MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La celebración de Pi y el aprendizaje de las matemáticas en México

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El pasado 14 de marzo se celebró el día de "π". Fue en los Estados Unidos (EE. UU.), donde, a partir de 2009, se empezó a festejar esta fecha, no solo porque contiene las cifras primeras de π (3.14); también influyó que el día 14 de ese mes sucedieron en el mundo de la ciencia dos acontecimientos dignos de recordarse: el nacimiento de Albert Einstein y la muerte de Stephen Hawkings, dos de los más grandes científicos del último siglo.

Habría que sumarles a esos dos sucesos, uno igual de importante, la muerte de Karl Marx, quien, en sus ratos libres, cuando no escribía su obra cumbre El Capital, descansaba resolviendo ejercicios de calculo integral y diferencial.

Aunque esta celebración surgió en EE. UU., el mundo académico adoptó la fecha y a propósito de ella se realizan conferencias, talleres, discusiones y muchas otras actividades para celebrar a Pi -π. Es un número irracional que no tiene ninguna secuencia que se repita en su expresión decimal. 

Entre las posiciones 762 y 767 se produce una curiosidad: seis nueves seguidos. Es el llamado punto de Feynman, y si bien estas actividades son importantes y altamente educativas, tienen el defecto de llegar a un número muy reducido de estudiantes y maestros y, por tanto, tiene una consecuencia de mayor calado: el día de Pi y sus actividades no impactan en la formación matemática de los estudiantes de México.

De acuerdo con la información aportada por PLANEA en Matemáticas de sexto grado de primaria, 59 por ciento de los alumnos se encuentra ubicado en el nivel I; 18 por ciento, en el nivel II; 15 por ciento, en el nivel III; y sólo 8 por ciento se ubica en el nivel IV, o sea, 59 de cada 100 niños apenas saben sumar, restar, multiplicar y dividir, solo eso y nada más. 

En el caso de secundaria, 5 de cada 100 estudiantes pueden solucionar problemas que implican la combinación de números fraccionarios y decimales, que son el coco de muchos; en EMS,  solo 3 de cada 100 jóvenes dominan las reglas para transformar y operar con el lenguaje matemático, por ejemplo, las leyes de los signos, además de que expresan en lenguaje matemático las relaciones que hay entre dos variable, o sea, solo unos pocos saben las matemáticas que les permitirían ingresar a la universidad.

¿Cómo se explica el tan bajísimo nivel de los estudiantes mexicanos? Una encuesta revela que el 67 por ciento de las personas dicen odiar o no comprender la materia desde la infancia, una actitud que se mantuvo con el paso de los años y aunque al llegar a la vida adulta esta ciencia exacta es considerada una parte primordial de la vida, el 45 por ciento de la gente sigue sin apreciarla.

Sin lugar a dudas, el origen de este problema lo podemos encontrar en el pésimo sistema educativo que predomina en México, pues desde su origen, el sistema educativo no ha puesto en el centro de sus políticas que los niños y jóvenes aprendan esta importante y entretenida ciencia. 

La SEP no se ha preocupado jamás por capacitar permanentemente a los docentes para que la trasmisión del conocimiento sea efectiva y de dotar a las escuelas para que estas tengan espacios y materiales que permitan el aprendizaje de las matemáticas a través de la práctica y el juego, tampoco de vincular efectivamente las matemáticas con el resto de las asignaturas. 

Que suceda esto, no es extraño; México es uno de los países en los que se invierte menos en educación, asi lo ponen de manifiesto datos del Banco Mundial. Países como Cuba y Costa Rica invierten más recursos a pesar de que sus ingresos no son mayores a los de nuestro país. 

Aunque el presidente, Andrés Manuel López Obrador afirme que destinó más recursos a la educación, no es así; datos del Centro de Investigación Economica y Presupuestaria aseguran que para 2022 el Gobierno mexicano solo destinará recursos equivalentes al 3.1 por ciento del PIB. 

En resumen, los malos resultados que los estudiantes tienen en matemáticas obedecen, en principio, a que el sistema no quiere que los estudiantes aprendan y por ello no invierte recursos para mejorar la educación. Justamente, en este contexto, es en el que hay que entender la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo, no hay otra explicación. 

Los niños y jóvenes necesitan tener buenos conocimientos en matemáticas, pues influye de manera decisiva en la formación de su capacidad crítica y en su habilidad para tomar decisiones. Los niños y los jóvenes necesitan saber matemáticas porque así aprenderán a  ser lógicos, aprenderán a razonar ordenadamente. 

En Antorcha Magisterial estamos conscientes de ello, por eso no solo nos preocupamos por mejorar la enseñanza de las matemáticas, además celebramos un encuentro nacional que hemos llamado Espartaqueada de Matemáticas con el fin de masificar el gusto por el aprendizaje de las matemáticas y, claro, con la intención de impulsar a los jóvenes que gustan de esta ciencia.

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