MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La lucha por recuperar la legalidad en la Cámara de Diputados

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El pueblo de México inicia el año 2021 en medio de los peores augurios: con una crisis económica que implica la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en 9 por ciento, aumento del desempleo y 10 millones más de pobres; con una crisis sanitaria en la que, de acuerdo con los últimos reportes, el número de contagiados de coronavirus por día rebasa las 10 mil personas y más de mil decesos diarios; por si esto fuera poco, los dos años de gobierno de López Obrador han sido los más violentos, sólo durante el año que recién concluyó, hubo 31 mil 781 muertes ocasionadas en hechos violentos.

A estas alturas, el gobierno de Morena y sus defensores siguen empecinados en atribuir la responsabilidad de la crisis actual a los gobiernos neoliberales anteriores; pretendiendo eximirse de su evidente responsabilidad, aunque las acciones y omisiones del Gobierno federal han agudizado esta calamitosa situación.

La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 bajo la consigna de "austeridad republicana&rdquo, redujo la partida correspondiente al sistema de salud pública, con las graves consecuencias que ya conocemos; disminuyó drásticamente el presupuesto a los ayuntamientos, no destinó recursos para obra pública cancelando el Ramo 23.  Endeudaron a la nación con la adquisición de un préstamo de mil millones de dólares que solicitaron al Banco Mundial y del que no destinaron nada para servicios de salud. Desaparecieron los fideicomisos para administrar de manera discrecional los recursos que estaban destinados para apoyar a grupos vulnerables, promover la ciencia, la cultura, el arte, el cine y para atender emergencias como el Fonden con lo que dejaron en desamparo y sin apoyo a los miles de damnificados por inundaciones en Tabasco y Chiapas.

Las críticas al Gobierno de México no se han hecho esperar, The Economist calificó al gobernante mexicano como "tacaño e indiferente” ante la pandemia, por negarse a apoyar a las empresas y a aplicar programas para apoyar a los habitantes, pues destinó menos del 2 por ciento del PIB a estos conceptos, mientras que otros países han aplicado del 12 al 30 por ciento.

¿Cómo ha sido posible que el Ejecutivo federal haya podido realizar estas deleznables acciones que perjudican al pueblo y que lo haga de manera tan impune y cínica, despilfarrando los recursos del erario en sus tres "elefantes blancos” y en sus programas electoreros? La única explicación es que ha contado con la complicidad de los diputados morenistas y sus inescrupulosos aliados en el Congreso de la Unión; quienes, en una actitud abyecta, han modificado las leyes y aprobado todas esas acciones, pisoteando la Constitución y dejándola a modo, para que López Obrador haga y deshaga a su antojo, convirtiéndose de facto en un dictador.

Doscientos cincuenta y dos diputados Morenistas, con su actitud entreguista, han hecho posible la realización de los caprichos presidenciales y como si se tratara de un mérito que debe de ser premiado, 232 pretenden reelegirse, para seguir sirviendo de alfombra por la que pueda transitar sin tropiezo alguno su graciosa majestad: el presidente. Lo que menos les importa es el futuro del pueblo, sólo les interesa servir incondicionalmente al Poder Ejecutivo federal para seguir medrando del erario.

Esta actitud lacayuna de los diputados y senadores de Morena denigra el glorioso papel que han desempeñado eminentes legisladores en momentos cruciales de la historia de México, como Belisario Domínguez Palencia y Serapio Rendón Alcocer, entre otros, quienes, actuando con dignidad, valor y honradez, denunciaron al usurpador y dictador Victoriano Huerta, aún a costa de su propia vida.

Jamás debemos olvidar que México, tal como reza la Constitución es "una república representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos; pero unidos en una federación cuya soberanía se ejerce a través de los senadores y diputados que integran el Congreso de la Unión”. Quedando, por tanto, plenamente establecida la división de poderes en el Estado mexicano.

Estos postulados de la Carta Magna han sido violentados por López Obrador, quien, en su afán de perpetuar al esquizofrénico Morena en el gobierno, ejerce un poder omnímodo conduciendo los destinos del país hacia un precipicio sin fondo.

Recuperar la legalidad en la Cámara de Diputados es una necesidad impostergable, para poner coto a la concentración de poder de un solo hombre y acabar con el genocidio que ya costo más de 134 mil vidas de mexicanos. Si queremos que las cosas mejoren para todos, debemos emprender la lucha por elegir a tribunos populares que representen y defiendan con ahínco los verdaderos intereses de los mexicanos y sacar del Congreso a los diputados morenistas. Esto es posible sólo con la participación consciente y decidida del pueblo organizado en las elecciones de este año que inicia.

Caben aquí las palabras de Raúl Noriega, prologuista de la biografía de Juárez escrita por Ralph Roeder: "Los mexicanos de hoy han aprendido la lección de Juárez, la que enseña que la ley civil, cuando corresponde al sentimiento del pueblo, es más poderosa que la excomunión y que la espada; saben que la ley constitucional es capaz de normar y encauzar la existencia de la nación y que ningún tipo de dictadura, de no ser la de la ley, puede imperar en México. Ello a pesar de quienes fingen no tener fe en la Constitución”.

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