Desayunar huevos, frijoles y otros productos que la gente del pueblo con cierta facilidad conseguía, ahora se está volviendo un lujo, ya que los incrementos de los precios en el mercado están imposibilitando la adquisición de estos y otros alimentos considerados dentro de la alimentación base, ello debido el fenómeno de la inflación, que está ocasionando terribles estragos en nuestro país. Pero, para comenzar definamos que es la inflación: se define como el fenómeno económico que provoca la elevación de los precios de forma generalizada de los bienes y servicios que circulan en forma de mercancía, por un tiempo determinado, el cual generalmente se prolonga al menos un año. ¿Y qué es lo que causa este fenómeno?, son varias causas, una de ellas es la gran cantidad de dinero que circula en el país, y por lo tanto la mercancía que hay, es muy poca y no se corresponde, y el otro fenómeno es a la inversa, la poca mercancía que hay en el mercado (escases de tomate, maíz, trigo, frijol, arroz, etc.), los precios tienden a subir. El factor paridad del peso con el dólar, el incremento del costo de producción, la oferta y la demanda, la tasa de interés son también las causas del fenómeno de la inflación.
Este año 2023, los datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), nos pinta un panorama complicado para los mexicanos, esta cuesta de enero es la más terrible desde hace años, ya que la inflación no ha cedido ni un tantito. El año 2022, la inflación cerró con un incremento de 7,86% y en enero de este año fue de 7,91%, llevamos dos meses de alza de los productos en el mercado.
Este año 2023, el presidente de la república y la titular de la Secretaría del Trabajo, anunciaron con bombo y platillo el aumento del salario mínimo en un 20%, pasando de 172,87 a 207, 44 pesos mexicanos. Se podría deducir que, con esta medida, ahora los jornaleros, obreros y otros empleados podrán tener unos pesitos más en su bolsillo para poder adquirir más cosas para su vida diaria, y, según esta suposición, ya les alcanzará más el dinero para tener más alimentos, mejor salud y educación en sus hogares. Pero con 35 pesos más al día no creo que la vida de un jornalero u obrero cambie en lo mínimo. La canasta básica que el gobierno federal pretende que cueste 1,038 pesos hasta febrero de este año, se compone de 24 productos que son: aceite vegetal, arroz, atún, azúcar, carne de res, cebolla blanca, chile jalapeño, carne de cerdo, frijol negro, huevo de gallina, jabón de tocador y jitomate saladet; como también leche de vaca, manzana, plátano, pan blanco, papa blanca, papel higiénico, pasta para sopa, carne de pollo, sardina en tomate, tortilla de maíz y zanahoria. Con la inflación que estamos sufriendo, varios de estos productos ya están incrementando sus precios. Según datos del INEGI, la canasta básica debe ser de 85 productos, la propuesta por López Obrador, es la que establece la Profeco, que es de 24 artículos. Entonces ¿de qué sirve el famoso incremento del salario, si lo que le dan al pueblo con la mano derecha se lo quitan con la izquierda? Puro circo, maroma y teatro.
Está a punto de concluir el gobierno de Morena, al que poco más de 30 millones de mexicanos le dieron su voto para llevar las riendas de este país de unos 126 millones de habitantes, de los cuales, alrededor de 100 millones están sumidos en la pobreza y la marginación. A estas alturas del gobierno de la 4T, que nos prometió que viviríamos en mejores condiciones, seguimos sufriendo los estragos de la inflación, el elevado costo de la gasolina, del gas, el incremento de la canasta básica; como también seguimos padeciendo la inseguridad y violencia, el mal sistema de salud y el terrible atraso en infraestructura de miles de comunidades, ejidos y colonias. Con este panorama de incremento de los precios de las mercancías, si se agrava, los afectados son y seguirán siendo los pobres, los que desde muy temprano salen de sus casas a laborar en las maquilas, fabricas, en el campo, en el mar, en pocas palabras los que producen la riqueza de esta sociedad y que son ellos mismos lo que batallan para obtener los alimentos que ellos mismo producen, una verdadera paradoja.
Nuestro país sigue siendo unos de los más desiguales. Un estudio publicado por el medio informativo EL PAIS, menciona que los ricos no saben como viven los pobres, la clase alta mexicana vive en el 0.07% del territorio nacional, y a los estudiantes de escuelas de alto poder adquisitivo realizan excursiones a áreas pobres para que los estudiantes se acerquen a gentes muy diferentes de las que ellos están acostumbrados, ese acercamiento los sensibiliza para que cuando sean adultos tengan mayor conciencia de cómo viven otras personas en este país, cosas que de otra forma no se darían cuenta. (www.elpais.com/mexico). Según el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), a una persona no se le considera pobre por ingreso cuando gana más de 4,200 pesos mexicanos al mes. Mientras la poderosa clase burguesa siga dirigiendo este país, la situación para la clase humilde no va a mejorar, el fenómeno de la inflación seguirá siendo la pesadilla para los millones de familias que sobreviven con un salario miserable. El pueblo organizado, politizado y educado no debe desistir de la lucha por la instauración de un modelo económico y político donde se distribuya la riqueza de manera equitativa; el sistema capitalista ya demostró que sólo sirve a unos cuantos, mientras las grandes mayorías sufren de todas las carencias.
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