La mayoría de los mexicanos nos quejamos del aumento, prácticamente todo el año, de precios, pero especialmente en estas fechas. Sin embargo, muy pocos hemos reparado en tratar de explicarnos por qué cada vez son más caros los productos de la canasta básica. En los países donde predomina una economía capitalista o neoliberal como México, a este fenómeno se le denomina: inflación.
Pero, ¿qué es la inflación? La mayoría de los economistas sostienen que es un fenómeno que se observa en la economía de un país y está relacionado con el aumento de precios de la mayor parte de los bienes y servicios que se comercializan en sus mercados, por un periodo de tiempo prolongado.
Cuando se presenta, nos damos cuenta que la cantidad de dinero antes administrado, ya no alcanza para comprar lo mismo y esto nos afecta a todos: desde los empresarios e inversionistas, hasta los obreros y las amas de casa, pero como siempre, los más vapuleados son los que menos tienen, ya que no vamos a comparar la riqueza y el poder adquisitivo de un gran empresario con la de un obrero, por ejemplo.
En nuestro país el encargado de medir la inflación es el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para ello, realiza una encuesta de ingreso y gasto de las familias a nivel nacional para saber qué es lo que consume la gente en México. Una vez que se tienen identificados los productos, recopila los precios de esos bienes y servicios en tiendas de todo el país. Esta información se compara quincenal, mensual y anualmente para saber cómo han variado los precios en dichos periodos.
Para medir la inflación, cada mes el Inegi da seguimiento a 325 mil precios en 46 ciudades más importantes del país. La información se procesa tomando en cuenta qué tanto se gasta en ellos, para así saber cuál de los rubros tiene mayor importancia en el consumo de las familias. Con esa información el Banco de México implementa las medidas necesarias para controlar la inflación, ya que él es el encargado de regular el dinero que circula en el país.
El Gobierno federal actual no ha sabido manejar el país en varias materias como la salud, por ejemplo; con la desaparición del seguro popular se quedaron sin atención médica 15 millones de mexicanos, en el caso de la Covid-19, seguimos siendo el quinto país con más muertos a nivel mundial, alcanzamos ya los 310 mil muertos cuando el escenario catastrófico que pronosticó el propio Gobierno eran 60 mil muertos.
En materia de seguridad ha fracasado la estrategia de “abrazos no balazos”, la actual administración es la que tiene más homicidios dolosos en los últimos sexenios, con 107 mil 104 homicidios, superior a la administración de Enrique Peña Nieto, que registró 65 mil 834. En el mismo periodo de Gobierno de Felipe Calderón se registraron 43 mil 525, y en el de Vicente Fox, se registraron 31 mil 427 homicidios dolosos. Así podemos seguir con una lista interminable de fracasos.
Sin embargo, la cuestión económica ha sido su mayor fracaso y muchos de sus demás desastres como la salud, la inseguridad, etcétera, se explican porque el Gobierno no ha sabido manejar correctamente la economía del país. En el caso de la inflación sólo es otro caso que se acumula debido al desastre económico de la actual administración autollamada Cuarta Transformación.
La inflación se ubicó en 7.37 por ciento de la tasa anual al cierre del 2021, informó el Inegi en días pasados, alcanzando su nivel más alto en los últimos 21 años, que fue del 8.96 por ciento en diciembre del 2000. Muy lejos del objetivo fijado por el Banco de México (3 por ciento, +/- un punto porcentual). Desgraciadamente, se supera la mayor inflación de la administración anterior de Enrique Peña Nieto que en diciembre de 2017 alcanzó el 6.77 por ciento, asimismo, superó la de Felipe Calderón que en diciembre de 2008 alcanzó el 6.53 por ciento.
Las mercancías que más subieron son: la gasolina magna a un 14 por ciento respecto al cierre de 2020, variación que es el doble de la inflación al cierre del 2021, la gasolina premium aumentó el 22.1 por ciento, es decir, tres veces más que la inflación general que fue de 7.37 puntos porcentuales. Todo esto a pesar que como candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió que una vez que llegara al Gobierno, el litro de gasolina costaría 10 pesos y recientemente dijo que no subirían las gasolinas por arriba de la inflación resultando lo contrario. También aumentó el gas doméstico natural a 28.44 por ciento, siendo el que más utilizan las amas casa. La carne de res aumentó un 18.8 por ciento, el maíz un 25.4 por ciento, siendo las tortillas uno de los productos básicos en la dieta de los mexicanos más pobres, y un largo etcétera.
En los hechos, el Gobierno de AMLO ha sido peor que sus antecesores que tanto critica en casi todos los rubros más importantes. Aunque en sus mañaneras diga todo lo contrario y sea secundado por su ejército de comunicadores en las diferentes plataformas o medios de comunicación. A la mitad de su sexenio se encamina a ser uno de los peores gobiernos de la historia. Sólo hay que observar con honestidad los datos y números que la propia administración morenista registra y difunde. Como en este caso la inflación que ha disparado los precios de la canasta básica de los más pobres del país, cuando en campaña dijo que gobernaría para ellos. La realidad se va a imponer tarde o temprano. Al tiempo.
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