La suspensión de exportaciones pone en riesgo miles de empleos
Chihuahua, Chih. Ganaderos de Chihuahua lamentaron el fuerte impacto sanitario y económico que generó la detección del gusano barrenador esta semana en Chiapas, un hallazgo que llevó a Estados Unidos a suspender de inmediato la importación de ganado mexicano, afectando de manera directa al principal estado exportador: Chihuahua.
Aunque el brote ocurrió en el estado de Chiapas, el golpe económico recae en el norte. La plaga, causada por las larvas de una mosca que se alimenta del tejido vivo del animal, ha provocado un efecto dominó que hoy frena la movilidad del ganado y paraliza la actividad comercial de las 101 mil 708 unidades productivas registradas en el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Para contener el riesgo, ganaderos chihuahuenses comenzaron a trasladar sus animales a ranchos más seguros y lejos de rutas de posible contagio. Sin embargo, esta medida preventiva implica costos adicionales de transporte, alimentación y resguardo, lo que complica aún más la situación en un año ya marcado por la sequía y los altos precios de los insumos.
El secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña, recordó que Chihuahua no sólo es un estado tradicionalmente ganadero, sino que es el principal exportador de becerros y ganado en pie a Estados Unidos, por lo que la suspensión del comercio impacta en toda la cadena productiva.

La dimensión del problema se agrava con lo reportado por el líder estatal del Movimiento Antorchista, Lenin Nelson Rosales Córdova, quien señaló que son 410 mil cabezas de ganado que se encuentran varadas ante el cierre de la frontera, frenando totalmente las ventas internacionales, dejando pérdidas por arriba de los 314 millones de dólares, según lo reportado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Rosales Córdova advirtió que la crisis no sólo golpea a los productores, sino también a la economía regional: el sector ganadero emplea a 386 mil 682 personas de manera directa e indirecta, desde rancheros y transportistas hasta veterinarios, distribuidores, empacadoras, engordas y trabajadores de mataderos.

Con la exportación detenida, los costos disparados y semanas inciertas por delante, crece el temor de despidos masivos, cierre de pequeñas empresas rurales y una desaceleración económica que podría extenderse a otros sectores.
Ante ello, líderes ganaderos exigieron al gobierno federal una respuesta inmediata, incluyendo subsidios para el transporte, apoyos emergentes para productores afectados y un diálogo urgente con las autoridades sanitarias para acelerar la contención del brote.
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