Por el bien del municipio y sus habitantes es sano reflexionar acerca del rumbo que la vida social, política y económica de la sociedad están tomando en Huatabampo, Sonora, este pequeño municipio que es la entrada sur del estado, pero que, de manera premeditada ha sido marginado y relegado por los reflectores del centro del estado que apuntan un día sí y al otro también hacía la capital Hermosillo.
Con una economía endeble, sostenida por andamios muy inestables como son la agricultura, ganadería y pesca del sector primario y un raquítico sector secundario como lo son las contadísimas empacadoras de verduras y frutas, la solitaria ensambladora Yazaki y la experta industria de procesamiento de mariscos. A lo cual agrego sólo como dato esclarecedor que aproximadamente en un 80% el sector primario está totalmente controlado por escasas 15 familias, las más acaudaladas del pueblo, lo cual, por supuesto no es un delito, pero sí condiciona al resto de la población a sobrevivir de las decisiones de ellos.
¿Por qué son muy inestables? Porque cuando menos el sector primario, el más fuerte del municipio, -39.5% de la economía local- está condicionado por una serie de ciclos naturales, como lo son el mal clima, la escasez de agua o la producción por temporada. Todo ello forma una economía muy endeble. Los sectores comercio y servicios apenas representan el 13.9 y 15.3%, respectivamente, con una tendencia a la baja por la crisis económica y sanitaria de la covid-19. Y quien camine por el centro comercial de Huatabampo dará testimonio real de cuantos locales chicos, medianos y grandes han tenido que cerrar sus puertas al público.
Pues bien, debemos entender en este contexto que, con la economía sostenida por palitos y azotada por todos los flancos y agravada por la covid-19, la situación debiera poner los pelos de punta a la clase política del municipio, de los que administran el Ayuntamiento; se entiende sobremanera que su principal trabajo es mantener por buen camino los rumbos de todos nosotros; la clase política está obligada por el bien de sus representados a actuar, movilizarse, gestionar y exigir en última instancia, puesto que de origen materializa el interés colectivo de las clases sociales a las que representan.
Pero resulta extremadamente irónico y preocupante para toda persona de buen corazón y acostumbrada al análisis diario de la vida social y política del municipio, el ver que un día tras otro nuestra clase política se esfuerza en hacer el ridículo en una especia de competencia por ver quién compone el mejor eslogan o marca de campaña, quién es el de mejor sonrisa o en algunos casos ver quién es el del historial menos manchado. Para esto se pintan so se han vuelto súper creativos. Pero te hago una pregunta, a ti que los ves y escuchas: ¿qué proponen para ayudar a la vida económica, social y política del municipio? Silencio total.
Por eso es que me atrevo a afirmar que la clase política, tanto a nivel local como a nivel nacional, ha sido rebasada por los problemas actuales y, sobre todo, por su propio egoísmo, por poner primero su interés personal por sobre el interés colectivo. Muchos de ellos se sienten confiados y fuertes puesto que han hecho una estructura entre las comunidades de gente beneficiada directamente por los apoyos que ellos direccionan a propósito para sus fines electoreros, sería el colmo que ni los recursos que administran les acercaran a la sociedad.
Señalo de manera directa a este sector de la sociedad porque son quienes dicen querer cambiar las cosas, aspiran a un puesto de dirección social para, según el servir al pueblo que los parió al mundo. De los dueños del dinero en Huatabampo no hablo porque no sería novedad mencionar que para ellos siempre y a toda hora su mayor preocupación es el dinero antes, durante y después, incluso por encima de miles de vidas humanas. Pero, debe usted saber que al quedar rebasados los políticos y sus politiquerías por los problemas graves del municipio debe salir a la escena un tercer elemento que en mi opinión es el verdadero motor de todo: la clase pobre trabajadora, el verdadero pueblo.
La sociedad huatabampense está altamente influenciada por las benditas redes sociales, a través del Facebook ha creado una especie de vertedero de todo tipo de sentimientos, inquietudes y confesiones, ahí manifiestan sus problemas todo tipo de personas, desde la mujer engañada hasta la comunidad con fallas en el servicio de luz eléctrica. Pero todo ello con un alto contenido de protesta social y política. La desilusión viene cuando se trata de pasar del decir al hacer. Todo ese descontento de las clases trabajadoras por el incremento del transporte, la falta de luz, el pésimo servicio de agua potable, las calles destruidas, la falta de empleo, todo eso y más queda dentro del mundo virtual de las redes sociales.
Hace falta acción. Y a eso te invito, ciudadano preocupado por el rumbo del municipio, político desplazado de los intereses monetarios, pequeño comerciante ignorado en tus peticiones de auxilio con créditos del gobierno, ama de casa, vecino maltratado por la falta de políticas públicas honestas e impulsoras del progreso, a ti te invita el Movimiento Antorchista a que pongamos manos a la obra y marquemos la diferencia, empezando por organizarnos, educarnos políticamente y decidirnos a salir a las calles y protestar en contra de la indiferencia del Ayuntamiento y las clases políticas rancias y retrogradas. Date cuenta que un mundo mejor es posible.
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