¿Y qué son las espartaqueadas y por qué les prestan tanta atención los antorchistas? ¿Por qué se esfuerzan tanto en realizarlas e invierten tanto de su tiempo? ¿Por qué quien se acerca a ellos cuando están preparando su participación se quedan con la impresión de que parecieran estar preparando el evento más importante de su vida?
Primero que nada, estimados amigos, queridos compañeros, quiero invitarlos a que, por esta ocasión, debido a la crisis sanitaria, vean por las redes sociales el homenaje que haremos a quienes durante 35 años han estado sembrando arte entre el pueblo, a quienes han participado una vez o muchas, en esta enorme tarea cultural. Se transmitirá del 20 al 27 de marzo, y participarán artistas de todo el país. No lo duden, será una auténtica gala artística virtual. El evento se llama “35 años de sembrar arte” Espartaqueada 2021 y se transmitirá todos esos días a las 8 de la noche, 7 p m de Sonora, a través de la página oficial de Facebook del Movimiento Antorchista Nacional. Serán siete días en los que se presentarán muestras de danza y baile, poesía, música, teatro y pintura, en las que participarán grupos culturales de los diferentes regionales políticos de nuestra organización.
La Espartaqueada es el trabajo cultural que realiza Antorcha Revolucionaria, que tiene como objetivo elevar entre el pueblo, por medio del arte, la conciencia de la necesidad de cambiar la realidad por una más justa. Como dice Erandi Melgar Huerta, este trabajo cultural “No sólo busca que la clase trabajadora aprecie el arte, sino que lo practique de manera cotidiana hasta que se vuelva parte esencial de su vida, que lo despierte, que lo haga reflexionar, que lo convierta en un hombre integral. A través de la práctica de las bellas artes, no solo se nos hace menos fea la realidad, sino que cultivamos la inteligencia, el espíritu, el pensamiento y la sensibilidad y, con estas herramientas, lograremos transformar nuestro mundo en uno más justo y más bello”. Y tiene razón.
Este elevado objetivo le explica a usted por qué los antorchistas le ponen tantas ganas y entusiasmo a las espartaqueadas culturales.
Pero todo el injusto sistema social en que vivimos está diseñado para no permitir que se haga realidad este superior objetivo del humanismo, para alejar a nuestro pueblo de toda cultura que lo enriquezca espiritualmente. Se le deja a su alcance sólo lo que más afea el alma popular, lo que echa a perder sus sentimientos y lo degrada casi hasta la bestialidad. En Sonora, por ejemplo, no hay una corriente independiente que le dé forma a un movimiento cultural auténticamente popular. Desgraciadamente nuestro pueblo no está ávido de cultura. Son muy raros los que buscan cultivarse y cuando lo intentan carecen prácticamente de cualquier de apoyo gubernamental: los presupuestos estatales y nacionales para el desarrollo de alguna cultura han sido recortados, como todos sabemos, y los municipales… prácticamente no existen. El pueblo sonorense no tiene acceso por completo al buen teatro, ni a la música culta ni a la buena música popular mexicana o internacional, las escasas exposiciones de pintura o escultura agonizan por falta de público, los poquísimos museos parecen criptas de panteón, siempre abandonados; el baile popular mexicano es cada vez menos cultivado y las danzas indígenas se extinguen en medio del comercialismo, haciendo de ellas una burda mercancía turística.
Es cierto que la Espartaqueada 2021 no va a solucionar todos estos problemas, pero sí sostengo que se trata de la continuidad de un esfuerzo incomparable de 35 años que miles de mexicanos estamos haciendo para revertir el desastre cultural que ahoga a nuestro pueblo: más de 20 mil artistas participaron en la última antes de la pandemia. Y nuestra meta es incorporar a todo, todo el pueblo. “El arte debe regresar a su verdadera fuente, a su matriz: el pueblo”, dijo la niña del amanecer. Por eso significan tanto para nosotros, porque las Espartaqueadas representan la más importante lucha por la cultura que haya dado hasta ahora el pueblo de México, a la que debemos entregarnos totalmente, sin dudarlo.
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