Hidalgo es una de las cinco entidades del país con mayor cantidad de trabajadores en la informalidad laboral, con el 72.7 por cierto. Es decir, 1 millón 7 mil 644 trabajadores laboran en el sector informal o en empresas formales, pero sin contrato y no perciben prestaciones que marca la ley ni tienen seguridad social.
De la totalidad de las personas ocupadas, solamente 378 mil 431 laboran en la formalidad, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) del segundo trimestre de 2022.
La actual administración del Gobierno estatal, que fenece en estos días, que nos ha dicho que invierte miles de millones para generar empleo. Según el último informe de gobierno, se llevaron a cabo 77 proyectos de inversión privada, en la que se han invertido 69 mil millones de pesos en inversiones, lo que representó la creación de más de 39 mil empleos de calidad. Sin embargo, los datos registrados del 3er trimestre de 2016, que corresponde al inicio de esta administración gubernamental estatal, no muestran un impacto signicativo y benéfico en este ámbito. La tasa de informalidad laboral correspondía al 68.3 por ciento, que representan 887 mil 874 trabajadores.
En estos 6 años del Gobierno estatal, el empleo informal creció en 4.4 puntos porcentuales, que implican 119 mil 770 trabajadores que se sumaron a las filas del empleo informal, sin garantías establecidas en la constitución mexicana como acceso a una pensión para la vejez, el cumplimiento de la jornada laboral establecida, liquidación, vacaciones, entre otras prestaciones.
Además, las personas que laboran en informalidad frecuentemente reciben menos ingresos en contraste con las personas que trabajan en la formalidad y son más vulnerables a perder su trabajo en contextos de emergencia, por lo que tienen una mayor probabilidad de encontrarse en situación de pobreza laboral.
En esta área, nuevamente nuestra identidad destaca. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Hidalgo se posiciona como la cuarta entidad de México con mayor población en situación de pobreza laboral, lo que corresponde a que su ingreso no alcanza para cubrir los costos de la canasta básica.
En resumen, el legado de la administración saliente corresponde a un Hidalgo donde miles salen a las calles cada día horas y horas para tratar de llevar unos pesos a sus hogares sin lograr garantizarle a sus familias los alimentos básicos; a un Hidalgo donde miles de trabajadores viven con el riesgo de perder sus empleos pues carecen de contratos, en el riesgo de sufrir algún accidente laboral y no recibir la atención necesaria; a un Hidalgo donde miles viven en la incertidumbre, sin un empleo seguro y bien remunerado.
No debemos de olvidar que es una obligación del Estado garantizar el trabajo para toda la población en edad de trabajar. El empleo formal es uno de los mecanismos, y el más importante, para erradicar la pobreza; al garantizar que todo individuo que esté en posibilidad de trabajar lo haga y obtenga un salario suficiente, que le alcance para sostener dignamente los gastos de toda la familia, sin necesidad de recibir limosna oficial o electorera para completar su manutención, se ataca un eje central de la pobreza en México.
Para cambiar de raíz las condiciones actuales de la clase trabajadora es necesario cambiar el modelo económico actual, es posible enrumbar por el camino del desarrollo a México, obviamente gobernándolo diferente, con el poder en manos del pueblo y a la cabeza, líderes populares con conocimientos rigurosos de la economía y bajo la dirección de verdaderos estadistas que pongan por encima de los intereses del capital privado el bienestar de los mexicanos.
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