La Línea 12 del Metron y su construcción, en 2008, fue unos de los proyectos de transporte público más ambiciosos de la Ciudad de México y pretendía resolver el problema de movilidad para los habitantes del oriente de esta ciudad, que habían sido marginados.
Hasta ese momento, a los habitantes de Tláhuac se les había hecho a un lado, por lo que se construyó la línea 12 que corre justo por su vía de acceso al centro de la CDMX, la avenida Tláhuac, pero al final de cuentas cambió el proyecto inicial por un tramo elevado.
La línea 12 transportaba diariamente a más de 500 mil personas, mismas que veían en esta obra un gran alivio a la pena de trasladarse a sus domicilios por más de tres horas cuando no existía esta línea.
Pero empezaron los problemas; en 2014 se detectaron riesgos y la línea 12 tuvo que cerrar sus puertas, luego fue reabierta, según, porque los dictámenes señalaron que había errores más no fallas estructurales. Y los habitantes de Tláhuac, confiados, volvieron a tener un transporte que los comunicaba con sus trabajos en un lapso de 45 minutos, una maravilla.
Pero el sueño se desplomó junto con la línea dorada el 3 de mayo de 2021 en un gravísimo accidente en el que murieron 26 personas y dejó a más de 100 gravemente heridas, algo que a nuestros ojos parecía imposible, por lo triste de la noticia, porque en esta línea al momento del colapso viajaban trabajadores en su mayoría, personas que regresaban a sus hogares después de cumplir con una larga jornada laboral, y encontraron la muerte. Al salir de sus hogares jamás imaginaron que no volverían a ver a su familias, a abrazar a sus hijos, la tragedia se hizo presente y se llevó consigo a seres humanos humildes cuyos familiares aún les lloran y seguirán llorando porque la muerte arrebató a sus seres queridos.
Ha pasado más de un año de esta tragedia y la pesadilla ha vuelto para los habitantes de Tláhuac y a quienes osados tratamos, en alguna ocasión, de llegar a esta alcaldía, más de 3 horas de camino y el regreso con el mismo tiempo, una pesadilla que todos los días los habitantes de Tláhuac tienen que padecer. La incapacidad de quienes nos gobiernan reflejada en el tiempo de traslado de 6 horas, la ignominia, la desvergüenza plasmada en esta línea, pues la falta de mantenimiento, una de las causantes del desplome de la línea 12, es evidente.
Mientras tanto, la señora Claudia Sheinbaum dormida en sus laureles, feliz de la vida, con una sonrisa de oreja a oreja, placeándose por la CDMX y hasta por otros estados de la república poniendo su mejor cara, algo difícil, pero a esto sí imprime su mayor esfuerzo, para que le logren la mejor fotografía para presumirla en su redes sociales y en los medios de comunicación, que la ciudadanía se entere de que la señora anda en campaña aunque lo niega, porque ella quiere ser la próxima presidenta de México, se le cuecen las habas por ocupar ese puesto, como si realmente se lo mereciera.
Vemos a personajes como Florencia Serranía exdirectora del Metro gozar de plena impunidad, amparada por Claudia Sheinbaum, a la que tampoco se le toca ni con el pétalo de una rosa pues es la corcholata preferida de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y está enredada en su manto protector.
Y aquí estamos, los capitalinos, los mexicanos exigiendo justicia por las víctimas de la Línea 12, pero sin respuesta, sin resultados, con la callada por parte de la autoridades, cuya sonrisa ofende a los deudos de los muertos de esta tragedia. Ellos felices en sus palacios gastándose los recursos públicos ajenos a las penurias que tienen que sufrir los tlahuaquenses, los capitalinos en su mayoría, los mexicanos.
Es urgente que tengamos bien abiertos los ojos, para que estos politiquillos que fueron a nuestros hogares a tocar nuestra la puerta para pedir nuestro voto y prometiendo un cambio vedadero; sin embargo, hoy, descaradamente, le han dado la espalda al pueblo, no nos vuelvan a engañar.
Ellos regresarán porque su cinismo no tiene fin, regresarán a pedir de nuevo el votó y utilizarán las mismas mentiras o se inventarán otras. En ese momento debemos tener preparada bien la puerta para azotarla en su nariz.
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