MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación opresora de la 4T

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Educación viene del latín educere que significa 'sacar', 'extraer', y educare que significa 'formar', 'instruir'. En su sentido más amplio, por educación se entiende el proceso por el cual se transmite el conocimiento, los hábitos, las costumbres y los valores de una sociedad a la siguiente generación. La educación en su sentido filosófico, debería ser el arma con la cual se libera al hombre de la opresión.

Pero, ¿para qué educarnos? ¿Qué se busca con la educación de los seres humanos? Uno pensaría ingenuamente, que lo que se pretende es formar al individuo, como un ser más justo, más sano, más humano, que sea un agente de cambio, y que sea parte fundamental de la mejoría del contexto social en donde vivimos todos. Sin embargo, cuando prestamos atención a lo que sucede en la educación de nuestro siglo, tristemente podemos darnos cuenta, que ahora se ha dejado de lado los sentidos más profundos, la esencia de la educación, y solo enfoca en la producción serial de trabajadores, que se desempeñen hábilmente como peones del sistema capitalista. Se escucha crudo, pero así sucede.

En días pasados me citaron a la escuela de mis hijos que estudian en secundaria y en primaria. Me llamo mucho la atención, que todos los que estamos involucrados en la educación: profesores, padres de familia y estudiantes, existe una preocupación exagerada por un número, una calificación, que se piensa erróneamente, determina la calidad del estudiante.  Yo hubiera esperado, que por las condiciones que estamos pasando, es decir por la pandemia, la forma de enseñar, la forma de evaluar, la forma de atención de casos especiales, cambiará también conforme a las condiciones adversas que tuvimos. Pero no fue así, pude darme cuenta de que la mayoría de los profesores continúan trabajando de la misma manera, solo con la distancia de por medio. Es decir, con la misma extensión de contenidos, con la misma rutina en la enseñanza, lo que ocasionó que muchos estudiantes se quedarán rezagados, por no tener las condiciones de estudio ni de apoyo en casa, pues los padres de familia en su mayoría salen a conseguir el pan diario.

Pero la actitud de los padres de familia, fue sorprendente también, pues lejos de darse cuenta de que todas las adversidades son consecuencia del mal manejo de la educación, que va de la mano con el mal manejo de la pandemia; asumieron una actitud de crítica descarnada en contra de todos aquellos que no hicieron bien las cosas, los que no obtuvieron buenas calificaciones, como si eso fuera lo más importante.

Los estudiantes por su parte, evidenciaron estarla pasando mal, pues sus padres comentaron que varios de ellos están sufriendo padecimientos como: ansiedad, depresión, sedentarismo, falta de apetito, o aumento de peso, y algunas niñas cambios hormonales preocupantes para su corta edad.

Esta situación me hizo pensar, en la sutil inoculación que lleva a cabo la clase dominante con nosotros. Tan difícil de detectar, y de combatir.  Es decir, que no nos damos cuenta ni cómo, ni dónde, ni a qué hora, nos hicieron creer que un número determina tu papel como estudiante. Nos han hecho creer y hacer lo imposible por conseguir un lugar en la cima, siempre estar aferrados a lograr más que los demás, a ser más que los demás sin importar para qué.  Y en eso participa intencionalmente el gobierno actual, con sus “becas  universales”.

Sin dejar de lado las obligaciones que como estudiantes tienen nuestros hijos y estudiantes, en estos momentos tan aleccionadores, todos deberíamos enseñar a nuestros hijos el valor de la salud, de la solidaridad, del respeto por los demás, de la empatía, del trabajo en equipo. Pero no es fácil darse cuenta, cuando todo lo que existe en la actualidad este hecho a modo para seguirnos inoculando y formando de manera individualista.  Nuestros hijos están en manos del sistema educativo, un sistema que evidentemente los está deshumanizando, y está deteriorando la esencia de la educación, y de seguir así, el resultado, las más grandes aspiraciones de los jóvenes, serán tener un lugar privilegiado, un número, un puesto, una cima sin sentido. Pero acaso ¿el gobierno no se percata de esta deshumanización que transmite a través de la educación actual? 

No es necesario ser un gran pedagogo, para darnos cuenta que el sistema educativo actual, no está pensando en hacer hombres y mujeres libres, basta revisar la tira de asignaturas y la manera en que se propone enseñarlas, para concluir que ahora lo que importa es que el alumno “haga”, que aprenda a “hacer cosas”, que no le impliquen pensar profundamente. El sistema actual pretende formar empleados en serie, con ciertas cualidades básicas para el sector productivo, reproducir muchas copias de empleados para seguir sosteniendo el capitalismo.  Las carreras profesionales que van surgiendo, también lo demuestran así.

Urge hacer un rediseño a la educación, y usarla para liberarnos de la opresión, para crear al hombre nuevo que se necesita, uno más humano, solidario, científico, empático, social que ayude a combatir los problemas sociales que nos acontecen, y que ponga al servicio de todos, sus conocimientos, y no los quiera usar solo para enriquecerse.

Exijamos a la 4T, que deje de vacilar con la educación, y que haya una inversión seria y justa, que pueda impulsar a nuestro país a un mejor desarrollo.

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