MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La brecha entre los “dos yucatanes” sigue presente

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Al iniciar 2023 es necesario recordar al pueblo de Yucatán que la pobreza y la marginación siguen presentes. El gobierno del panista Mauricio Vila prometió que no habría “dos yucatanes”, en referencia a uno pobre y otro rico, pero nada ha cumplido, pues continúan las familias pobres en la entidad, y la brecha entre uno y otro persiste. 

Ante ello, es necesario recordar a Felipe Carrillo Puerto, gobernador de esta entidad entre los años 1922 a 1924 que defendió y vio por los mayas pobres, ganándose el sobre nombre del “Apóstol rojo de los mayas”, mismo que no pudo terminar de gobernar y que por su labor comprometida con su pueblo le costó la vida. 

Sin duda, la entidad necesita más gobernadores como Felipe Carrillo Puerto. Los yucatecos necesitamos a gobernantes que se comprometan con su pueblo, como se dice coloquialmente que “echen la carne al asadero”, que vean las necesidades, en serio, y se dispongan a trabajar y no ver qué candidatura es la que sigue. Yucatán, por ser rico y próspero, merece una sociedad mejor, los yucatecos pobres lo claman y exigen a gritos.

Y es que el bienestar para Yucatán sólo se nota en la zona metropolitana y en la capital. Municipios alejados de estas zonas son los más perjudicados al no beneficiarse con vivienda, apoyo para el campo, apicultores, artesanos, por mencionar algunos se han quedado sin apoyos. 

De acuerdo con el último censo publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el nivel de pobreza se acrecentó considerablemente en 47 de los 106 municipios del Estado en los últimos 10 años, es decir, en 44 por ciento de los municipios aumentó la situación de carencias y, por tanto, el número de pobres.  

A pesar de que se pregona de que la actual administración que encabeza Mauricio Vila Dosal está trabajando, su tiempo se agota y los “dos yucatanes” que prometió acabar sigue más vigente que nunca pues existen un millón 156 mil 900 yucatecos, es decir el 49.5 por ciento, que sufren pobreza, situación lamentable para una administración que está “trabajando”.

No se invierte en los 106 municipios, uno va a las comisarías a los municipios y la pobreza está a flor de piel. Todo visitante puede encontrarse con situaciones donde los pueblos originarios denuncian los engaños que han sufrido de sus gobernados; que les prometen casa, baños, luz, agua y los años pasan y no se ven esas promesas hechas en campaña.   

La situación de los yucatecos es crítica, sobre todo, reitero, de los que viven en el interior del Estado. Si bien las casas de huano son características de las zonas mayas, son muy endebles para este siglo XXI donde ya existen diversos materiales para reforzarlas. Sin dejar de lado las calles de terracería, donde los pies descalzos de los yucatecos se maltratan día a día. 

Y en este sentido, porque no hay gobierno o funcionario que los voltee a ver o vaya a ver qué le hace falta, es que se han organizado en las filas del Movimiento Antorchista, que busca, de manera organizada y siempre apegada a la ley, que el pueblo pobre del país y de Yucatán, viva mejor.

Ante esto, desde hace cuatro años el Movimiento Antorchista entregó al Gobierno de Mauricio Vila Dosal su pliego de peticiones, sin que hasta la fecha tenga una respuesta favorable a la necesidad de cientos de yucatecos que carecen de obras y servicios y que se les ha negado por el simple hecho de estar organizados. 
La pobreza no se puede esconder, pero sí se puede hacer algo para irla erradicando y es lo que no sucede en la tierra del faisán y del venado. Al contrario, alcanza hasta en capital como la zona del sur de Mérida donde familias desplazadas por la pandemia, tuvieron que habitar predios irregulares dado que ya no pudieron costear la renta de una vivienda digna y desde hace 3 años piden al mandatario estatal que los voltee a ver y atienda su necesidad. 

Compañeros antorchistas de Yucatán, dispongámonos a luchar y exigir lo que por derecho nos corresponde, de no hacerlo, estaremos condenados a seguir viviendo en condiciones deplorables. Por ello, asistamos el próximo 17 de enero para hacer entrega de nuestro pliego petitorio, apelando, una vez más, la sensibilidad del Gobierno estatal que, de hacerlo, no beneficiará a los dirigentes, como malamente se dice, sino a los yucatecos pobres que tanta falta les hace. 
 

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