Entre las cosas más significativas que caracterizan a un Gobierno determinado está el cómo y en qué realiza el gasto público, porque no debemos olvidar que el Gobierno está representado por un grupo de individuos cuya función es administrar los recursos que se captan a través del cobro de impuestos.
Algunos gobiernos le dan prioridad a las obras de infraestructura colosal, apostando a la percepción por encima de la efectividad. El Gobierno de Morena se ha caracterizado por reducir notablemente el gasto público y se ha centrado en construir sobre todo tres obras interminables e inconclusas a pesar de haberse llevado ya casi todo el sexenio, pero eso sí, ya fueron inauguradas con bombo y platillo, dejando mucho que desear en su efectividad, porque ni siquiera son funcionales.
La construcción de estas obras ha estado marcada por las irregularidades millonarias, pero su edificación aunque lenta, sigue, pese a que las evidencias probadas y los argumentos técnicos las rechazan.
En tiempos de la 4T más vale andarse con mucho cuidado, porque lo poco que se construye, se construye mal, o a lo que otros gobiernos cimentaron no les da mantenimiento.
Entre estas obras y proyectos destacan la refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el proyecto Sembrando Vida que han presentado anomalías por 63 mil 10 millones de pesos, de los cuales se han podido aclarar sólo 2 mil 181. 1 millones, pero se dejaron sin rendir cuentas sobre 60 mil 229 millones de pesos del erario.
En el caso del Tren Maya “para el 2024 el proyecto habrá consumido 511.2 mil millones de pesos, lo que representa 3.3 veces los 156 mil millones de pesos presupuestados originalmente, que equivale a 228 % de sobrecosto” (El Economista, 18 de diciembre de 2023).
“En el caso de Dos Bocas, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), hay 59. 2 millones de pesos en pagos indebidos a trabajadores y contratos por adjudicación directa” (24 Horas, 21 de febrero de 2022).
Suma y siguen los ejemplos de este Gobierno plagado de opacidad y anomalías, por ejemplo, de la pandemia de covid-19 no sólo debemos recordar el número de fallecidos, que fue alarmante y triste, sino también el daño a Hacienda Pública por tres mil 558 millones, que asegura el Gobierno federal que se gastó en atender la pandemia, pero que nunca fueron justificados ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Y qué decir de las graves irregularidades que se encontraron en el Insabi por 2 mil 561 millones de pesos.
“No se acreditó la entrega de un millón 50 mil mascarillas KN95, con un costo de 40.5 millones de pesos, ni entregó documentación que comprobara la recepción y distribución de dos mil 250 ventiladores por los que el gobierno ‘pagó’ mil 600 millones de pesos” (Expansión Política, 20 de febrero de 2022).
Una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) señala que “80 % de los contratos del Gobierno federal se entregaron por adjudicación directa” (24 Horas, 2 de febrero de 2024).
La organización civil halló que hay 526 contratos en los que no hay disponible un solo documento del proceso de contratación con un valor de mil 708 millones de pesos.
Más de 8 mil 600 contratos por adjudicación o invitación no tienen una justificación de por qué se hicieron así, ni se hizo una licitación pública, lo que genera huecos de información en el gasto de más de 116 mil millones de pesos.
Aunado a ello, en tiempos de la 4T más vale andarse con mucho cuidado, porque lo poco que se construye, se construye mal, o a lo que otros gobiernos cimentaron no les da mantenimiento, generando un grave peligro para los mexicanos.
“Morena no da una. Todo se les cae, otro ejemplo de la ineptitud, que pone en riesgo a transeúntes, reportan la caída del tren interurbano”, fue uno de los comentarios expresados en la red social X, debido a que el pasado 16 de enero en la zona de Observatorio, donde se llevan a cabo las obras para construir el Tren Maya, se desplomó una pesada estructura, aplastando varios vehículos. Cabe resaltar que llevan cinco años y no han podido terminar esta obra.
A la 4T cuando no se les cae el metro, se les quema. Todos recordaremos aquel 3 de mayo de 2021 día en que se cayó la línea 12 del Metro, por falta de mantenimiento del gobierno de Claudia Sheinbaum, dejando 26 muertos y más de cien heridos de gravedad; capitalinos que murieron por culpa de la ineptitud, corrupción y la falta de una inversión periódica a las líneas de este servicio masivo.
Sabemos que en sus años de operación el viaducto elevado de la Línea 12 debió de haber sido sometido al menos a doce revisiones exhaustivas que incluyeran radiografías, ultrasonidos y técnicas con detección de fallas visibles por medio de líquidos de penetración en las estructuras, pero no hubo nada de eso. Los responsables de la tragedia, se dijo, fueron los constructores. De los muertos sólo el sepulcral silencio y nadie ha sido detenido hasta la fecha.
“En Pemex se duplicaron los accidentes durante esta administración. Según los expertos, todo eso se debe a la falta de inversión en mantenimiento, supervisión e infraestructura, aumentando en gran medida el riesgo humano”, (Momento Financiero, 21 de noviembre de 2023).
“Un mal funcionamiento por falta de mantenimiento en el sensor del elevador, responsable de la muerte de una menor que era atendida por dengue en el Hospital General de la Zona 18 en Playa del Carmen, Quintana Roo. La camilla quedó atrapada y la mitad del cuerpo de la niña fue prensado cuando la cabina inició su descenso”, (Emeequis, 7 de noviembre de 2023).
Para el Gobierno de López Obrador culpar a otros parece la fórmula para evadir la responsabilidad propia. En conclusión, la 4T simplemente no tiene la capacidad para hacer bien las cosas y por lo mismo, no tiene capacidad para entregar buenos resultados a los mexicanos.
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