Desafortunadamente, sólo en el discurso de políticos y gobernantes de la 4T y gobiernos afines, se viene avanzando para acabar con la pobreza, sólo en el discurso, insisto, porque en la realidad, en esa terca realidad que no podemos desaparecer con bonitas palabras, la pobreza está más presente que nunca en colonias y pueblos, donde hay muchas carencias de primera necesidad.
Las familias de colonias marginadas y en las comunidades de los municipios del estado padecen de hambre y desempleo, y de los servicios básicos como agua, luz, drenaje y apoyo en vivienda. Pero, lo peor de todo, es que en cuanto el pueblo exige solución a sus derechos y se presenta ante autoridades encargadas de resolver, si no le cierran las puertas de las dependencias, las demandas caen en oídos sordos.
A pesar de que la Constitución Política consagra derechos como el de tener una vivienda digna, educación, salud, etcétera; la realidad es que estos derechos quedan en letra muerta. Según el artículo cuarto de la Carta Magna dice que “toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará”, esto se contradice con la triste realidad en que viven, según el Coneval más de 1 millón 368 mil 793 potosinos, que padecen hambre, al no haber empleo formal que le garantice un ingreso.
En cuanto a salud, señala que “toda persona tiene derecho a la protección a la salud. La ley definirá las bases y modalidades para los accesos de salud…” La ley definirá un sistema de salud para el bienestar, con el fin de garantizar la extensión progresiva, cuantitativa y cualitativa de los servicios de salud para la atención integral y gratuita de las personas que no cuenten con seguridad social” otra vez la constitución es letra muerta, falta de medicamentos, clínicas y hospitales. Según el Inegi, más del 17% de potosinos no tiene afiliación a servicios de salud.
En agua potable, que “toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho…”. Según cifras de la Comisión Nacional del Agua, en números absolutos, son 217 mil 162 los potosinos sin agua potable y 268 mil 047 personas que carecen de un sistema sanitario de descarga de agua.
En vivienda, también que “toda familia tiene derecho a disfrutar una vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”. Nada más alejado de la realidad. El mismo Inegi informa que el 16.4 por ciento de las viviendas habitadas en San Luis Potosí son rentadas, mientras que el 14.2 por ciento son prestadas y el 10.7 por ciento son propias pagándose.
En cuanto a educación, según el Inegi, en 2020 San Luis Potosí, 5 de cada 100 personas de 15 años y más, no saben leer ni escribir, el mayor porcentaje de población analfabeta se encuentra entre las personas de 75 años, con 30.6%. El 95% de los niños de 6 a 14 años de edad asisten a la escuela.
En un recorrido por las colonias de la periferia de la capital potosina: Margarita Morán, Magueyes, Luis Córdova, Chimalhuacán, Manuel Serrano, entre otras; algunas de ellas con años de fundadas, y de las cuales salen todos los días salen cientos de trabajadores a ganarse la vida en distintas fuentes de empleo. Las calles se encuentran polvorientas, que no están pavimentadas, y en tiempos de lluvias, estas se vuelven intransitables; falta de red de agua potable, que INTERAPAS se acuerda de ellos en tiempos de estiaje. Viviendas, en su mayoría modestas, con hacinamiento, por falta de apoyo de las autoridades correspondientes.
Si los habitantes de estas colonias se ven en la necesidad de manifestarse públicamente, una vez agotados todos los medios de petición y gestión, lo harán amparados en su derecho a tener una vida digna para ellos y para sus hijos. Lo harán, también, basados en su derecho a la libre organización y a la manifestación, para que las autoridades correspondientes atiendan sus legítimas peticiones. Así las cosas.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario