En México, la percepción de que la lucha contra la corrupción avanza, se estancó en 2021, ya que el país se mantuvo en la posición 124 de 180 países que son evaluados por Transparencia Internacional (TI) en materia de combate al flagelo. El mismo lugar que ocupó en el año 2020.
En la edición 2021 del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, México mantuvo una calificación de 31 puntos (en una escala de cero a 100, donde 100 sería la mejor calificación posible, que equivale a una ausencia de corrupción). Nuestro país sigue como el peor evaluado de las 38 naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En tanto, en el G20, México ocupa la posición 18, lo cual significa que México aún no logra recuperar su mejor evaluación histórica, que se presentó en 2015 (lugar 95).
En la administración 2018-2024, que preside Andrés Manuel López Obrador, el combate a la corrupción ha sido una de las promesas de campaña que se simula atacar, ya que se han creado programas y se cuenta, según, con un amplio apoyo gubernamental, México tiene casos de corrupción definidos, que si no fueron en la actual administración, a pesar de las pruebas y las investigaciones siguen sin ser sancionados en materia penal, como lo son la estafa maestra, el caso Odebretch, entre otros, pero la cosa no para ahí, igual durante el gobierno anticorrupción se presenta casos muy claros, que en lugar de ser castigados se premia a los responsable, por ejemplo:
SEGALMEX. Seguridad Alimentaria Mexicana, creada en 2019 y que sustituyó lo que fue Conasupo, y depende de la Secretaría de Agricultura. La auditoría reportó irregularidades en el gasto por 15,151 millones de pesos, contratos con empresas fantasmas y contratos sin licitar.
La actual candidata a gobernación del Estado de México, Delfina Gómez, recibe como premio a la aportación financiera de Morena dicha candidatura, cuando fue presidenta municipal de Texcoco fue demandada por retener el 10 por ciento del salario de los trabajadores que en total sumaba 12.8 millones, todavía se le premia con la secretaria de educación, una de las secretarias mas importantes para una nación, ya que depende de esa, el desarrollo académico del país. Durante su gestión en la Secretaría de Educación, la Auditoria Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades por más de 830 millones de pesos, en rubros como pago de sueldos, prestaciones a trabajadores principalmente.
Contratos sin licitar en la construcción de Dos Bocas y los demás proyectos faraónicos del presidente, que ya abordé en un artículo anterior.
Entres otros igual de escandalosos en lo que se involucran sus familiares, la casa gris, los sobre amarillos de Pio (su hermano), y también de gente de confianza para el presidente. Pero cada uno de estos han sido defendidos por el presidente con el argumento que es campaña negra.
El problema sigue vigente y no se soluciona, se gasta en la pseudo lucha contra la corrupción, pero para poder realizarla lo primero que debería hacer el presidente es prescindir de estas personas, tomando en cuenta que en Morena milita en la actualidad la putrefacción de la clase política que vio en ese partido la oportunidad de seguir con sus fines, pero no la realizara, porque afectaría sus intereses políticos. Hoy se premia al corrupto, se le dan secretarias, candidaturas y puestos de confianza.
En México se necesita que gobierne gente leal, comprometida con el desarrollo del país, que tenga un amplio conocimiento sobre lo que debe hacer, pero eso solo se encuentra entre la clase dominada de nuestro país, entre quiénes día a día sufren las carencias ocasionadas por el sistema económico que provoca un injusto reparto de la riqueza.
La clase política actual en México está corrompida hasta los huesos y es la misma que mantiene sumida en la pobreza a millones de mexicanos, son los mismos que explotan los recursos y a la inmensa mayoría para mantener sus fortunas. Es raro conocer a algún político que se salve del mal de la corrupción, necesitamos, pues, educar al pueblo, que entienda la importancia de cambiar el sistema económico, origen de tantas injusticias; que para terminar con la corrupción no bastan con proclamas presidenciales ni la destrucción de instituciones, debe cambiar la clase en el poder. Formemos el partido de las masas trabajadoras para la construcción de un México mejor, un México con desarrollo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario