En Veracruz se agudiza la crisis económica que padecemos desde el año pasado. El primer trimestre del 2021 la economía decreció en -6.1%, y los cuatro trimestres del 2020 decrecieron en -0.7, -16.8, -10 y -6.4 % respectivamente (Inegi). Hasta marzo de este año, el estado de Veracruz ocupó el séptimo lugar nacional entre los estados de mayor decrecimiento económico; los que más crecieron fueron Chiapas, Baja California, Aguascalientes y Jalisco, por arriba del 2%. Consecuencia de esta crisis económica es que en el estado haya 4 millones 750 mil personas pobres (58.6%), seis de cada diez veracruzanos. Veracruz ocupa el segundo lugar nacional con mayor población pobre y con inseguridad alimentaria, más de la mitad de los veracruzanos pasan hambre todos los días (Observatorio de las Finanzas Públicas de la Universidad Veracruzana).
También hay crisis laboral por la falta de recuperación económica. Al primer semestre del año, Veracruz se ubicaba en el séptimo lugar de informalidad laboral y entre los doce primeros con la tasa más alta de desocupación laboral (Inegi). La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indica que la subocupación en Veracruz (personas que tienen trabajo pero que necesitan trabajar más horas para completar sus ingresos) fue de 15.7%, uno de los más altos del país. Destaca Coatzacoalcos, segunda zona urbana del país con la tasa más alta de subocupación (25.3%). El estado ocupa el tercer lugar nacional en pérdida de empleos formales por la pandemia. Hasta el segundo trimestre del 2021 se perdieron 57 mil 585 empleos formales, y solo se han creado 6 mil 924 (OFP de la Universidad Veracruzana).
Según la Medición de la Pobreza Multidimensional (2018-2020) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 8 de cada 10 veracruzanos, es decir, 6 millones y medio de personas tienen al menos una carencia social, que según los indicadores de éstas son: veracruzanos que viven con rezago educativo, 27.8%; con falta de acceso a servicios de salud, 31%; con falta de acceso a la seguridad social, 65.2%; con ausencia de servicios básicos en la vivienda, 37.8%; con mala calidad de la vivienda 15% y con falta de acceso a una alimentación nutritiva y de calidad, 24.4%.
Veracruz ocupa el tercer lugar a nivel nacional en carencias de salud pública. De 2018 a 2020 se duplicó el número de veracruzanos sin acceso a servicios de salud, pasando de un millón 170 mil personas a dos millones 509 mil, sin asistencia médica ni medicinas gratuitas (16 a 31%). En plena crisis sanitaria por la Covid-19, la tercera parte de la población no tienen acceso a servicios de salud. Por la desaparición del Seguro Popular y porque el Instituto de Salud del Bienestar (Insabi) no absorbió a todos los beneficiarios, muchas familias se quedaron sin servicio médico. También el personal médico padece en el estado, Veracruz ocupa el cuarto lugar nacional en fallecidos por Covid-19. Sin embargo, con todas estas carencias, el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, regresó a la Federación el año pasado 237 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para la Salud (Ventanavermx).
A diario vemos que aumenta la violencia, represión e inseguridad en el estado. Las manifestaciones pacíficas el gobierno las reprime, detiene a sus dirigentes y las disuelve. Recientemente, la Fuerza Civil de Pánuco recibió con detonaciones una manifestación en contra de ellos, los vecinos pedían que se retiraran del lugar por la brutalidad con la que tratan a la población. Los robos de todo tipo van al alza. Los crímenes son mayores, solo en agosto y septiembre se conocieron al menos tres asesinatos diariamente. Según reciente encuesta, el 82.6% de la población considera a Veracruz un estado peligroso (Inegi). Esto se agrava por el alto índice de delitos denunciados ante la Fiscalía General del Estado de Veracruz (94.3%), que quedan en la impunidad, es decir, sin atención, investigación y solución.
Tal es la realidad de Veracruz, no la que “describe” el gobernador Cuitláhuac en sus declaraciones. Por si fuera poco, esta administración ha estado marcada por opacidad y corrupción. Por segundo año, el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) en el informe de la Cuenta Pública 2020, le observó un daño patrimonial por 1,886 millones de pesos. La cuenta pública 2019, con más de un año de retraso, apenas se entregó en julio pasado. En ésta, la titular del Orfis determinó un daño patrimonial por 2 mil 645 millones de pesos. Además, La Auditoría Superior de la Federación a ese ejercicio le señaló que le transfirieron 1,963 millones de pesos para el Seguro Popular, y el estado no comprobó y tampoco devolvió. Este es el gobierno “honesto” que tiene sumido a Veracruz en el rezago y con severa crisis sanitaria.
Según el Paquete Económico 2022 que se aprobará el próximo mes de noviembre, a Veracruz le proyectan 124,060.1 millones de pesos, será la cuarta entidad a nivel nacional con mayor presupuesto del Gasto Federalizado. El presidente López Obrador anunció, en su reciente visita al estado, otros 7 mil millones de pesos para conservación de carreteras que ejercerá la Federación, más 8 mil 900 millones de pesos adicionales de libre disposición que tendrá el estado para infraestructura. Esperemos no sean como los “apoyos prometidos” por las afectaciones del Grace, promesas para muchos y beneficios solo para los Morenistas.
Es momento de que más veracruzanos analicemos y estudiemos las causas de la pobreza que nos azota, para combatirla con firmeza y alcanzar la vida digna que todos deseamos. Esto lo lograremos poniendo un freno a los malos gobiernos, incluido el de la 4T, que atropellan nuestros derechos, hacen mal uso de nuestro dinero y hunden cada día en profundas crisis a Veracruz. Hay que unirnos y organizarnos con un proyecto social claro y con lazos indisolubles, que ningún grupo o partido político pueda romper; pues un hombre solo es polvo humano, pero el hombre organizado, es roca dura de vencer.
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