MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Gobierno federal deja sin apoyo a jaliscienses

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Se dio a conocer que Investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) advierten que los días calurosos en Jalisco durarán un mes más. Sería hasta la tercera semana de junio cuando el calor comience a disminuir en el estado, que es cuando inician las lluvias. Explican: las temperaturas son bastante altas a comparación de otros años y puede ser producto de dos fenómenos: la variabilidad climática natural y efecto del cambio climático, por las acciones como quema de combustible fósil y falta de áreas arboladas o su conversión a áreas con concreto que reflejan el calor.

Los expertos de la máxima casa de estudios de la entidad aseguran que las lluvias registradas en días recientes no significan que haya comenzado el temporal, sino que son los llamados “aguaceros de mayo”. Será una vez que haya tres días de lluvia seguidos cuando se dará inicio al mismo. Sin embargo, se espera un año con el fenómeno “La Niña”, lo cual significa que habrá más sequía y no serán tan cuantiosas como un año normal. Y, aunque se prevé este fenómeno, en los últimos años ya no hay regularidad y puede cambiar rápidamente a neutro o El Niño.

Desde inicios del pasado mes de abril, los investigadores de la UdeG señalaron, la sequía está golpeando al estado por lo que se pronostica un panorama complicado en cuanto a abasto de agua e incendios forestales. Todo el territorio de Jalisco enfrenta sequía. De acuerdo con el Monitor de Sequía de la Conagua, 67 municipios presentan sequía moderada; 45, severa, entre ellos el Área Metropolitana de Guadalajara, y 13 condiciones anormales.

Otro factor preocupante son los niveles de las presas en el Estado. El Lago de Chapala, principal abastecedor de agua para el Área Metropolitana de Guadalajara, y la Presa Calderón, están al 65 y 68 por ciento de su capacidad. Respecto a las lluvias, no hay buenas noticias. Se esperan altas temperaturas y muy poca precipitación.

El problema de la sequía en Jalisco y el país, es histórico. Los sexenios anteriores a la actual administración federal, siempre priorizaron el alivio de desastres antes que la prevención de riesgos. El Gobierno mexicano generalmente había venido reaccionando ante sequías una vez presentado el problema, recurriendo a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).

Pero recordemos que la 4T en 2021 eliminó el Fonden, precisamente el año en que según la misma Comisión Nacional del Agua (Conagua), el país padeció una dura sequía que impactó severamente la agricultura, la ganadería y la disponibilidad de líquido para centros urbanos. A pesar del inicio de la temporada lluviosa en mayo, más de la mitad del territorio presentó condiciones secas.

Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explican, se trata de un problema multidimensional. El agua es el reflejo de los problemas nacionales. La población más pobre tiene acceso diferente en términos de cantidad y calidad. Para la población rural, pobres urbanos y zonas indígenas, el acceso es muy limitado. Incluso en las ciudades no hay agua corriente todos los días. A esos fenómenos, se añade el deterioro ambiental por la destrucción de bosques y la construcción de infraestructura, así como la contaminación del agua, al grado de que muchas fuentes ya no son potables para garantizar condiciones adecuadas para la población.

Pero, a pesar de la problemática, el presupuesto de Conagua se ha achicado en al menos 50 por ciento entre 2015 y 2021. Asimismo, ya a nadie se le escapa que la austeridad impuesta por el presidente López Obrador desde que llegó al poder en diciembre de 2018, con tal de poder financiar megaproyectos como el aeropuerto Felpe Ángeles, el Corredor Interoceánico, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya no solo ha hecho mella al erario público, sino sobre todo gigantescos daños en el sector ambiental, incluido el ramo hídrico. Es decir, AMLO está haciendo todo lo contrario para amortiguar el cambio climático y la sequía. 

Además, el presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió eliminar programas sociales mediante el cual el Estado mexicano ofrecía ayuda y servicios a grupos vulnerables para privilegiar la entrega de dinero como herramienta para provocar el incremento en el consumo de los pobres, que eran relevantes por su contribución en la disminución de la pobreza, entre los que se encuentran el de Atención a Jornaleros Agrícolas, el de Empleo Temporal operado por la SCT y Semarnat; el de Apoyo a la Comercialización, de Sader.

Asimismo, ha sido una constante la opacidad del programa Sembrando Vida el programa estrella del campo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. La falta de transparencia ha reinado tanto en el manejo del ahorro de los más de 426,000 beneficiarios esparcidos en 20 estados del país, como en la forma en que se opera el programa en territorio, sin mencionar la deforestación al que han obligado a recurrir los beneficiarios para poder acceder a los recursos. Y para bien más que para mal, está excluido Jalisco.

Estamos viendo que los Jaliscienses enfrentan sequía por falta de apoyos federales al campo, cuyas consecuencias en el país son: producción insuficiente de alimentos con una dependencia cercana al 40 por ciento; rentabilidad nula o negativa, pérdida de recursos productivos naturales y en lo social, pobreza y desigualdad, ya que Jalisco es el principal productor agroalimentario en México.

Por lo que los afectados por la falta de agua, sobre todo los más débiles debemos agruparnos para quitar a Morena y poner en su lugar un gobierno que invierta en ciencia y tecnología para un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, entre ellos los hídricos en beneficio de todos los mexicanos.

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