MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La corrupción es el pan de cada día de la 4T

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Ha sido del conocimiento público que la corrupción ha sido olvidada por la 4T; esta solo fue utilizada como expresión de un discurso de campaña. El sistema anticorrupción está paralizado por el desinterés y la resistencia de personalidades políticas de rendir cuentas, ser transparentes y congruentes ante la sociedad, el objetivo de que el sistema se convirtiera en un eje rector de la política en el país no se ha cumplido. El presidente López Obrador ha puesto en el centro de su gobierno el “combate a la corrupción”, pero no ha impulsado acciones para que el Sistema Nacional Anticorrupción sea un sistema eficaz, pues ha sido todo lo contrario, hay una resistencia al propio modelo, existe un manto protector de las irregularidades en el país en todos sus niveles, nadie rinde cuentas. De acuerdo al diario El Financiero: “México se encuentra en la posición número 135 a nivel mundial en corrupción, de acuerdo con el ranking Estado de Derecho 2021. Este ranking mide tres formas de corrupción: sobornos, influencia indebida de intereses públicos o privados, y malversación de fondos públicos u otros recursos. La corrupción en sus tres distintas formas se mide en funcionarios del gobierno, en el poder ejecutivo, legislativo y judicial, en el ejército y la policía”.

Pero quien se atreve a cuestionar el actuar y la corrupción es arremetido por las críticas, existen sanciones a personalidades que se atreven a mencionar y dar pruebas de lo que dicen, esto demuestra que las palabras y promesas se las lleva el viento, las promesas de López Obrador duermen el sueño de los justos. La esperanza de un bien para nuestra Patria se hace cada día más lejos. Para dar avances en este terreno se requiere de políticos realmente congruentes con acciones que den resultados reales y palpables a los padecimientos de nuestro país.

De acuerdo a datos del CONEVAL, en su estudio Multidimensional de la Pobreza en México, revela que el número de pobres creció considerablemente en el 2020, pues se calcula 70.9 millones de pobres por ingreso, lo que representa el 56.7% de la población. Y esto viene a colación, porque López Obrador aseguró que en los primeros años de su gobierno se verían reflejados los resultados de su política contra la corrupción, y que todo el dinero asegurado serviría para el bienestar de los mexicanos. Así las cosas, podemos llegar a dos tres conclusiones. Primero: el combate a la corrupción no necesariamente combate la pobreza. Segundo: el combate a la corrupción de López Obrador no ha empezado a dar los frutos ofrecidos. Y tercero: La corrupción no es la generadora de la desigualdad y la pobreza. Así que todo el discurso de López Obrador no fue más que alharaca para engañar a los mexicanos.

La verdadera alternativa para los problemas de nuestro país es que el pueblo nos organicemos y promovamos un verdadero cambio surgido de las entrañas del mismo pueblo, que seamos capaces de crear un nuevo sistema en que la prioridad seamos los menos favorecidos en este sistema que ha llevado a la desgracia a la mayoría. Mientras sigamos creyendo que la repartidera de dinero solucionará las necesidades del pueblo, el número de pobres seguirán creciendo imparablemente.  

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