de un delito electoral y otros no menos delicados, lo menos que debería hacer por pudor, decencia o respeto a los niños, niñas y adolescentes de México, es renunciar al puesto.
En cualquier otro país, esto ya hubiera merecido la renuncia de la Secretaria de Educación Pública, ya que una persona con estos antecedentes no puede ejercer un cargo público por el problema que enfrenta, no solo porque Tribunal Electoral ya lo juzgo, sino porque moralmente alguien que realiza este tipo de actividades, no debe ocupar un lugar en el gabinete, o en su defecto, estar al frente de la Secretaria de Educación Pública. ¿Qué ejemplo está dando?
Padres de familia, maestros y población en general, ¿será prudente que una mujer con la reputación de Delfina Gómez siga al frente de una Secretaría tan importante y prestigiosa?, dichas conductas dejan mucho que pensar.
Lo que sí es real, es todo lo que se le imputa y a mi humilde opinión no puede haber una persona con tal acusación al frente de estudiantes y maestros. La sentencia se queda corta al alcance que debe de tener, porque lo que la maestra les hizo a esos trabajadores es un delito. No basta con la multa que se le aplica al partido, ya que el desvio es mayor y más aún por la acción que se toma.
Exigimos un juicio penal a este tipo acto de corrupción y creemos que debe de tener mayor impacto, puesto que todo lo que se señaló es ilegal y no debe quedar sin castigo.
Esperemos no se dé el clásico carpetazo como lo hicieron con los demás allegados a López Obrador y si no se aplica la ley como se debe, entonces la sentencia del pueblo tiene que marcar la diferencia a este delito.
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